En 1971 Black Sabbath ya eran enormes. Y con la publicación de Master of Reality, si cabe, consiguieron ser más enormes todavía. Y no es para menos cuando un disco se inicia con un cañonazo como Sweet Leaf. Compuesta por toda la banda, con letra de Geezer Butler, era toda una oda a la marihuana. Podría pasar, además, por ser la perfecta canción de heavy metal; riff machacón, cambios de tempo, y una sección rítmica rocosa y compacta como un bloque de granito, con Ozzy desgañitándose por encima de la muralla de sonido sabbathica. No diga Heavy metal, diga Sweet Leaf.