Sello: Sumerian Records.
Texto por Beto Lagarda.


Automata I es el título escogido para el octavo trabajo de Between the Buried and Me. La banda de Carolina del Norte ha divido en dos partes su nuevo trabajo y la segunda parte verá la luz en algún momento de este mismo verano. En palabras de Tommy Rogers, cantante y teclista de la banda sobre el motivo de este doble trabajo: Cada semana la música va y viene. Podemos obtener música al instante, con este lujo al oyente le resulta difícil sentarse con álbumes y explorar cada uno de sus giros y vueltas. Debido a esto, hemos decidido lanzar nuestro nuevo álbum en dos partes. Nuestra música es densa y nuestros álbumes son muy largos, por lo que queremos ofrecer a las personas dos momentos separados en este año para sumergirse y explorar nueva música en la que hemos puesto todo nuestro ser. Esperamos que disfrutes de la creación tanto como hemos disfrutado el proceso“. Verdad no le falta.

Automata I sigue en la constante evolución y búsqueda de la perfección progresiva de la banda. Tras The Parallax II y Coma Ecliptic la banda se ha consagrado como única en su especie gracias a la originalidad de su propuesta y ha logrado enamorar exponencialmente a unos fans asépticos por su proximidad inicial al metalcore. Lejos de caer en la repetición, la banda siempre innova hasta el punto de tener influencias de sus trabajos previos pero cada álbum conserva un cierto punto de independencia del resto, y aquí reside uno de los puntos a destacar del conjunto. En palabras del guitarrista Paul Wagoner: “Nunca queremos repetirnos a nosotros mismos; siempre estamos tratando de hacer algo diferente, y este álbum cayó en ese tipo de patrón. Nos empujamos a nuevos lugares mientras conservamos nuestro sonido básico”.

Automata I se divide en seis temas con un total de 35 minutos, escaso para ser un trabajo de BTBAM pero perfecto en duración teniendo en cuenta que solo podemos degustar su mitad. En estos seis temas podemos recorrer un sinfín de pasajes marca de la casa, temas directos como House Organ y Millions, temas de largo recorrido y procesado pausado como Condemned to the Gallows, Yellow Eyes o Blot. Como siempre, afrontar un nuevo disco de BTBAM no es nada fácil; el contraste entre una primera impresión y la percepción final tras un buen puñado de escuchas del trabajo completo habitualmente dista un mundo.

La banda logra perfeccionar sus transiciones a lo largo de todo el trabajo, proporcionando siempre una sensación de sorpresa. Las pistas contienen una gran variedad de estilos y sonidos, el tecnicismo de la composición presenta un componente adicional con el que acabas fascinado, como en ese retumbe de tambores “sin sentido” en el tramo final de Yellow Eyes. En general, el álbum contiene esa magia indefinida que crece a medida que pasa el tiempo.

Todos los artistas están impecables en sus respectivas tareas; Rogers interpreta perfectamente las voces, tanto las limpias como los guturales, así como cuando a él mismo le toca el turno tras el teclado. Los complejos riffs de guitarras de Dustie Waring y Paul Waggoner se funden a placer uno con otro. El ritmo y los variados instrumentos están tan bien ubicados dentro de toda la composición que presentan una secuencia cautivadora para el oyente. Intentar destacar un tema sobre los otros no hace sino desmerecer a los cuatro restantes de un honor muy justamente compartido (ya sacamos de la ecuación Gold Distance que actúa como intro de Blot) . No hay mejor manera de arrancar Automata con la tenue intro de Condemned to the Gallows, intro que se funde en una vibración oscura potenciada por unos guturales ásperos, secundados por unos punteos delicados de guitarra. Un tramo central donde Yellow Eyes desmonta todos los argumentos de la lógica; y no hay mejor cierre para el álbum que la larga Blot, con más de diez minutos de puro orgasmo musical, tema que arranca con una aura mística y acaba creando una progresión realmente fascinante.

Automata I no solo cumple con lo esperado, sino que acaba volándote la cabeza sin contemplaciones. Para muchos su álbum Colors (2007) fue el punto álgido de la carrera de BTBAM, pero por suerte para nosotros (los fans) la banda parece no haber encontrado su propio techo. Esperaremos ansiosos la segunda parte del disco mientras no dejaremos de rallar estos 35 minutos de excelencia progresiva.

Tracklist

1. Condemned to the Gallows (6:35)
2. House Organ (3:41)
3. Yellow Eyes (8:45)
4. Millions (4:43)
5. Gold Distance (1:02)
6. Blot (10:27)