Por Manuel J. González


Como no podía ser de otra manera, Los Broncos se reinventan. Tras un trabajo, “Bedridden and Hellbound”, que acaba de cumplir un año y que los situaba en el hieratismo que toda banda necesita y debe evitar, Matt Horan cambia a todo su equipo, escribe una docena de canciones en menos de un mes y se prepara para seguir conquistando el mundo, algo que ha venido haciendo desde que unos desconocidos e infalibles Dead Bronco irrumpieran en una escena que se puede decir que inventaron ellos mismos de este lado del charco. Si el camino tomado hasta la fecha abrazaba los postulados esenciales de todo un Wayne “The Train” Hancock, ahora son los indispensables The Goddamn Gallows los que sirven de ineludible referencia. Y todo ello gracias a la savia nueva de Adam Gómez (mandolina/guitarra), Joel Bruna (banjo), Guille Peña (batería), Adrian López (contrabajo) y, por supuesto, del propio Matt Horan, que ruge como nunca.

Con la versatilidad y calidad de los de Portland, Los Bronco abrazan el hillbilly, el punk, el folk, el metal, el bluegrass, un sucinto psychobilly y su propio ingrediente secreto, para parir un artefacto que se convierte desde ya en uno de los discos más seductores de este 2018 que acaba de empezar. ¿Y por qué tanta determinación en mis palabras? Es sencillo; y lo comprobaréis por vosotros mismos cuando le deis al play y suene la introductoria “Death of an Appalachian”. La perfecta definición de raíces abraza un mirar hacia adelante sin miedo a experimentar desde el corazón y las entrañas. Auto etiquetados como sludge americana, el renovado quinteto vasco, de la mano del perfecto director de orquesta Jokin Totorika, vomitan una colección de canciones que van de la tradición country punk de “Devil’s Road”, de la que son expertos ejecutores, al adictivo death folk de la embaucadora “Driven by Frustration”, con un final de fiesta que hará las delicias de todos aquellos que los sigan en su inminente gira que recorrerá gran parte de Europa.

Canciones como la deliciosa “Floating Down River” o la emotiva “Lord Call Me Home”, confirman que Matt conserva ese mojo tan necesario para conseguir que la música siga siendo el perfecto refugio del alma. Dead Bronco se han preparado para su gran momento, ese que les ha ido llegando de manera lenta pero segura; no es gratuito que el gran Jason Galaz los haya fichado para su Roots Union, que garantizará una correcta distribución de su música por tierras yanquis. Ni que decir tiene que han sido reconfirmados para la siguiente edición del legendario Muddy Roots Music Festival americano, donde compartirán escenario con ni más ni menos que High On Fire, Sleep y mis adorados Those Poor Bastards, entre muchas otras veneradas formaciones. Es como si cada momento fuera un nuevo comienzo para nuestros Broncos; y eso tan solo quiere decir una cosa: no existe lugar para la autocomplacencia. No hay mejor declaración de intenciones que “Funeral Inhibited”, con la que cierran este excelente trabajo. Nos vemos en Cookeville.