Hace unas semanas servidor recibía una de esas noticias que le alegran a uno el día. The Steepwater Band volvían a la carretera. Y de nuevo su gira hacía escala en Vigo. Esto, que a mucha gente le puede parecer algo total y absolutamente irrelevante, fue para mi motivo suficiente para marcar la fecha del 11 de septiembre de 2017 en el calendario. Sería el día en que, de nuevo, los caminos de la banda de Jeff Massey y Diablorock volverían a cruzarse.


Esta banda es muy fiel a su publico español y todas su giras (que son muy frecuentes) suelen incluir numerosas fechas a lo largo y ancho de nuestro país. Sin embargo, por varios motivos, no había podido acudir a ninguno de los últimos conciertos del grupo por las cercanías de Vigo. Por lo que mis ganas de volverlos a ver eran muchas. Además, desde la última vez que tuviera ocasión de presenciar uno de su conciertos, el grupo había incorporado un segundo guitarrista a la formación, por lo que mi curiosidad era mayor incluso que en años anteriores. Así, llenos de ganas e ilusión por vivir una gran noche de rock´n´roll, nos dirigimos a la sala Rouge dispuestos a darlo todo en el siempre difícil contexto de un lunes por la noche. Pese a ello, se registró una buena entrada, aunque dejando patente la preocupante tendencia del envejecimiento del publico de los conciertos de rock en salas. Muy poca gente menor de 35 años habría. Y me atrevo a decir nadie menor de 30. Sin entrar a valorar este dato, es un detalle que me parece muy significativo.

En la actualidad, y ya desde hace unos cuantos años, The Steepwater Band es una de las mejores y más fiables bandas sobre un escenario. Sobre algunos títulos de su discografía puede haber un cierto debate (aunque a mi me parece una de las trayectorias discográficas más sólidas de los últimos años), pero hay unanimidad en que su directo es apabullante y muy rara vez decepcionan. Hace unos años comprometieron su reputación en aquella desastrosa gira junto a un narcotizado Marc Ford (por aquel entonces productor y colaborador habitual de la banda), pero tras el tropezón supieron sobreponerse y seguir creciendo. En unas recientes declaraciones a un medio local, Jeff Massey prometía a sus fans que lo que podían esperar era una gran noche de blues y rock´n´roll. Y eso fue exactamente lo que obtuvimos. Dos horas y pico de música real, honesta, cruda, directa y sin artificios. Sin poses, gimmiks, ni números escénicos. Solo dos guitarras, bajo, batería, voz y talento para dar y regalar.

Desde que el grupo saltó a escena sobre las 22:15 quedó claro que poco o nada había cambiado con respecto a anteriores visitas. Se les veía sueltos, relajados y totalmente compenetrados. Y el añadido de un segundo guitarrista (excelente Eric Saylors) le ha dado más empaque a su sonido. Teóricamente venían presentando su disco Shake Your Faith de 2016, pero teniendo en cuenta que dicha obra ya lleva más de un año en la calle y que el grupo ya había realizado dicha presentación el año pasado, su repertorio se basó entre ese título pero sin dejar de lado sus brillantes trabajos anteriores, teniendo cabida en el set list temas de Revelation Sunday, Clava o incluso del ya lejano en el tiempo Brothers To The Snake. Y por supuesto, como es tradicional, con el añadido de algunas versiones que vinieron a poner la guinda al pastel. Una de las cosas que más me asombra de esta banda es lo fácil que para ellos semeja el desplegar tamaña maestría. Es que por momentos, aún vaciándose en escena, parece que no les cuesta ni el más mínimo esfuerzo lograr el sonido robusto y compacto del que hacen gala. Y bien pensado, posiblemente así sea. Massey, junto a sus inseparables Todd Bowers (bajista) y Jeff Winters (batería), lleva muchos años recorriendo el mundo y compartiendo furgoneta, dando como resultado un nivel de compenetración elevadísimo. De hecho, la sección rítmica es el arma secreta de la banda. Massey y Saylors pueden dedicarse a improvisar e incluso alargar o cambiar algunas canciones, conscientes de que a su espalda, bajista y batería se adaptan a lo que sea sin descarrilar en ningún momento. He de añadir, además, que la incorporación de Eric Saylors ha sido un total acierto. Encaja a la perfección y demostró ser un excelente guitarrista, tanto rítmico como solista, además de interactuar con Massey con mucha fluidez. Uno de esos músicos dotados de mucha clase y que se ve que disfrutan con cada nota.

La velada fue por lo general bastante rockera, con mucho boogie, electrizante blues rock y buenas raciones de genuíno sonido sureño. Una vez más, Massey nos dejó boquiabiertos en varios momentos, sobre todo cuando echó mano del slide. Que a día de hoy es uno de los mejores y más completos guitarristas en activo creo que es algo que ya casi nadie cuestiona. Canciones como Shake Your Faith, Come On Down o High and Humble nos hicieron vibrar y bailar envueltos en las buenas vibraciones que emanaban, mientras que en otros momentos la calma sónica se imponía pero siempre sin perder un gramo de intensidad. Los momentos en que Saylors dejó su guitarra para tocar el pedal steel fueron mágicos (ese Hard As Stone) y la banda brilló especialmente, para mi gusto en canciones como The World Keeps Movin´On y la inconmensurable versión del Cortez The Killer de Neil Young. Para mi, los dos momentos álgidos de una noche que transitó entre lo festivo y lo memorable. Como colofón, en el último bis, el grupo nos obsequió con un monumental Statesboro Blues, de Blind Willie McTell que popularizaron en su día The Allman Brothers Band y que de la mano de Massey y los suyos sonó glorioso. En mi cabeza visualizaba las muecas de aprobación de Greg y Duane Allman desde el más allá ante unos discípulos de tal calibre. Y así, con el espíritu del Live at Fillmore East flotando en el ambiente, finalizó una noche que no olvidaremos y que nos hizo pensar una vez más en el lujo que supone ser contemporáneos y ver evolucionar a una banda como The Steepwater Band, cuyo nombre ya figura entre los más ilustres del rock de este siglo. Para mi era la quinta vez que presenciaba uno de sus conciertos. Y desde luego, si tengo la oportunidad de repetir, no la desperdiciaré. ¿Y vosotros? Esperemos que vuelvan y mientras tanto… The World Keeps Movin´On!!!!!!