Es curioso lo mucho que está cambiando el uso de una prenda tan esencial como la camiseta. Al fin y al cabo sigue siendo lo mismo de siempre; ropa genérica en la que puedes incluir un «dibujo/logo/lema» con el que te identifiques, y con el que de algún modo proyectes tus gustos (pasiones) y estilo de vida. El problema es que en los últimos tiempos todos hemos visto una pérdida de autenticidad alarmante en este asunto, de manera que la accesibilidad y superficialidad de este nuevo y hueco «mundo escaparate» se ha adueñado del alma y singularidad de llevar esta prenda, especialmente con ciertos símbolos vinculados al mundo del rock duro y punk. Las tendencias pasajeras son como huracanes que a su paso devastan de raíz hasta el más mínimo de genuinidad. Aunque ver normalizados signos de la contracultura no es algo del todo indeseable, sentimos que desde esta «última aldea que resiste» podemos aportar pequeños grandes ejemplos de que los vínculos con nuestras camisetas son para nosotros mucho más que un trozo de trapo de H&M que nos ponemos para hacer likes en Instagram o ir al concierto de turno. En las próximas semanas, los redactores de Diablorock iremos compartiendo imágenes y textos de esas camisetas que para nosotros son especiales, que tienen una historia detrás y quizá, aunque sea algo muy personal, os puedan parecer de interés… o incluso inspirar.
Mi camiseta especial: por David Mat.
Relacionado: