Productor: George Hadjichristou.
Sello: Epitaph Records.
Por: Beto Lagarda.
Evolución podría ser la palabra que mejor describe Reverence, el sexto álbum de los australianos Parkway Drive. Tras hacerse con una base de fans suficientemente grande como para atreverse a madurar su sonido, la banda sigue con una trayectoria estilística lógica tras el paso al lado que supuso IRE en 2015, donde los de Byron Bay iniciaron su alejamiento particular de los cánones del metalcore.
Reverence destaca por su incidencia en lo musculoso y oscuro, lejos de los breakdowns y los estribillos a los que nos tenían acostumbrados encontramos un álbum denso y de lenta digestión, conservando todos los ingredientes necesarios para que suponga un perfecto nexo de unión entre los «antiguos» y los «futuros» Parkway Drive.
En Reverence echamos en falta una batería más protagonista, pero agradecemos el llamativo trabajo de Winston al micro, mostrando muchas facetas inéditas en su voz hasta la fecha. Kilpatrick toma gran protagonismo a las seis cuerdas creando riffs más próximos al heavy metal clásico, camino que venía dibujando desde hace tiempo, sin que llegue a hacerse sitio en cuanto a solos. A destacar que esta vez el bajo si logra destaparse, algo que no ocurrió en IRE.
45 minutos en diez temas que saben a poco, pues cuando estas disfrutando de lo lindo con el plástico se termina tras los lentos acordes y el fraseo de Winston en The Colour of Leaving. Tres cuartos de hora de heavy metal siglo XXI con posos hardcore, en los que gozamos desde el inicio coreando Wishing Wells, tema lanzado como anticipo y que causó cierto malestar entre los fans acérrimos. Un tema que logra descolocarte en las primeras escuchas pero que finalmente logra causar un impacto favorable. La energía y los coros del estribillo en Prey; Absolute Power te machacan la cabeza con crudeza y mala leche, Cemetery Bloom con melodías más simples y pesadas logra romper la potencia inicial y sirve como entrada perfecta a The Void, uno de las mejores piezas del álbum, con un Winston McCall rasgando sus cuerdas vocales como nunca. El tramo final del disco no desvirtúa para nada lo vivido hasta su ecuador, pues I Hope You Rot, Shadow Boxing e In Blood siguen con la misma frescura y dinámica.
Parkway Drive está logrando estos últimos años crear un estilo propio fácilmente reconocible, cosa que le da un plus de calidad a sus últimos trabajos. Puede que ello no termine de agradar a los fans clásicos de la banda, pero la apertura sonora de los australianos era ya una necesidad en el quinteto, que con madurez consigue un hito importante en su carrera y marca una perspectiva ganadora de cara al futuro.