Producción: Kurt Ballou
Sello: Sargent House
Por: Álvaro Antípodas
Fundido a Negro
Difícil ejercicio ese de predecir cada paso que va a dar una artista como Chelsea Joy Wolfe. La norteamericana ha convertido en costumbre la evolución de su música con cada disco que ha ido publicando. De los inicios oscuros folk, pasando por coqueteos varios con la electrónica, industrial, metal o gothic-rock la de Sacramento tiene la virtud de acabar sobresaliendo gracias tanto a su capacidad vocal como a esa aura de misticismo que dota a todas y cada una de sus composiciones. Un eclecticismo que hace que entre sus seguidores puedas encontrarte con declarados fans del black-metal como de las corrientes de vanguardia del indie-underground. Vamos, que Chelsea Wolfe, a falta de una mejor definición, vendría a ser la hipotética prima oscura de una PJ Harvey.
En Hiss Spun, nos encontramos con un álbum que en sus casi 50 minutos circula por terrenos cercanos a lo oído en gran parte de su predecesor Abyss (2015) aunque sin embargo el acercamiento a las sonoridades más metálicas y blackened es todavía más manifiesta si cabe. En la primera mitad se concentran varios temas que instrumentalmente traen a la mente nombres como los de Neurosis, Wolves In The Throne Room e incluso el de unos Cult Of Luna ,de hecho, por momentos el disco recuerda al EP de éstos últimos publicado el pasado año con Julie Christmas. Es más, el riff inicial de Spun es puro doom-metal y la aportación vocal de Aaron Turner (Isis) en Vex acerca la música de la californiana más que nunca a las frecuencias sonoras citadas, teniendo en cuenta además que tenemos a Troy Van Leeuwen (Failure, QOTSA) ayudando en las guitarras. Otra de las influencias visibles es que sonidos industriales se cuelan en temas como Particle Flux, Offering o Scrape, un detalle que no debe sorprender a sabiendas de que ya en temas del pasado como Carrion Flowers ya se vislumbraban estos arrebatos. A destacar también la participación de Todos estos elementos dotan al disco de una constante sensación de oscura claustrofobia, llegando por momentos a transmitirse esa sensación de sonido abrasivo y asfixiante que probablemente la cantante deseaba cuando puso a los mandos de la grabación a Kurt Ballou.
A pesar de que Chelsea Wolfe tiene poco que demostrar, los cambios de registros vocales en el viaje de seis minutos de Twin Fawn acentúan esa capacidad camaleónica de la artista para poder sonar frágil, al instante siguiente poderosa y acto seguido tenebrosa. Una metamorfosis continua que a día de hoy no es novedad. Habrá quien eche en falta algún tema más en la línea folkie-acústica que tan buenos réditos le ha valido en el pasado con Crazy Love, Hypnos o Flatlands, y es que aparte de Two Spirit hay pocas concesiones en esa dirección. Como si Chelsea se hubiese decantado finalmente por el lado oscuro de la fuerza, decidiendo definitivamente usar de su paleta sonora los colores más sombríos para teñir las atmósferas que acompañan a su prodigiosa voz. Una apuesta que aquí cumple y mantiene el alto nivel de lo oído hace dos años. El futuro, y la propia Chelsea Wolfe, nos dirán si aún nos quedan otras caras por ver de la polifacética cantante.
1. Spun
2. 16 Psyche
3. Vex
4. Strain
5. The Culling
6. Particle Flux
7. Twin Fawn
8. Offering
9. Static Hum
10. Welt
11. Two Spirit
12. Scrape