CEW – Catalonia Extreme Winter 2018
Sala Upload, Barcelona, 19 de Enero de 2018.
Bandas: Necroracle, Sheidim, Graveyard y Dead Congregation
Fotos y Texto: Alejandro Benete.
La tercera entrega del Catalonia Extreme Winter no decepcionó, y es que los compañeros de Chroma Nation llevan tiempo implicados en la escena y saben qué hacer y cómo hacerlo. En esta primera ronda del festival, celebrada la noche del viernes 19 de enero, nos acompañaron las bandas nacionales Necroracle, Sheidim y Graveyard, junto con los griegos Dead Congregation.
Los jóvenes de Necroracle iniciaron su misterioso rito ante un elaborado altar coronado de huesos y candelabros. A la luz de las velas, y entre una densa niebla de incienso, el blackened death de Necroracle daba la bienvenida al público, abriendo el apetito para una noche plagada de oscuridad. Los atmosféricos riffs de guitarra de C y K acomodaban la voz de ultratumba de M, sobre la frenética batería de S y el sólido bajo del encapuchado J. Lo cierto es que la banda, formada hace un año escaso, sabe desenvolverse en un escenario, y crear expectación ante el lanzamiento de su EP MMXVIII, que verá la luz próximamente. Presentaron éste íntegramente, interpretando Though the Eyes of Death, Revelations (su único tema de estudio desvelado hasta el momento) y Shrines from Beyond, concluyendo el show con Towers of Silence.
Aún embriagados por el ambiente cadavérico que reinaba en la sala, nos encontramos con los barceloneses Sheidim en el escenario, cargados con más black death. Tras la introducción instrumental de su último EP, Infamata, Sheidim arrolla en el escenario con el vertiginoso inicio de A Dying Sun. Continúan el concierto recuperando de su LP Shrines of the Void temas como Deviant Kingdom, First Poison y su pasaje instrumental, antecámara de la brutalidad final de la pieza, la pesadez de Sunken Nigredom con la tremenda ejecución en las guitarras de C.S. y P.K., y Without Reins, para volver a su último EP con Sister of Sleep, finalizando con su outro instrumental, esta vez interpretada en directo. Un setlist equilibrado de black metal marcado por la potente voz de A.K. y tintes death presentes sobretodo en los cambios de tempo, marcados a la perfección por J.F. en las baterías y A.T. en el bajo.
Dejando de lado la necrosis del black que invadía la primera parte de la velada, Graveyard nos ofrecieron su death metal directo, en un setlist con abundantes interludios instrumentales y atmosféricos para contextualizar las diferentes canciones. Con una introducción instrumental se colocaron los integrantes en sus respectivas posiciones y, pese al cambio de vestuario, reconocimos a C.S., que hacía doblete esa noche con Sheidim y Graveyard. Iniciaron su actuación con With Fear and Thirst, canción que abre su último LP …For Thine is the Darkness, siguiendo con To Earth and Death, de este mismo disco. Continuaron con The Visitations of the Great Old Ones y Faces of the Faceless, de su anterior álbum The Sea Grave. Retomaron llegado este punto de la noche, clásicos de su primer LP como One With the Dead, que le da nombre al trabajo, y Necrology, con los que Fiar hizo corear al público, para volver a canciones de su disco más reciente como The Mighty Columns of Ijrem y Mine is the Shining Light. Como guinda del pastel, finalizaron su concierto con el temazo Blood of Vengeance incluido en su anterior trabajo, de temática Lovecraftiana, para dar paso al siguiente grupo dejando al público ya caliente y el listón bien alto. Pese a algunos problemas técnicos con el equipo de C.S., el frontman de los barceloneses supo arreglárselas para realizar los pertinentes agradecimientos mientras se solucionaba la situación y poder terminar la actuación con normalidad.
Los atenienses Dead Congregation, liderados por Anastasis, se abrían paso con sus pesados riffs a través de las últimas horas de la noche. Demostrando porqué son un referente en la escena del death metal actual, desplegaron toda su artillería de riffs con un sonido contundente perfectamente emparejado con la profunda voz del imponente Valtsanis. El público, ya caldeado tras tres rondas de pura potencia, se entregó a la música de los griegos, que sin duda alguna culminaron una muy respetable primera mitad del festival. El técnico de la sala hizo un maravilloso trabajo, proporcionando un sonido definido incluso en los pasajes más atmosféricos, sin sacrificar potencia en los momentos rompecuellos. La máquina de humo no dio tregua durante toda la velada, sumergiendo al público en una densa niebla fúnebre, pero dificultando la labor de los fotógrafos. Y todos guardando ya energias para la jornada de sábado, que se antojaba intensa.