Sello: Ipecac Recordings.
Manuel J. González.
No es novedad que Buzzo y Crover cuenten con invitados especiales en cada una de sus publicaciones. Melvins se han consolidado – desde hace años – como esa banda que hace siempre lo que le sale de los cojones. Han vivido la muerte del grunge, del nu metal, el cambio de siglo; y ahora mismo suenan más frescos que el 99% de sus discípulos. Bien es cierto que su perfecta mancuerna son sus hermanos de gira Big Business, pero tampoco vayamos a ponernos dramáticos. Melvins son Melvins. Y son los putos amos. Kurt Cobain no podía estar equivocado.
¿Y qué tenemos aquí? Pues el enésimo trabajo de la más incansable banda del planeta tierra. El honorable Pinkus – Butthole Surfers, Honky –, que se subió al carro en el delicioso “Hold it In” (2014, Ipecac), y el simpático Steven McDonald – Red Kross, Off! – completan un equipazo como pocos. ¿Novedades? ¿Acaso hacen falta en este maravilloso combo? Hace ya años que la banda del estrafalario Buzzo se ha situado en una posición privilegiada, grabando lo que les apetece, cuando quieren, con quien quieren, donde quieren. Y eso es maravilloso. Así debería ser siempre la música. Felicidad sería la palabra. También es cierto que desde que cuentan con el ex Redd Kross, su sonido se ha acercado un poco más al hard pop de todos unos Kiss, de quienes son discípulos desde hace décadas. ¿Qué hubiera sido de nosotros sin aquella maravillosa versión de “Going Blind”?
Referencias aparte, “Pinkus Abortion Technician” es un maravilloso trabajo, en el que encontramos por primera vez a dos bajistas, con un refuerzo sintomático de la base rítmica, pasando Buzzo y su guitarra a un segundo plano, ya que además no canta en todas las canciones. Escuchen la provocadora “Embrace the Rub” – ¿reminiscencias Zappianas? El inicio de disco es memorable, con el medley que supone “Stop Moving to Florida”, un híbrido del “Stop” de James Gang y el “Moving to Florida” de la banda madre de Pinkus. ¿Queríais doble ración de Butthole Surfers? Pues también incluyen una genial versión del “Graveyard” que apareció en “Locust Abortion Technician” – de ahí el título del disco. Todo pensado, todo estudiado, todo sentido. ¿Y qué más encontramos? Pues adictivas bizarradas del tamaño de “Don’t Forget to Breathe”, el orgasmo pop de “Flamboyant Duck” o la osada aunque certera versión del “I Want to Hold Your Hand” de esos que no deberían ser presentados.
En conclusión, uno de sus trabajos más interesantes desde el magnífico “(A) Senile Animal” (2006, Ipecac). Estamos de enhorabuena. Y que sea por muchos años junto a nuestros amados Melvins.
