Sello: Avalanche Recordings

Por Manuel J. González


A diferencia de muchos de sus contemporáneos Justin Broadrick lo tiene claro: concesiones 0. Algo tendrá la ciudad de Birmingham que consigue mantener los tonos grises en la música que nació de su cargado ambiente. El líder de Godflesh es además uno de los músicos más participativos que se recuerde; baste escuchar sus pálpitos frente a los ambientales JK Flesh u otras formaciones. ¿Y qué decir de la banda que anticipó un sonido y que vio como el mismo fenecía tiempo después?

Pero Godflesh siguen ahí; y en tremendísima forma. Ya lo demostraron hace poco con el delicioso EP “Decline and Fall” de 2014 o con el contundente “A World Lit Only by Fire”, publicado ese mismo año. “Post Self” no decepciona; es más, supera a sus predecesores. Cansados de la auto indulgencia compositiva, es grato contar con unos pocos mecenas del buen arte. Broadrick es capaz de balancearse entre el clasicismo metálico y la modernidad más pomposa. ¿Acaso no es «Post Self” la perfecta banda sonora para el apocalipsis del mundo? E incluso iría más allá: Godflesh serían la melodía que nos acariciaría durante el resurgir de un pueblo de sus propias cenizas.

El futuro es ya pasado, y la maquina continúa destruyendo y construyendo, deconstruyendo y reinventado la galaxia a su antojo. Grandilocuente es el cobijo de “No Body”; perturbación pura y dura gracias al bajo de G.C. Green. La agonía espetada desde “Be God” es embriagadora, adictiva y tenaz. En “Pre Self” la plácida espiral nos devuelve a aquellos excitantes y renovadores finales de los 80’s. Se cierra un ciclo de verdad musical y no podemos evitar sentirnos felices de nuevo.