Sello: I, Voidhanger Records.
Texto por Beto Lagarda.


Bélgica se está convirtiendo en una fábrica de bandas extremas de gran calidad, más allá de bandas contrastadas como Amenra, Emptiness, Aborted o Oathbraker hoy tenemos entre manos el nuevo disco de Yhdarl, y esto habitualmente es una noticia relevante. La banda de Déhà y Larvalis interpreta tétricamente lo que bien podría ser la sinfonía del inframundo: el suicidio, la depresión, la fatalidad, el ruido, la pesadez, la agonía o el dolor son atributos marcados profundamente en su distorsión sonora, sus gemidos, los berridos y hasta agónicos aullidos.

Loss, perdido. Así han llamado a su nueva criatura y así te sientes mientras transcurre el tiempo en que escuchas el poder del disco. Los belgas son creadores de monstruosas bandas sonoras, usan el poder del drone, del doom y del black metal más depresivo para entrar en tu mente y llevarte donde ellos pretenden. En su haber encontramos dos joyas, Ave Maria de 2011, un álbum de un único tema de 50 minutos, y Antithesis de 2017, una mastodóntica obra de más de 5 horas de duración. Esta vez han dividido su nueva entrega en tres largos temas: Ignite – Ashes de 16 minutos, Despiste – Pity de 20 y Sources – Nihil de casi 15.

Solo necesitas escuchar el primer grito de desesperación de Ignite – Ashes para convencerte que este disco no busca la alegría, y no sueñes con encontrar ningún atisbo de confort; en su lugar se opta por bombardearte con aullidos inquietantes, riffs turbios, sonidos monocordes y ritmos que logran volarte la tapa de los sesos. Un arranque muy explosivo que dista de toda la dinámica del disco, pues sin darte cuenta la música se atenúa hasta el punto de parecer entrar en letargo. A lo largo de Despiste – Pity sigues con la sensación de atmósfera inquietante, empiezas a dudar de ti mismo, descubres sombras que te observan, los gemidos de un Déhà (que se muestra más versátil que nunca) se apoderan de tu mente, miras el reloj dudando de si seguir con el disco, pero la calidad y el poder de persuasión de Loss hace que cuando despiertes hayas acabado con el disco sin ni siquiera darte cuenta.

Loss no es un disco que entre fácil, posiblemente en tu primera escucha intentes buscar en tu catálogo algo menos inquietante que no te guie hacia la autodestrucción. Sin embargo, si logras conectar con él verás que en cada escucha mejora y descubrirás nuevos senderos y pasajes que despertarán en ti multitud de nuevas sensaciones.