Sello: Silver Arrow Records.
Escrito por Carlos Salvador.
La enciclopedia musical con patas que es el mayor de los hermanos Robinson continúa su particular y prolÃfico viaje por la Cosmic American Music. Ya son cinco discos, un Ep y varios directos publicados en apenas cinco años para demostrar que su pasado con The Black Crowes está bien donde está, por muy glorioso que sea.
Y no sé si tiene alguna importancia decir que en Barefoot in the Head The Chris Robinson Brotherhood siguen adorando a The Grateful Dead pero también, y mucho, a The Band. Que se olvidan de las jams espaciales concretando canciones más cortas donde cabe rock, country, folk y ramalazos funk y soul. Que miran al rock californiano de The Byrds y al Neil Young de Harvest pero también a Pink Floyd (maravillosa la parte central de She shares my blanket) y a la última etapa de The Beatles. Que Chris canta más a lo Dylan que nunca en If you had a heart to break pero que a pesar de tantas influencias la personalidad del grupo es la que domina. Y esto es más o menos lo que es, que no es poco.
Porque luego está lo que hace sentir, y estas canciones suenan a libertad, a hacer lo que se quiere y, como decÃa la pelÃcula, seguir tu propio camino. Como la portada de Before the frost de los Crowes o como Led Zeppelin en una cabaña alejados de todo, este disco suena a madera y a bosques, a perderse por la carretera y a espacios abiertos, a una época que parece que ya no existe en la que el tiempo no importe tanto. Podrá sonar ñoño y parecer una tonterÃa, pero a mà esto me calma, me hace feliz.
Hay que quitarse el sombrero ante este tipo y su hermandad (hace falta ser cabrón para llamar asà a tu grupo tras separarte de tu verdadero hermano), ante la finura a la guitarra de Neal Casal y el mago de los teclados Adam McDougall, porque acaba el disco y lo vuelvo a poner…artesanos de canciones, que solÃan llamarles.