Productor: Carson Slovak/Grant McFarland.
Sello: Metal Blade Records.

Por: Álvaro Antípodas.


Absolutamente apabullante.

Adentrarse en Where Owls Know My Name, tercera referencia de los norteamericanos Rivers of Nihil, es hacerlo dentro de una de las obras más complejas, técnicas y vastas que ha dado el death metal en mucho tiempo. Los de Pennsylvania sencillamente apabullan con una inclusión de influencias desde el jazz, electrónica, folk e incluso industrial, que hace que su núcleo de sonido death acabe empapado por una atmósfera progresiva que acaba por inundarlo todo finalmente. Con esto no quiero decir que el arsenal de guitarrazos no esté presente, de hecho la somanta de riffacos que se han cascado aquí Brody Uttley y Jon Toporre ya daría para ensalzar el disco. Sin embargo es en la amalgama de elementos incrustados en su música, “prestados” de otros géneros, donde han dado con la tecla para destacar sobre una buena marabunta de bandas existentes que, en demasiadas ocasiones, parecen clones unas de otras.

Con Cancer/Moonspeak, a modo de mera intro, emprenden un viaje apasionante que tiene su primera parada brillante en The Silent Life; canción de seis minutos y medio que justifica un buen análisis por la infinidad de detalles que contiene. Sección rítmica peinando hacia atrás con omnipresencia de doble-bombo y un bajo que deja ojiplático, eso por no hablar de uno de los mejores riffs de todo el álbum. Y cuando menos te lo esperas se toma un giro progresivo con la aparición jazzy de un saxofón que en unos segundos de frenesí hace acordarnos de The Mars Volta y de Ex Eye. La presencia de este instrumento también eleva la igualmente fascinante y épica Subtle Change, capaz de reunir guitarras acústicas, armonías vocales entre Jake Dieffenbach y Adam Biggs, teclados progresivos e incluso un tramo cercano al black metal. Ciertamente toda una sacada de chorra tanto compositiva como de ejecución por parte del quinteto.

Quien quiera encontrar buenos momentos de groove y death técnico más al uso, tendrá la suerte de paladear Old Nothing, Hollow y Death is Real, que sin contener la exorbitante variedad cromática de los cortes comentados arriba, son un buen directo al maxilar con unas cuerdas –las vocales de Jake y las de las guitarras- y parches que echan humo. Otro de los momentos de matrícula de honor lo ofrece el tema homónimo del disco, en el que vuelve a aparecer una buena multitud de recursos. Guitarras y voces limpias, evolución en base a buenos riffs, gran estribillo y nuevamente ese saxofón colosal.

Ciertamente Where Owls Know My Name me parece una obra superlativa por la que van a medirse el nivel de muchos discos que en el futuro se publiquen de death técnico/progresivo, poniendo el listón altísimo para el resto de obras que pasen por mis oídos este año. Debo admitir que para no dejarme llevar por el entusiasmo y excitación del par de primeras escuchas he dejado tiempo para revisitar el disco y teclear estas líneas. El resultado ha sido el mismo. Where Owls Know My Name es casi perfecto, dando por sentado que la perfección jamás existe; a mi modo de ver ese industrial/sintetizado de Terrestria III: Wither me parece que no tiene nexo de conexión musical con el resto del disco, y quizá el sonido demasiado “mecánico” de la batería hace sospechar de cierta artificialidad en su grabación/producción. Si en Monarchy (2015) ya se vislumbraba el potencial progresivo en cortes como Circles in the Sky, Sand Baptism o Monarchy, con Where Owls Know My Name se coronan unos Rivers of Nihil reclamando toda la atención que merecen dentro de la escena metalera general. Soberbio disco.


01. Cancer / Moonspeak
02. The Silent Life
03. A Home
04. Old Nothing
05. Subtle Change (Including the Forest of Transition and Dissatisfaction Dance)
06. Terrestria III: Wither
07. Hollow
08. Death Is Real
09. Where Owls Know My Name
10. Capricorn / Agoratopia