En unas horas estrenamos año, un 2018 que nos traerá muchas alegrías en forma de discos, giras y festivales. Antes de que arranque el nuevo año nos gustaría pedir una serie de deseos, y aunque sea un topicazo de campeonato, lo que más deseamos es que no le falte salud a nadie en todo el año que viene, ni a músicos ni a nadie de nuestro «universo Diablorock», una tregua con la que dentro de doce meses podamos pasar lista y estemos de nuevo los mismos, y a poder ser, más guapos y sanos que hoy. Pasado ese punto innegociable, y puestos a pedir (que es gratis), nos gustaría enumerar una serie de deseos en cuanto a reuniones utópicas y situaciones soñadas por todos nosotros, algunas más difíciles que otras, pero que hemos querido dejar marcadas en negrita para que, si finalmente suceden, podamos alegrarnos por partida doble.

En 2018 ya hay planificados nuevos discos que darán mucho que hablar, algunos de ellos (Machine Head, Corrosion of Conformity…) ya los hemos podido escuchar (pero no nos dejan decir nada de ellos a esta fecha), y está claro que habrá anuncio de nuevos discos que podríamos poner como grandes deseos de esta lista (Rammstein, Guns N Roses, Tool…), pero no queremos desperdiciar deseos con cosas que sabemos que tarde o temprano pasarán, así que apuntaremos a reuniones soñadas y a las quimeras más grandes que se nos han ocurrido:


 

Vuelta de Anthrax con John Bush.

Es una maravilla ver a Anthrax hoy en día, nos encantan los dos últimos discos que han sacado con Joey Belladonna como frontman, creemos incluso que en ambos trabajos encontramos a los Anthrax thrashers en su mejor nivel, por no hablar de que en directo son un misil; pero es que lo que hicieron los Anthrax de John Bush nos parece una auténtica barbaridad, y es una pena que una etapa tan gloriosa esté en la nevera de esa manera. Nos encantaría que se anunciase que, de manera amigable, Josh Bush pudiese salir de gira con sus antiguos compañeros en una serie de fechas especiales en las que la banda pudiese centrarse en temas de esa etapa. Parece que Belladonna no está por hacer una gira conjunta, pero sí soñamos con que les dejase hacer su trabajo durante una temporada, una gira en la que Bush, Ian, Benante y compañía rescataran aquellos Sound of White Noise, Stomp 442, Vol.8 y We Have Come For You All de nuevo, y más tarde retomarán su rumbo con Joey.


Pantera & Friends.

Pantera se acabó, Dimebag es irremplazable, y una gira tratando de sustituir a un auténtico dios de la guitarra es absolutamente imposible. La diferencia sería marcar una serie de fechas en el calendario, grandes citas en los festivales más importantes del mundo en los que músicos y fans pudiesen de nuevo escuchar en directo muchos de los temas más importantes de la historia del rock, tocados por algunos de sus padres junto a amigos de la misma altura. Volver a ver a Anselmo, Vinnie y Rex tocando Walk o Domination es algo que ningún metalhead pudiese rechazar, y para ello podrían echar mano de multitud de amigos que estarían encantados de acompañarlos, como Kerry King, Scott Ian, Zakk Wylde y tantos axemen que estarían dispuestos a vender su alma al diablo por hacer un sólo tema con ellos.


Vuelta de Rush.

El 1 de agosto del 2015 el supertrío canadiense colgaba sus instrumentos en el mítico Forum de Los Angeles, y dieron carpetazo a 47 años de RUSH en seguramente su momento de mayor popularidad, reconocimiento y esplendor en muchos aspectos, aunque suene utópico tras tantos años. El motivo fue Neil Peart y sus problemas físicos en brazos y hombros, que según él le impiden tocar con la exigencia y excelencia que requiere. Desde entonces todos los fans rezamos porque se recupere o mejore mucho y puedan volver a la actividad, al menos para regalarnos otro ansiado álbum o hagan algunas fechas aunque sea en giras mucho más reducidas… pero que vuelvan! Geddy Lee y Alex Lifeson sabemos que se mueren por reactivar RUSH, pero su respeto por Peart y el nombre de la banda es aún mayor que las ganas. Ojalá este 2018 nos brinde un regreso con renovadas energías, tanto mentales como físicas. Hace falta más RUSH en la Federación Solar.


Led Zeppelin despidiéndose de los escenarios.

Si en 40 años no lo hubieran hecho nunca también lo pediríamos, pero es que, además, ya lo hicieron de un modo memorable en 2007 junto a Jason Bonham a la batería, una unión perfecta que funcionó de manera mágica, y con la que podrían quemar los últimos cartuchos sin que nadie pudiese reprocharles nada. Pese a la edad, no creemos que fuesen capaces de hacer algo por debajo del tremendo nivel que se les presupone, son los puñeteros Led Zeppelin y sabrían cómo hacernos derretir sin apenas despeinarse.


Gira de Smashing Pumpkins con su formación clásica.

El problema es que la marca ha sido maltratada de muchas maneras por Billy Corgan a lo largo de los años, pero confiamos en que el calvo se exigiría lo suficiente al verse de nuevo junto a sus compañeros en un reencuentro que satisficiese lo que sus fans esperan. Escuchar tantos y tantos clásicos de los 90 tocados en directo de manos de sus auténticos responsables es algo por lo que muchos perderían la compostura, y con razón.


Pelotazo AC/DC: vuelta de Brian o disco con Axl.

Nos da igual que sea una cosa o la otra, lo que nos da miedo es que Angus baje los brazos y corte la luz a la banda más electrizante del mundo. Si se confirma la mejoría y vuelta de Brian Johnson nos romperemos la camisa, palabra, pero si no puede ser… tenemos claro cuál es el mejor sustituto que existe pisando este planeta: Axl Rose. Un anuncio de último disco y gira de AC/DC es algo para tirar cohetes y brincar por todo lo alto, los australianos han pasado muchas calamidades, pero deberían despedirse de los escenarios por todo lo alto.


Vuelta de Kyuss… con Josh Homme.

Aquí no hay problemas de salud ni condicionantes importantes de edad, pero quizá sea la quimera más complicada de esta lista de deseos. Josh Homme y John García se encuentran en las antípodas tanto musicalmente como en su relación personal, pero el poder de la música de Kyuss hace que la agitación de sus fans esté intacta… por no decir que es una banda que ha podido multiplicar por 10 sus seguidores a lo largo de todos estos años. Han nacido varias generaciones de greñudos fumetas que serían capaces de afeitarse sus largas barbas con tal de volver a ver unos Kyuss originales repartiendo riffs polvorientos desde el escenario.


Retorno de Barón Rojo, pero bien hecho.

La formación clásica de Barón Rojo se pegó una pila de años enfadada y sin hablarse para hacer un aborto de reunión fatalmente realizada hace casi diez años. Los fans y la banda merecen que todos los miembros originales de la mítica banda sean capaces de volver a entender que se pueden hacer las cosas de una manera digna. Hacerlo de nuevo, pero hacerlo bien, con todos y cada uno de los apartados pactados, atados y consensuados de manera que el legado de una de nuestras bandas más importantes escriba un capítulo de retorno a la altura de las expectativas, y que convenza a todas y cada una de las partes.


Reunión de Screaming Trees.

Mark Lanegan ha confesado por activa y por pasiva que no van a volver, incluso ha bromeado con que sólo un cheque enorme lo haría posible. La relación con los hermanos Conner no es buena y tiene en su cabeza su exitosa y prolífica carrera en solitario. Gary Lee está con sus discos en solitario sin apenas hacer ruido y tampoco parece por la labor, su hermano Van se encuentra en situación parecida, y Barret Martin está con sus Walking Papers. Pese a todo, da pena pensar que uno de los pocos grupos del Seattle de principios de los 90 tenga a todos sus miembros vivos y «jóvenes» sin que podamos disfrutarlos en activo… aunque fuese en una efímera gira.


Reunión de Sepultura en su formación clásica.

Nos da igual que Andreas y Max no puedan verse ni en pintura, lo que más nos importa es que ambos están tremendamente orgullosos de la música que parieron juntos en la década de los 90, y están más cerca de lo que creen. Es un «must be» en toda regla, nos da igual que vuelvan por dinero o por morriña, pero lo queremos ver de una puñetera vez. ¿Por qué? Pues muy sencillo, los riffs de Arise o Chaos AD no suenan igual en la guitarra de otro que no sea Kisser, y por mucho Eloy Casagrande que lleven los Sepultura de ahora, la voz de Max (mucha o poca) junto a las baterías de Igor son insustituibles. España es un fortín para la banda brasileña, e igual que decimos con Anthrax, no pasaría nada que empezasen aquí una gira de reunión para saldar cuentas con miles de fans. Y luego, que cada uno siga con su camino; todos contentos.


Reunión de Rage Against The Machine.

Hace unos meses vimos como los tres instrumentistas de la banda hacían saltar a decenas de miles de personas en Madrid sin la presencia de un frontman de la fuerza de Zack de la Rocha, creemos que RATM deberían de estar encendiendo los pabellones y estadios de todo el mundo, sí o sí. Prophets of Rage es un premio de consolación mucho más jugoso de lo que nos creíamos en principio, y lo tomamos como un regalo, pero volver a ver en acción a los geniales Guilty Parties sería para gritar un fuck yeah tan fuerte que dejara sorda a toda la familia Trump.

 


Que Lars Ulrich de clases de batería… o se ponga en forma.

Tomaros este último deseo medio en broma, pero también medio en serio. Hay quien reniega de los Metallica contemporáneos, algo que sinceramente no entendemos. Metallica están en un estado de forma «prácticamente» inmejorable a estas alturas, y si decimos «prácticamente» es porque no se nos olvida Dinamarca. Ojo, Lars Ulrich es un batería que nos encanta, su legado está ahí, huelga pararse a recordarlo, sin olvidar que hasta en sus últimas participaciones de estudio es capaz de seguir inyectando sus personalísimas baterías. Pero es cierto que hablamos de la banda de metal más grande del planeta, con un directo brutal en el que el único «pero» que podemos encontrar es la (cada vez más preocupante) vagancia y limitación técnico-física de Ulrich. Cuando los haters nos apuntan a los Ventor, Lombardo, etc de su generación es difícil no desear que el millonario danés se dejara un pellizco de su patrimonio en contratar un entrenador personal que le ayudase a recuperar su pegada de antaño, no pedimos tampoco más.

 


Bonus:

Como bonus incluiríamos ese deseo que tienes en la cabeza y se nos ha pasado, que seguro sería la bomba. Además, se nos ocurren grandes reuniones, como una gira especial de Pink Floyd, o de Deep Purple con Blackmore, Coverdale y Hughes, ver por fin en Europa a Van Halen con David Lee Roth, una gira en toda regla de nuestro padrino Alice Cooper con la Alice Cooper Group clásica, un tour de White Zombie, un nuevo regreso de los enormes Faith No More, discos póstumos con material inédito de Soundgarden, Pantera, Tom Petty… o la vuelta de Amen, Chimaira, In Solitude… y tantos otros.

 

¡¡¡Feliz 2018!!!