Sería un despropósito decir que Supershit 666 es uno de los mejores discos de los 90; pero lo cierto es que la idea de ver reunidos a miembros de Hellacopters, Backyard Babies y The Wildhearts trabajando conjuntamente despertaba muchas expectativas. Recordemos que en aquél momento Hellacopters sacaron un pepinazo como Grande Rock, la energía de Total 13 todavía recorría nuestro organismo con virulencia y The Wildhearts estaba atravesando su período más oscuro tras Endless Nameless, por lo que un EP con Dregen, Ginger, Nicke Andersson y el productor Tomas Skogsberg (una personalidad del Death Metal sueco) resultaba una idea muy, muy atractiva.
El resultado fue un trabajo que huele a cerveza rancia y a sudor, y suena a cable, a rock’n’roll de alto octanaje guarrísimo, sin apenas producción, casi maquetero, con sus miembros vaciándose en cada nota, coronándolo todo con una sensación de peligro, velocidad y urgencia; como el hijo gamberro nacido de la unión de los primeros Motörhead y MC5. Un trabajo adictivo que se pasa en un suspiro, pero aún así, trallazos como «Star War Jr.» (recuperada y refinada más tarde para el Making Enemies Is Good de Backyard Babies) o la inicial «Wire Out» tienen el efecto de un cubo de café cargadísimo para el cuerpo; por no hablar de la versión de The Rods «Crank It Up!», un chute de adrenalina directo al corazón.
Supershit 666 es, en definitiva, un impresionante trabajo que destaca por su crudeza, su energía y su mala baba. Corrieron rumores de una supuesta reunión de los protagonistas del proyecto para grabar más material, pero todo quedó en papel mojado. Demos gracias que, al menos, este álbum se materializó y sigamos disfrutando de él a volumen ensordecedor.