Hoy estamos de celebración. Cumpleaños con solera de uno de esos discos de los que muy poca gente se acuerda en la actualidad, pero que merecen ser reivindicados día sí y día también. Nos montamos en nuestro Delorean y…..¡¡allá vamos!! ¿Destino? Gran Bretaña. ¿Año? 1982. ¿Propósito del viaje? Rememorar los días gloriosos de Whitesnake. Se cumplen 35 años de la publicación de Saints & Sinners y en Diablorock no podíamos pasar por alto tan señalada efeméride. Ya hablamos en su momento de esta obra maestra, pero creo que es de ley profundizar en ella y dedicarle el especial que merece.


Es una lástima que se tenga tan poco en cuenta la época pre-1987 de la Serpiente. Y en parte, por desgracia, es debido a la actitud de un Coverdale que durante años renegó de esa etapa. Pero no adelantemos acontecimientos. Saints & Sinners fue un disco gestado en medio de una profunda crisis que casi terminó con el grupo y que marcó decisivamente el futuro de Whitesnake. 1980 y 1981 habían sido grandes años para la banda. La publicación del disco en directo Live…In The Heart Of The City había llevado al grupo a puestos muy altos de las listas británicas, a la vez que su popularidad iba en aumento en Japón. Acto seguido habían publicado el inspiradisimo Come An´Get It y tras varios años juntos la formación de sexteto se consolidaba como una de las más sólidas y talentosas de aquel momento. Una sección rítmica a prueba de bombas con Ian Paice y Neil Murray, la maestría de Jon Lord con las teclas, la dupla guitarrera de lujo con Bernie Marsden y Micky Moody, comandados por la garganta profunda de un David Coverdale que era en aquella época una de las mejores voces del panorama rockero, además de uno de los más carismáticos y arrolladores frontman sobre los escenarios. Una perfecta y precisa maquinaria a de Rhythm & Blues perfectamente engrasada.

Come An´Get It había sido muy exitoso y llegó al número dos de las listas británicas (no pudo desbancar a Adam & The Ants). Parecía que el grupo estaba preparado para el gran asalto a Estados Unidos. Y con esa idea en mente, junto al productor Martin Birch, comenzaron en noviembre de 1981 a trabajar en la obra que supuestamente debería auparles a la condición de superestrellas. Pero en medio de las sesiones de grabación, hicieron acto de presencia graves problemas y tensiones internas en el grupo. En diciembre Micky Moody abandonaba y poco después, en una reunión con los restantes miembros, Coverdale anunciaba un parón temporal pero indefinido en la actividad de la banda. Tras años de exitosas giras, más que aceptables ventas y varios discos de oro, los músicos habían descubierto con gran desagrado que económicamente estaban cerca de la ruina y que todo el mundo (manager, compañías discográficas, etc) parecía haberse lucrado salvo ellos. Esto generó tensiones y un mal ambiente que hacía imposible continuar con la grabación de Saints & Sinners. Lo primero que hizo el cantante fue despedir al manager John Coletta y comenzar a tomar él, personalmente, las decisiones financieras del grupo. Sin embargo, tras unos meses de inactividad, cuando trató de volver a convocar al grupo, descubrió que solamente Jon Lord permanecía a su lado. Un serio contratiempo con el que el líder no contaba. Su deseo era finalizar el disco, una vez solucionados los farragosos asuntos legales y económicos de royalties, contratos, etc. Y en el momento en el  que ya podía centrarse en la parte artística se encontraba sin banda. Aunque el disco estaba casi en su totalidad grabado, faltaban algunas partes de guitarra que añadir, cosa que se pudo hacer sin mayor problema al volver Micky Moody al seno del grupo. Por su parte, Paice, Murray y Marsden optaron por no regresar, por lo que fueron sustituidos por Cozy Powell, Colin ´Bomber´Hodgkinson y Mel Galley respectivamente. Ninguno de ellos llegó a tocar una sola nota para este disco y no pisaron el estudio, con la excepción de Galley que llegó a grabar coros en algunas canciones.

Con este panorama sería lógico pensar que el resultado final se resentiría, pero nada más lejos de la realidad. Es cierto que no llega (solo por los pelos, ojo) al nivel de su antecesor Come An´Get It, pero está casi casi a la misma altura. Lo cual no está mal, las malas vibraciones y las tensiones no asoman por ninguna parte y desde luego, si alguien escucha el disco sin conocer la historia de cómo se gestó, no adivinaría que se creó en medio de un ambiente tan poco propicio. En 1982, la maquinaria Whitesnake funcionaba a la perfección fuesen cuales fuesen las circunstancias. Y en Saints & Sinners la banda desplegaba toda su maestría a lo largo de diez temazos como la copa de un pino, en los que (por supuesto) manda la temática sexual… no podía ser de otro modo. La apertura de álbum es impresionante con dos trallazos de hard rock 70´s insuperables, Young Blood y Rough´n´Ready. Sonido que se repite en el tema que cierra y da título al disco a modo de inmejorable colofón. Boogie incendiario en Bloody Luxury y Love and Affection, en donde el grupo suena desbocado cual manada de caballos salvajes. Mientras tanto, la Serpiente muestra su faceta mas rhythm & blues en Victim Of Love y sobre todo en Dancing Girls, una grandísima canción en la que la pareja Paice/Murray llega a cotas de excelencia y que suena negra y setentera por los cuatro costados.

En la faceta más melódica, Coverdale y compañía lo bordan en Here I Go Again y Crying In The Rain con su gran estribillo (Cause No One Ever Sees The Tears/ When You´re Crying In The Rain). El cantante tenía mucha fé en ambas canciones y frustrado por la falta de éxito las regrabó cinco años después e incluyó las nuevas versiones en el disco 1987. Y ahí sí que obtuvo la repercusión que llevaba años buscando. Concretamente Here I Go Again fue una de esas canciones que llegó a saturar. Durante unos meses fue número 1 en gran parte del mundo, apoyándose en un videoclip que se emitía a todas horas en canales como la todopoderosa MTV. Personalmente no soy muy amigo de este tipo de regrabaciones, pero al menos en el aspecto comercial el tiempo le dio la razón a David Coverdale. Sigo pensando que las versiones aparecidas en 1987 son pálidos reflejos de las originales, pero no es momento de meternos en este tipo de debates.

Volviendo a Saints & Sinners, treinta y cinco años después de su publicación podemos afirmar sin temor a equivocarnos que es un clásico por derecho propio, con un sonido 100% classic rock merecedor de todas las reivindicaciones del mundo. Desde la labor de Martin Birch, cerebro en la sombra de manera discreta pero efectiva, hasta la de unos músicos que en 1982 estaban en estado de gracia, todo en este álbum está a un nivel estratosférico. Puede que ese año fuera un infierno a nivel personal para los componentes de Whitesnake. Posiblemente así fue, pero con semejante suma de talentos nada podía salir mal. Ni siquiera frente a las más adversas circunstancias. David Coverdale no era un frontman, sino EL frontman. La pareja Marsden/Moody a las guitarras era puro fuego. Insuperables. Jon Lord con sus teclados desplegaba toda su magia a lo largo de los surcos. Quizás sin hacerse notar demasiado, pero siempre aportando y sumando. Y llevando a todos ellos en volandas, una de esas secciones rítmicas, formadas por Ian Paice y Neil Murray, precisas como la maquinaria de un reloj suizo. Una formación difícilmente igualable, para la cual Saints & Sinners significó el final de una gloriosa etapa llena de maestría, clase, actitud y canciones. Sobre todo grandes canciones que fueron, son y serán una parte importantísima de la banda sonora de las vidas de algunos de nosotros.

Ahora toca montar de nuevo en el Delorean y regresar a España en 2017. Han pasado treinta y cinco años desde el ya lejano 1982. El mundo es un lugar muy diferente. Nosotros también hemos cambiado y Whiteskane no son ya ni la sombra de lo que un día fueron. Sin embargo Saints & Sinners permanece inalterable, y cada vez que dejamos caer la aguja sobre el vinilo volveremos a emocionarnos como la primera vez que descubrimos esta obra maestra sin aditivos, conservantes ni fecha de caducidad. Porque para escuchar esta joya siempre estaremos ROUGH´N´READY!!!