W.A.S.P.
Auditorio de Burlada (Navarra) – 01 de noviembre de 2017.
Re-Idolized: The 25th Anniversary of The Crimson Idol
Promotor: Madness Live!
Artista invitado: Beast In Black.
Fotos: Miguel Demelo.
Crónica por Txiki Kilmister.
Son ya veinticinco años que cumple el mítico The Crimson Idol de WASP, disco conceptual y para algunos el disco que cierra la época gloriosa de la banda. Así que Blackie Lawless y sus huestes han decidido embarcarse en una extensa gira europea para celebrar dicho acontecimiento donde el plato fuerte es la interpretación íntegra del álbum.
Con un auditorio prácticamente lleno abrían la velada Beast in Black, banda fundada por el ex Battle Beast, Anton Kabanen. Los finlandeses nos presentaron su propuesta de power metal de estilo clásico, en la onda de bandas como Sabaton o Primal Fear. A base de voluntad y fuerza consiguieron ir conectando con el público, pese a que su sonido no fuese el mejor y sonaran un tanto saturados. Personalmente sus temas me parecieron bastante lineales, pero tuvieron un papel solvente como banda de apertura. Arrancando una buena ovación del respetable cuando dieron por concluidos los poco más de 30 minutos de concierto. Lamentablemente este sería el único concierto que dieron con WASP en la península, según parece la banda decidió abandonar la gira por no estar conformes con el trato dispensado por parte de la banda principal.
Había muchas dudas sobre los que nos podía ofrecer WASP en vivo; llegaban todo tipo de sospechas de playback, del lamentable estado vocal de Blackie y de cómo, poco a poco, habían ido acortando el setlist en cada concierto. Pues bien, hemos de decir que algunas cosas se cumplieron y otras afortunadamente no. Con puntualidad exquisita sobre el horario previsto empezaba la intro “The Titanic Overture”, dos pantallas gigantes a cada lado del escenario y otra pantalla detrás se encargarían de proyectar la película íntegra que se grabó para el lanzamiento del disco, nunca anteriormente mostrada. El sonido había mejorado considerablemente, y desde los primeros redobles pudimos comprobar la lección magistral que nos dio Aquiles Priester a los tambores, reputado batería brasileño que contratado especialmente para la gira. La siguiente tanda de canciones sonaron inmensas, con un Blackie que, pese a que se apoyó de coros pregrabados durante la casi totalidad de los temas, se mostró más que solvente a la voz. “Arena of Pleasure”, “Chainsaw Charlie” o “Doctor Rocket” consiguieron arrancar las ovaciones de un público que llenaba hasta la bandera el auditorio. Poco a poco íbamos llegando a la parte más emotiva del show, las baladas “The Idol” y “Hold On To My Heart” sonaron realmente desgarradoras, mientras tímidas llamas de mechero brillaban en la oscuridad. Un poco comunicativo Blackie presentaba la impresionante “The Great Misconception Of Me” dando por acabada la primera parte del show.
Tras casi 10 eternos minutos, mientras los créditos de la película pasaban delante de nuestros ojos, empezó a sonar la intro que nos anunciaba la supuesta parte de clásicos. Nos la prometiamos muy felices cuando empezó “L.O.V.E. Machine”con una sala en plena efervescencia, “Golgotha” sería la siguiente antes de acabar con la mítica “I Wanna be Somebody” donde Blackie se despidió para no volver. La cara de asombro de los asistentes era el reflejo de la decepción, sólo habían tocado 3 canciones de lo que se supone que sería una tanda de clásicos, es más, posteriormente pudimos acceder al setlist de la banda y comprobamos cómo se habían saltado por la cara “The Real Me” y “Wild Child”. Fue un punto final bastante decepcionante, máxime, cuando prácticamente había sold out en el recinto. Lo que se dice ensuciar el trabajo bien hecho con las patas de atrás.
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