Hace unas semanas tuve la suerte de presenciar una actuación de Noah en nuestro querido centro neurálgico de Palma llamado Atomic Garden. Ese lugar en el que sientes que el mundo se detiene mientras la música de tu vida te abraza entre cervezas de calidad y amigos. La joven isleña sorprende armada con su guitarra, una interpretación envidiable y una colección de canciones que en algunos casos se me antojan como joyas escondidas en un pasado musical repleto de emotividad. Se centra en la esencia folk, reinventando clásicos y no tan clásicos del género, aunque aportando su granito de arena con piezas propias como las delicadas “Just Stay” o “Brave Enough”, un tema que enamora desde su primera escucha.

Cuando consigo volver a presenciar una de sus actuaciones tengo claro que necesito rendir pleitesía a una manera realmente especial de comunicarse con el público. Desde su aparente fragilidad, Noah va desgranando un repertorio envidiable con una maestría y carisma que te mantienen embobado mientras transcurren los minutos en una nueva velada en el Atomic Garden. Como digo, nace la necesidad de contar lo vivido, lo sentido, lo interiorizado.

Que alguien que supera apenas la veintena haga justicia a piezas como “Mr. Tambourine Man”, el “Let’s Stay Together” de Al Green o esa preciosidad llamada “May you never”, de un desconocido – para mí – John Martyn, me parece digno de sincera reverencia. Además, se atreve con músicos mucho más contemporáneos, como Iron & Wine – del que escoge “Call it dreaming”, o mi adorado Bon Iver – hipnotizante su versión del necesario “Skinny Love”.

Noah explica – brevemente – algunos detalles sobre cada una de las piezas seleccionadas, otorgando a su actuación un valor extra que el público agradece – o eso quiero entender. Invita incluso a su amigo Pablo Alegría, con quién logra unas armonías vocales verdaderamente escalofriantes.

EL set se divide en dos partes y transcurre con un dinamismo que te deja con ganas de más. La artista cuenta con un amplio repertorio, por lo que sabes que, aunque repita piezas con respecto a la actuación previa, siempre tiene sorpresas que ofrecernos. Yo desde luego que regresaré a nuestra querida segunda casa para volver a vibrar con su sincera intensidad.


Manuel J. González