Producción: Robb Flynn.
Sello: Nuclear Blast.
Texto por Rafa Diablorock.
Llevamos escuchando en la redacción el nuevo disco de Machine Head exactamente un mes, y después de mucho meditar un veredicto definitivo, hemos pensado que lo más interesante que podemos publicar en este momento en el que Catharsis aún no ha visto la luz es un análisis tema a tema (track-by-track) de lo que os encontraréis en los 75 minutos del mismo.
Catharsis estará en las tiendas el 26 de enero, y será de esos discos que pasados los años seguirán generando debate, es innegable que Machine Head salen de su zona de confort con este trabajo. Personalmente aplaudimos el arriesgado giro de timón que la banda ha realizado con este disco, ya que no gustará a todos los fans de la banda (es más, a muchos los encabronará), sin embargo encontramos a unos Machine Head que, sin caer en la autocomplacencia, parecen haber querido hacer justicia con todas las etapas de su carrera. El noveno trabajo de los de Oakland es muy melódico, y por suerte la mayoría de esas melodías nos parecen más acertadas que en sus dos trabajos previos, razón por la que pensamos que este es su mejor disco desde The Blackening (2007).
15 temas en más de 75 minutos se hacen muy cuesta arriba, pero al final te das cuenta de que Catharsis va más al grano de lo que parecía. Hay canciones de riffs y melodías prototípicas junto a otras piezas más arriesgadas que dan mucha variedad y dinamismo al recorrido del disco. En un principio puede empachar tanta cantidad de ideas hilvanadas a toda velocidad, percibiéndose una especie de monstruo de Frankenstein con tantos temas, tan diversas estrofas, melodías y riffs, pero conforme te vas haciendo al nuevo trabajo percibes un hilo conductor que da sentido a todo el álbum. El aroma a Machine Head es la clave, el fan que los descubriese en The Blackening quizá no llegue a entender este disco, pero pocos son los ingredientes de Catharsis que la banda no hubiese utilizado en el pasado. Entremos en materia:
1. «Volatile»
Nada de intros, el álbum empieza a toda tromba. A los tres segundos tienes a toda la banda riffeando salvajemente a máximo volumen, con un Robb que abre el disco gritando «oh! fuck the world». Quieren arrancar con un tema enérgico y veloz (aunque nada thrash), con un riff principal muy rápido que podría recordar a los primeros Slipknot. Voces y ritmos muy nu-metal conducen Volatile a varias estrofas melódicas con guitarras solistas clásicas, llegando a un interludio de riff pesado con armónicos marca de la casa… señor@s, esto es Machine Head.
2. «Catharsis»
Debéis conocerlo a estas alturas, ya hay hasta un videoclip. Es de los más extensos, esta vez sí es precedido por una intro y muchos adornos, como teclados y bases programadas. Un tema trampa en realidad, porque aunque da título al trabajo no es del todo representativo de muchas virtudes que aparecen en este disco y que no encontramos en este corte. El juego de guitarras y la acertada melodía vocal podrían ser lo mejor de un tema que en su estribillo peca de rimbombante, con unos teclados con demasiado protagonismo.
3. «Beyond The Pale»
Otro tema que la banda ha compartido con sus fans. Posiblemente hablemos de uno de los estribillos más empalagosos del álbum, pero tenemos unas guitarras muy interesantes, especialmente en su final en el que toman un mayor peso.
4. «California Bleeding»
Tanto por su título como por su estilo hablamos de un tema que podría haberse gestado en Supercharger. Estribillo muy contagioso (que no dulzón) y guitarras muy alt-metal… parece hecho para el público americano, para fans del groove metal más melódico de bandas como Disturbed o Soil… pero no te asustes, esto es Machine Head. Volvemos a tener un interludio instrumental muy interesante, con una progresión de guitarras formidable y con solos brillantes. El tema se remata con guitarras muy pesadas y estallando una vez más con un estribillo hecho para ser cantado en la ducha.
5. «Triple Beam»
Tema de los de coger martillo y romper cosas. Tenemos a unos Machine Head muy pesados, escupiendo letras con una cadencia muy hip hop (sin llegar a serlo), y con un Robb Flynn que sobre una base de bajo desnudo susurra de un modo que hace recordar el tremendo The More Things Change (1997). Este tema sacará de sus casillas a muchos, pero para mí tiene un riff simple y certero que me agarra de la nuca como hacía tiempo no recordaba en esta banda. Adictivo, que además brilla en su estribillo con una melodía acertadísima que no resta potencia ninguna, por no hablar de un nuevo riff destrozacuellos escondido en mitad del tema que podría recordad a los KoRn más crudos de 1994. Personalmente de lo que más disfruto del disco, con un final en el que McClain hasta coquetea con el doble bombo.
6. «Kaleidoscope»
Como si de un himno se tratase, este Kaleidoscope es presentado por Robb con su voz casi desnuda sobre una simple percusión a base de palmas… el tema continúa a toda velocidad con un riff trepidante hasta otro estribillo melódico y atractivo. Es verdad que Robb está muy cantarín en este disco, pero es que la mayoría de las melodías cuajan de una manera sobresaliente. En esta canción volvemos a tener aderezos de teclado, pero son mucho más disimulados que en el tema homónimo. Volvemos a tener un descenso de velocidad para que el riff luzca en todo su esplendor… hasta una nueva sacudida final (en cuanto a estructura sí que pueden hacerse previsibles).
7. «Bastards»
Sin ningún lugar a dudas el tema más arriesgado y polémico del disco. No sé qué ha querido hacer el bueno de Robb Flynn con este experimento, pero le ha salido una mezcla de canción acústica de misa /Tenacious D, con momentos pseudo folk que parecen robados a Dropkick Murphys… baterías y guitarras eléctricas danzando por ahí… y te dejará loc@ con ese tono raro para ellos, optimista y luminoso. A veces me recuerda a la jocosa «The Brews» de NOFX… de verdad no sé como tomarme este tema, pero ojo, este pastiche en directo puede ser el nuevo himno de la banda, para cantar y levantar el mini de cerveza por el que hemos pagado oro en la barra. El tema más raro de la carrera de Machine Head, con diferencia. Bien jugado Robb… el tiempo dirá.
8. «Hope Begets Hope»
Volvemos al groove metal de libro. Riff de medio tiempo marca de la casa con Robb Flynn exigiéndose de nuevo al máximo en cuanto a su registro vocal. Melodías tanto en las estrofas como en el estribillo, en un tema que bien podría recordar a su etapa The Burning Red (1999). Los ritmos nu-metal de varios de sus pasajes son de hecho de lo más «moderno» del disco, aunque hay hueco para varios solos de guitarra encadenados por los dos axemen de la banda, haciendo recordar igualmente al gran Throw the Ashes of Empires (2003).
9. «Screaming At The Sun»
Un riff bien guapo y lubricado de armónicos son la base a medio tiempo sobre la que Robb Flynn es capaz de poner voces dobladas vaporosas con aires a Alice in chains. Comienza directamente en el estribillo, mientras que estrofas de guitarras entrecortadas y ritmos modernetes vuelven a recordarnos a The Burning Red. La canción es rica en melodías y vuelve a presentar un puente muy abierto de guitarras, antes de que el tema incida en las voces y el riff grasiento. Y lo mejor es que funciona de puta madre.
10. «Behind A Mask»
Aquí las melodias van un paso más allá. Tras un inicio de guitarras limpias y fondo de teclados, la voz se ve adornada de coros suaves en un in-crescendo que parece va a explotar, sin embargo la cima del tema es un curiosísimo solo de guitarra clásica. Una canción muy suave y melancólico que muchos tildarán de moñas o llorón… y que aunque no llamaría balada será tomado como tal.
11. «Heavy Lies The Crown»
Apostaría una buena suma a que este tema será el que más gustará, el corte más ambicioso del disco. Inicia con una intro cinematográfica con ayuda de efectos de sonido y una orquesta, la sección de cuerda empieza a presentar con violines lo que posteriormente será el riff protagonista. Robb comienza recitando la letra hasta que la tensión precipita a toda la banda en un riff de heavy metal clásico que se instala en tu cabeza sin pedir permiso. En el ecuador de la pieza, la banda presenta un nuevo riff mucho más pesado junto a una sucesión de progresiones instrumentales realmente brillantes, con guitarras dobladas, solos, tappings, diferentes tempos… con una enorme tensión que termina explotando (ahora sí) a velocidades thrash metal. El tema es una auténtica «catarsis» cargada de ideas, con un tercer riff ultrapesado y una última sacudida trepidante a todo galope, para terminar con la sección de cuerda tocando lo que parecen ecos del riff principal. Estamos ante la pieza con más aires clásicos del disco (alguno dirá Melodeath), por lo que hará derretir a los fans de los últimos tres álbumes de la banda.
12. «Psychotic»
Ritmos nu-metal y una sucesión de riffazos con muchísimo gancho, y de nuevo tenemos a un Robb que modula su voz con aires hip-hop; el que conoce a MH desde sus inicios no debería por ello sorprenderse, por mucho tiempo que llevaran sin hacerlo. La banda maneja con soltura un estilo que para nada se les hace extraño, y Robb bien parece un pez en el agua. Volvemos a tener un corte que no gustará a los fans más thrashers del grupo (los grandes damnificados por Catharsis), pero me apuesto otro buen pellizco a que los paladares hechos al mejor groove metal no harán ascos a los guitarrazos y ritmos que se suceden en este tema, en el que entre breakdowns podrás gritar «Kill yourself to survive».
13. «Grind You Down»
Con guitarras barítonas se presenta el tema rompemuros del disco, banda sonora perfecta para una película en la que pudiésemos ver a King Kong sobre un skate rompiendo edificios. Presenta un estribillo en el que Flynn se emplea en sus registros más agudos después de algunas de las voces más guturales que recuerdo en la banda, con unos growls de apoyo (posiblemente del bajista Jared MacEachern) que bien podrían ser de Dez Fafara. hay sitio para nuevos cambios de ritmo, pegada ultrapesada, velocidad thrash… nuevos riffs y arreglos con armónicos marca de la casa… pura diversión en el tema que para mi debía haber cerrado el disco.
14. «Razorblade Smile»
Este corte que no sé todavía cómo tomármelo, si como una canción de Machine Head o como un gran tributo a otras bandas. Desde el inicio parece una revisión del concepto Judas Priest en manos de Machine Head, le siguen estrofas que podrían haber sido escritas por Corey Taylor… pero es en el estribillo cuando parece que están haciendo un guiño a los Motorhead de Overkill… y todo junto a riffs adornados de armónicos y lo que parecen retales de composición.
15. «Eulogy»
Un tema que sólo sirve para cerrar un disco, pero que podrían haber obviado. Todos los coros y adornos que [por suerte] se han ahorrado en casi todo el álbum parece que los han querido meter en este cierre, que personalmente veo totalmente pretencioso y olvidable. Por cierto, pretencioso, adjetivo que utilicé muchas veces en los dos últimos trabajos de la banda y que en Catharsis apenas tiene cabida.
En resumen, un buen trabajo que se sale del camino previsible. Posiblemente cada uno de los fans de Machine Head podrán hacer una recopilación con sus siete u ocho mejores temas de Catharsis y sentirse más que satisfechos. Un disco que es un claro fruto de la primera gira «An Evening with Machine Head«, en la que quedó claro que no hay ninguna etapa olvidable en la banda de Oakland.
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