Kadavar.
Sala But – Madrid. 21 de octubre de 2017.
Bandas invitadas: Mantar, Death Alley.
Promotor: Madness Live!

Crónica por Gonzalo Rodríguez.


¿Es Kadavar la banda que más vino a Madrid a lo largo de estos últimos años? Creo que no me equivocaría si dijera que sí. Los alemanes no han dejado de visitarnos ya sea para festivales, como teloneros de otras bandas, o como es este caso, siendo cabezas de cartel de sus propias giras. Esta vez el motivo de su tercera visita en un año estaba más que claro, la presentación de su flamante nueva obra: Rough Times. Para ello se montaron una espectacular gira eligiendo de compañeros de carretera a Mantar y Death Alley con la firme intención de electrizar media Europa.


Death Alley paso a paso se están convirtiendo en uno de los grupos hard-rockeros a tener más en cuenta, y su reciente fichaje por Century Media no hace más que confirmarlo. Su debut Black Magick Boogieland era un enérgico chute de heavy rock and roll con pinceladas de psicodelia setentera, y sus conciertos son exactamente así, pura energía desatada por su cantante Douwe Truijens que no para ni un solo segundo sobre el escenario. Con una indiscutible calidad por parte de todos los integrantes, destaca sobre todo esa bestia de los parches llamada Uno Bruniusson, el que fuera batería de los extintos pero imprescindibles In Solitude. Con temazos llenos de groove como “Black Magick Boogieland” o “Feeding The Lions” caldearon enormemente al personal, cerrando con una larga y psicodélica “Supernatural Predator” y ese arrollador final que tiene, dejándonos muy satisfechos pero con ganas de más.

Con una sala bastante más llena, y con una muralla de amplificadores lista para tirar abajo la But, salían a escena Hanno y Erinc, dos auténticos animales, enfrentados en el escenario y que allá donde van, arrasan. La fórmula de Mantar es sencilla: trallazos directos de sludge con mucho flow. Temas como “Spit” o “Era Borealis” son bombas en el escenario, que sumado a la frenética presencia de Hanno dejándose la vida en cada concierto, hacen que su show sea un espectáculo digno de ver. Con un recorrido por sus dos discos, Death By Burning y Ode to the Flame, incluyendo también “Pest Crusade” de su más reciente EP The Spell, los teutones con un sonidazo compacto y poderoso incendiaron el escenario y la sala tema tras tema. Sus conciertos son, como indica el título de su segunda obra, una oda a la llama.

Kadavar no paran de venir, cierto, pero es indudable el tirón que tienen en nuestro país. Con una sala abarrotada saltaban al escenario Lupus y Dragon recibiendo la ovación de la gente, y como no podía ser de otra manera, de último salía con mirada desafiante y actitud chulesca su batería Tiger, para recibir su propia ovación, consciente de que él es el centro de atención. Abrieron con una electrizante “Rough Times”, la primera canción y la que da título a su nuevo disco. Hicieron un repaso a este, eligiendo a mi modo de ver sus mejores cortes, ya que temas como “Into The Wormhole” o “Die Baby Die” sonaron increíbles, y el single “Tribulation Nation” me parece desde ya un hit indispensable para sus directos.

De su anterior Berlin solo tocaron “The Old Man”, centrándose sobre todo en su primer larga duración, y es que composiciones tan sabbathianas como “Black Sun”, “All Our Thoughts” o el desenfreno lisérgico de “Purple Sage hacen las delicias de su público. Sin ninguna duda los tres están en un momento de forma espectacular, con un Tiger en el centro del escenario como protagonista con todas esas agresivas miradas a sus fieles y gustándose en cada uno de los golpes que da a sus parches. Para los bises sustituyeron su ya mítica versión de Helter Skelter por New Rose de The Damned y el final fue con una inmensa “Come Back Life” que puso a bailar a cada uno de los allí presentes. Gran noche de electricidad y fuego, en la que Kadavar volvió a triunfar una vez más, y ya van…