Sello: Caroline Records / Dine Alone Records.
No se alarmen cuando lean la siguiente palabra: Supergrupo. No se confundan. Legend of the seagullmen no es otro supergrupo cualquiera. Pese a contar en sus filas con dos ilustres personajes, Brent Hinds de Mastodon y Danny Carey de Tool, son sólo parte del engranaje liderado por el inquieto director de cine y guitarrista Jimmy Hayward (Vaya pavos, Horton, Jonah Hex), y el excéntrico y misterioso vocalista David «The Doctor» Dreyer. El resto de la banda está integrada por músicos bien reconocidos aunque lejos de ser superestrellas, Pete Griffin (Zappa Plays Zappa, Tony MacAlpine…) al bajo, Tim Dawson (Técnico de guitarra en directo de Tool, System of Down y Primus entre otros) al mando de la otra seis cuerdas, y a los teclados/sintetizadores Chris DiGiovanni. Tan sólo ocho cortes contiene este trepidante y fresco disco, una obra conceptual basado en la fauna, mitos y leyendas de la vida marina.
Sin inventar nada nuevo, logran engranar perfectamente una buena cantidad de estilos, cosa normal viendo las diferentes personalidades que integran este proyecto. Aunque eso sí, no busquen unos Mastodon 2 o unos Tool 2. A pesar de ello, son reconocibles muchos riffs característicos del señor Brent Hinds, al igual que varias secciones de batería de Danny Carey, pero en general quedan en segundo plano, trabajando en favor del bien común. Sí es digno de destacar la buena labor realizada por ambos en el single The fogger, titánica canción de 6 minutos de duración con un aire muy heavy – progresivo.
Con Shipwreck y The Orca encontramos a los Legend of the Seagullmen más densos, destapando la poderosa y frondosa voz del Doctor Dreyer. The Orca a su vez emerge como un trallazo indiscutible, que bien podría ser firmado por los mismísimos Clutch. La parte más desenfadada del disco lo encontramos en la inicial We are the seagullmen, y la homónima Legend of the Seagullmen, hard rock a destajo de la vieja escuela. Y para finalizar la disección, los dos temas más épicos: Curse of the Red Tide, con otro excelentísimo juego de guitarras, y Ballad of the Deep Sea Diver, última canción, y tal vez la más jugosa al marcar la esencia de la banda. Se inicia a modo Western y se remata en un memorable final con unos geniales arreglos orquestales que te deja con una total sensación de bienestar.
Lástima que las agendas de Mastodon y Tool no se puedan compatibilizar de momento con The Legend of the Seagullmen, porque sería una pena que no puedan salir en una gira convencional. Esperemos que esta marca no se diluya y tal vez se tengan que replantear las cosas con otros músicos viendo la cálida acogida que han tenido.
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