Manuel J. González [Menorca, 1972] publica estos días su cuarto libro, “Hijos del Desierto”, en el que retrata la historia de un grupo de jóvenes californianos que originaron en mitad del desierto una escena irrepetible. Manuel nos cuenta el modo en que se vio hipnotizado por aquel momento y aquel lugar, por aquel desierto y sus hijos más inquietos. Unas dunas de tal atracción para él que motivaron el viaje personal que detalla en las páginas de su nuevo libro, en el que encontraremos a Kyuss, el Rancho de la Luna, las emblemáticas Desert Sessions y muchos de los protagonistas de un movimiento musical apasionante.
Creo que la idea de este libro rondaba en tu cabeza desde hace mucho. ¿Por qué después de tantos años es ahora cuando decides publicarlo?
Hasta hace poco tiempo la información disponible sobre la escena de Palm Desert era escasa; cuando vi que tenía suficiente material como para hacer justicia a la misma, me animé; pero sí, imagino que este libro estaba en mi cabeza desde antes de empezar a escribir sobre música.
¿De que años habla exactamente este libro?
La historia transcurre más o menos entre 1985, cuando las bandas del sello SST recalan por primera vez en la pequeña localidad de Palm Springs, y 1995, que es cuando Kyuss se desmantelan; aunque también hay capítulos dedicados al Rancho de la Luna y las Desert Sessions, por lo que se podría decir que en cierta manera hablo del desierto hasta la actualidad…
¿Y por qué hiciste ese viaje?
Mi primera visita al desierto fue totalmente improvisada. Estaba pasando unos días en Los Angeles, en casa de unos mexicanos conocidos, y me atreví a subirme a un autobús y dirigirme al desierto en busca de John Garcia. Ahora puede sonar algo natural, pero a finales de los 90’s aquello era una especie de idea absurda…
Hace décadas estuviste en un sitio privilegiado con personajes muy importantes. ¿Crees que viviste algún momento trascendente de la carrera de esas bandas/artistas?
No realmente; siempre fui un fan en la distancia. El único verdadero privilegio que tuve al respecto fue presenciar alguno de los primeros ensayos de Unida en la localidad de Indio, cerca de Palm Springs… en la época pre Internet y con los recursos de un joven de mi edad, no tienes muchas posibilidades de ser consciente de nada, y menos de una escena tan pequeña a miles de kilómetros de cualquier sitio… Kyuss se disolvieron cuando yo tenía 23 años… yo pisé el desierto con 26 años, y fue gracias a que mi economía había mejorado sustancialmente por estar trabajando en México…
Dice tu prologuista que esta es la historia sobre el desierto que todos habéis querido saber y que nadie se atrevió a escribir hasta ahora. ¿Por qué?
Creo que hay muchos fans de Kyuss ahí afuera, aunque imagino que nadie con las ganas de rendir tributo a la banda en forma de libro. Tal como te comentaba, hasta hace escasos años no se sabía mucho de dicha escena. Es más, ¿cuánta gente conoce actualmente a Across the River?
¿De dónde sacaste el tiempo para trabajar en el libro? ¿Cuánto tiempo te llevó?
Me considero una persona muy TOC; tengo la extraña habilidad de aprovechar cada segundo de tiempo, además de ser capaz de hacer varias cosas a la vez… cuando sientes pasión por algo, encuentras el momento para trabajar de manera ágil… además, no soy tan fan del sueño y de otras cosas que nos llevan a perder el tiempo: vida social, TV, etc. El libro me ha llevado un año de trabajo intenso; creo que he trabajado deprisa porque siempre tuve interiorizada la historia de Kyuss… lo más complicado fue montar las citas para que la historia tomara sentido… aunque siempre fui un amante de los puzzles… de hecho, mi trabajo actual está muy relacionado con el orden y la organización.
Hablas directamente de Kyuss, ¿sobre qué otras bandas hablas en el libro?
El libro contiene información sobre decenas de bandas, pero se podría decir que todas ellas giran en torno a la relevancia de Kyuss… sin Kyuss no habría libro, pero también sin Across the River, Yawning Man o Dead Issue no habría Kyuss… todos son relevantes, aunque Kyuss fueron la punta del iceberg.
Ya escribiste cosas, a fondo, de esta aventura en Popular 1. ¿Será esta vez diferente? ¿Se ha perdido algo importante que no se retrate en este libro alguien que no te leyera en esos artículos?
Mis artículos en Popular 1 fueron pequeños esbozos de lo que estaba por venir… en el fondo, si lees este libro obtendrás todo aquello que ya dije en su día más una tonelada de información más… aunque esté mal que yo lo diga, creo que la virtud de “Hijos del Desierto” es la variedad de artistas que tienen voz en él. Si eres amante de aquella escena, de una u otra manera lo disfrutarás.
No sé si volviste a ir años después, ¿crees que seguirá siendo lo mismo?
He estado muchas veces en el desierto, solo, con mi mejor amigo, con otros amigos, con mi padre, con mi novia, y hace poco con mi hijo… el desierto tiene algo que lo convierte en adictivo… tienes que regresar a él cada cierto tiempo; de hecho, este año pienso volver…
¿Cómo es que tu madre se encargó de los retratos de los personajes del libro?
Porque es una fabulosa retratista, y porque me apetecía que formara parte del proyecto, tal como hizo en mi primer libro de poesía, “Soledad en la Carretera”…
¿Tuviste algún tipo de diario en el que te apoyaras? ¿Fuiste rememorando historias revisando fotos?
La labor de investigación se sustenta principalmente en artículos en revistas, webs, entrevistas varias, DVD’s, etc.… la historia que cuento sucedió bastante antes de que yo pisara el desierto… de hecho, siempre tuve claro que el libro no trataría sobre mí con respecto a dicha escena o banda, sino sobre ellas mismas… yo soy un mero transmisor. La única parte autobiográfica del libro es la introducción que escribo tras el increíble prólogo de Sandri Pow… en ella justifico la edición de este trabajo.
Si pudieses viajar en el tiempo y regresar a mediados de los 90, ¿irías de nuevo al desierto de este libro? ¿A Seattle? ¿A Noruega?
Preciosa pregunta. Si pudiera viajar en el tiempo viajaría a 1987, justo cuando Sons of Kyuss comenzaron a ofrecer sus primeras actuaciones en medio del desierto… siempre he soñado con aquellas generator parties.
Cuando sales de viaje así, dejando tu hogar, tu país… estás rodeado de gente a la que acabas de conocer, que no posee el calor de alguien de tu familia o de tu entorno… puede significar que estás en continua soledad, ¿lo ves así?
Para nada; disfruto tanto de la novedad, del desapego, del aislamiento, de mi propia libertad… además, casi siempre viajo con mi hijo, por lo que no podría estar mejor acompañado.
¿Se sentirá decepcionado alguien que busque en este libro un documento que trate mayormente sobre música?
No realmente; “Hijos del Desierto” es un libro melómano, sobre unos tipos del desierto que también eran melómanos… en todo caso, que nadie espere un trabajo sesudo sobre creación de música… este es un libro sobre las almas del desierto, aquellas que aburridas bajo un sol a 40 grados de temperatura crearon la música más cautivadora del siglo XX.
¿Por qué te desenamoraste de John Garcia después de haber compartido con él tantos momentos?
Más que desenamorarme de él, me desenamoré de su arte… para mí hay un abismo entre los 3 discos de Kyuss y cualquier cosa que hayan hecho sus integrantes tras su disolución… aunque se trata más bien de un sentimiento; y ahora que conozco mejor la historia de la banda, siento más respeto por cómo sucedió todo… jamás habrá una historia como la suya.
Qué opinas de lo que nos dijo a Diablorock sobre el Rancho de la luna, que era otro estudio normal con pro tools.
Siempre he pensado que John ha intentado desmitificar aquella época, quizá porque aquella grandeza nunca más se repetirá… no podría jurar que el Rancho no utilice pro tools, sobre todo desde que Catching es el jefe de lugar, pero por lo que he leído, escuchado y comprobado, el estudio es una mezcla de todo tipo de artefactos, sobre todo viejos.
Eres defensor de los libros auto editados, así trabajas… ¿por decisión o porque no hay otras alternativas?
Imagino que habrá otras alternativas, pero mi querida Yaya me enseñó algo muy valioso: “nada como hacer las cosas por uno mismo”. Mientras pueda financiar mi propio trabajo, lo haré así; estoy seguro de que las editoriales hacen el suyo; de lo que no estoy tan seguro es de si saben lo que significa realmente Kyuss o, por ejemplo, la escena Muddy Roots Music.
La portada es maravillosa…
La foto de la portada está tomada en Tarifa, aunque evoca perfectamente la esencia del desierto de Palm Springs… fue un accidente su utilización, aunque benditos accidentes… desde que la vi me enamoré de ella, ya que las viejas turbinas que se observan en ella bajo el amparo de la puesta del ardiente sol narran perfectamente la sensación que tienes cuando caminas cerca de Sky Valley, en Dillon Road… esa sensación de que el mundo se detiene y estás solo bajo las estrellas…
El entorno marca creativamente al artista; del desierto salió esa música porque era una necesidad… ¿qué opinas de las creaciones musicales similares que son eco de esas dunas y esos años, pero que salen desde otros puntos del mundo?
Gracias por formularme esta pregunta. En el epílogo del libro trato brevemente esta cuestión. Tan solo quiero que quede claro que desde mi humilde punto de vista, ninguna banda que sea eco de esas dunas tiene la calidad artística y estética de las bandas madre: Yawning Man, Kyuss, Across the River, Fred Drake, Ted Quinn, Ten East, Fatso Jetson, etc.… el entorno no puede simularse, lo tienes que vivir, sentir… el desierto tiene su propio lenguaje, pero tienes que entenderlo, mamarlo, vivirlo.
Siempre te atrajo el desierto… ¿qué te enseñó finalmente?
Me enseñó que es el refugio perfecto en el que poder mirarte cara a cara con tu propia identidad… cuando estás en el desierto, en silencio, sabes que no puedes engañarte, y que de alguna manera debes ser totalmente sincero contigo mismo…
¿Qué música recomendarías para escuchar el libro?
Principalmente, los discos de Fatso Jetson, Yawning Man, Ten East, Fred Drake… aunque Kyuss son la banda famosa del desierto, el verdadero sonido del desierto fue obra de gente como Mario Lalli o Gary Arce. Gracias por esta oportunidad, Rafa…