Sello: Roadrunner.
Producción: Josh Wilbur.

Crítica por Rafa Diablorock.


Después de su anterior Silence in the Snow (2015), en el que creímos agotar toda esperanza, me sorprendo aplaudiendo el octavo trabajo de Trivium, que en 2017 presentan el trabajo que muchos esperaban desde hace más de una década. A expertos puretas The Sin And The Sentence sonará a disparos de fogueo con exceso de azúcar, pero tras escucha detallada y libre de prejuicios, desde aquí no nos queda otra que proclamarlo como un magnífico y acertado trabajo. Es cierto que a muchos se les hará complicado tomarse en serio este disco, y me refiero a los ramalazos de los Trivium más aniñados en cuanto a moñerío vocal, pero existen suficientes puntos a favor como para que, haciendo balance, estemos ante un gran álbum.

No podemos olvidar que Trivium representa para muchos la vertiente mainstream más irritante; dicicultad en cuanto a traspasar las líneas marcadas de cualquier género que manejen, producción de moda (Josh Wilbur), frescor juvenil norteamericano, etc… Pero esta vez han querido hacer gala de toda su elasticidad y amplio background, su gran fuerte. Podemos afirmar que estamos ante el disco más próximo al gran Ascendancy desde que éste fuese publicado en 2005, aunque con píldoras de cada una de las paradas que posteriormente hicieron en toda su carrera. Matt Heafy nos trae un ramillete de melodías de voz que casi consiguen arruinar varias de las grandes canciones del disco, como The Heart From Your Hate, que consigue directamente transportarte al instituto. Sin embargo, tenemos un variado carrusel de temas con grandes actuaciones individuales, que salen de lo previsible con estructuras inesperadas y aderezos estilísticos de todo tipo. A una notable velocidad, The Sin And The Sentence es un trabajo tremendamente rico y entretenido, con suficientes guiños y regates como para que sus fans nunca se cansen de él.

La variada The Sin And The Sentence marca el devenir del disco, cambiante y con un gran empuje, nos presenta a un enorme Alex Bent a la batería, extraordinario en todo el trabajo. Beyond OblivionBetrayer son rápidas y tienen estribillos de enorme gancho, mezclando veloces blastbeats con interludios épicos con claro aroma Iron Maiden en las guitarras. Other Worlds nos da una de cal y otra de arena, Matt Heafy perdiéndose en peligrosas melodías agudas por un lado, frente a serpenteantes estructuras repletas de todo tipo de recursos. También tenemos groove machacón en The Wretchedness Inside, con guitarras barítonas que harán las delicias de cualquier fan de Slipknot, mientras que Endless Night abre las guitarras de un modo claramente comercial. Con la pegada disonante de Sever The Hand llegamos a uno de los mejores momentos del disco, especialmente con su brusca transición instrumental; un rítmico y arrollador interludio de thrash agresivo con solo simultáneo de guitarras, bajo desnudo y baterías desatadas. En los 7 minutos de The Revanchist, con el mejor juego de voces del álbum, es cuando llega uno de sus momentos más épicos, por momentos cercanos al melodeath de los últimos Kreator. La bruta Thrown Into The Fire es la grandilocuente despedida, acabando con puro martillo pilón.

Trivium parecía una banda agotada y perdida, pero con The Sin And The Sentence toma una enorme bocanada de aire y marca un nuevo comienzo. Una banda que recobra la coherencia y que ojalá encarrile de nuevo su trayectoria ascendente sin volver a perderse el respeto dando tiros de ciego.


 

01. The Sin And The Sentence
02. Beyond Oblivion
03. Other Worlds
04. The Heart From Your Hate
05. Betrayer
06. The Wretchedness Inside
07. Endless Night
08. Sever The Hand
09. Beauty In The Sorrow
10. The Revanchist
11. Thrown Into The Fire