1.980, Ozzy y Black Sabbath han roto. Iommi y los suyos siguen adelante con Dio. Mientras tanto, nadie da un duro por un alcoholizado Ozzy que parece haber tocado fondo. Pero resulta que al publicar su esperadísimo disco de debut, no solo no lo ha hecho, sino que nos sorprende, junto a un por aquel entonces desconocido Randy Rhoads, con cañonazos como este Crazy Train que son incontestables. Desde el riff inicial de Randy, hasta el solo, pasando por la melodía y el memorable estribillo, todo suena a gloria en una canción que es un clásico por derecho propio. Ozzy puso su voz y su carisma, Rhoads su talento y su maestría. Y nosotros ponemos nuestro fanatismo por una canción que nunca podremos dejar de escuchar.