La noche del 10 de marzo en Vigo se preveía movida. Y no el buen sentido. Alerta roja climatológica por un temporal de esos de órdago, aviso de olas de no sé cuántos metros, vientos huracanados y lluvia tan abundante como incesante. Vamos, que parecía que era la antesala del apocalipsis. Y en cualquier caso, una de esas noches en las que parecía una buena opción ver esa película que en su momento dejamos de lado, retomar la lectura de un buen libro o simplemente planear una fiesta… pero siempre a cubierto y a ser posible sin salir de casa. Por otra parte, esa misma noche en la ciudad contábamos con la presencia, nada más y nada menos, que de The Rezillos, banda, si no mítica, si de culto de la escena punk y new wave británica. Purita cosecha de 1978. Así que entre acobardarnos ante la tormenta climatológica o venirnos arriba ante la de decibelios y guitarrazos optamos por lo más saludable… salir a la calle para vivir lo que esperábamos fuese una gran noche de rock´n´roll. ¿Merecería finalmente la pena? La respuesta es rotundamente SÍ.
Foto portada por Ian Bourn.
Crónica por Jaime Taboada.
Servidor asiste a este tipo de conciertos con un cierto grado de escepticismo. Es cierto que su disco Can´t Stand The Rezillos es muy grande, pero no es menos cierto que fue grabado hace ya la friolera de 40 años y el tiempo no pasa igual para todo el mundo. Y no será la primera ni la última vez que por desgracia vemos a bandas y artistas muy quemados y que tras tanto tiempo no logran estar a la altura esperada.
Con The Rezillos sin embargo había fundadas esperanzas de que mostraran un mas que aceptable nivel. Desde su reunión hace unos años para grabar un disco (Zero, publicado en 2015) lo que habíamos podido ver en youtube invitaba al optimismo. Y tras haber visto cómo se las gastaron el sábado en el escenario de La Iguana Club, puedo decir que superaron las expectativas con creces. Y no solo las mías, sino las de gran parte del público congregado que fue bastante en esta ocasión. Nunca fue ésta una banda furibunda como The Damned o Sex Pistols. Tampoco lanzaban mensajes políticos o de contenido social como The Clash. The Rezillos siempre se situaron en la parte más lúdica del movimiento punk. Lo suyo era la sci-fi, la serie B y las melodías “camufladas” bajo una gruesa capa de electricidad y distorsión. Y cuatro décadas después de su debut siguen fieles a sí mismos. Canciones de 2:30 o 3:00 minutos, estribillos y fiesta, mucha mucha fiesta. Y lo mejor de todo, físicamente bien y anímicamente mejor.
En pleno 2018 son una banda que hacen disfrutar y a que a la vez disfrutan enormemente de lo que hacen. Se percibe en ellos entusiasmo y un buen humor contagioso. La combinación de dos voces, masculina y femenina, sigue dando mucho juego y su mezcla de punk, rock y new wave sonó matadora. ¿Y cómo se vivió entre el público? Pues con muchas ganas desde el minuto uno. Desde el primer acorde, el que más y el que menos, se dejó llevar y bailamos, gritamos, cantamos, etc. En definitiva, tal como me comentó el músico Oscar Avendaño allí presente, vibramos con unos señores rondando los 60 años y que nos enseñaron lo que es el espíritu juvenil. Y es que si una banda en muy buena forma, tiene un repertorio compuesto por joyitas como Flying Saucer Attack, Do The Mutilation, Glad All Over, Top Of The Pops o Somebody’s Gonna Get Their Head Kicked In Tonight, la verdad es que es fácil sentirse joven por muchos años que pasen. ¡¡¡Y que lo sigan siendo!!!
Setenta minutos adrenalínicos coronados por una excelente versión del River Deep Mountain High en la que Fay Fife se dejó el alma y nosotros los últimos gramos de nuestra fuerza. Toda una lección de lo que es el punk pop, etiqueta muy desprestigiada hoy en día pero que da mucho de sí en manos de quienes saben lo que hacen como nos demostraron los escoceses. Uno de sus grandes éxitos lleva por título Destination Venus, pero os puedo asegurar que el sábado The Rezillos, a base de electricidad, fiesta y rock´n´roll nos llevaron muchos más lejos incluso. Yo ya estoy deseando verlos de nuevo.