Producción: Josh Wilbur.
Sello: Nuclear Blast.

Por Rafa Diablorock.


Lamb of God están imponiendo un ritmo muy particular a su carrera. Por un lado parece que no están aprovechando las posibilidades de su logrado estatus espaciando demasiado sus publicaciones discográficas, haciendo escasas visitas al viejo continente y planteando inexplicables descansos. Todo ello provoca que la gente se olvide de ellos por largas temporadas, pero sin embargo la banda de Richmond parece tener muy claro lo que quiere. Cuando su público podría esperar nuevas composiciones el quinteto nos sorprende, casi sin avisar, con este nuevo trabajo de versiones que podría ser un chasco para muchos. Legion: XX, un disco menor si atendemos a su naturaleza, que por suerte finalmente significa un magnífico e inesperado regalo.

Los discos de versiones resultan interesantes cuando tienen un sentido, y este tiene todo el del mundo. A Lamb of God les ha vuelto a importar un bledo las directrices comerciales, han querido volver a ser lo que eran en sus inicios, Burn The Priest, así que han colocado el telón con su viejo logo en el local de ensayo para pasárselo bien rindiendo tributo a las bandas que los metieron en esto. Retroceder a los tiempos en que la mugre bizarra y el puca-puca les hizo tilín y montaron una banda; algo que pocos se pueden permitir en pleno 2018… y es que muchos artistas no tienen tiempo de rendir tributo a sus bandas de cabecera más allá de vestir sus camisetas.

Así que tenemos a Lamb of God sonando con su asentada producción, sin cambiar un ápice en el set-up de sus instrumentos, y llevando a su terreno una personal selección de temas reivindicables de los que ya casi nadie se acuerda. Si esperabas velocidad y zapatilla lo encontrarás, Inherit The Earth (The Accused), One Voice (Agnostic Front) o Kill Yourself (S.O.D.), porque son justo eso, crossover agresivo con la banda en una actitud que nos resulta familiar. Sin embargo, es en los temas mas alejados de los rasgos característicos del cordero en los que yo centraría la mayor atención, descubriendo a una banda realmente poderosa y sorprendente. El matiz alternativo de Kerosene (Big Black), Honey Bucket (Melvins) o la loca I Against I (Bad Brains) es justo lo que no esperaba. Una banda al completo demostrando su versatilidad, con un tremendo Chris Adler a la batería, conservando su reconocible pegada con copyright incluso cuando simula el maquinal industrial de Ministry en Jesus Built My Hotrod.

Quizá el gran protagonista del disco sea Randy Blythe, ya que resulta muy interesante descubrirlo más que acertado explorando otros registros con su voz, a veces casi irreconocibles. Randy lleva años queriendo hacer algo diferente sin éxito, y parece que gracias al reto de hacer estos temas puede (por fin) haber encontrado nuevos recursos sin pifiarla. Y para demostrarlo tenemos mis dos cortes preferidos del disco, Axis Rot (Sliang Laos), el más fiel al original de todo el trabajo, y sobre todo Dine Alone (Quicksand), con un Randy soberbio elevándose sobre la densa atmósfera guitarrera de sus compañeros.

Una extraño encuentro de terrenos ajenos y propios con total autenticidad, y en definitiva una banda pasándoselo bien sin prescindir del carácter que los hace únicos. Tan acertado que se hace corto, estaría encantado de un volumen II de esta propuesta, para la que subiría la apuesta con versiones de Helmet, Jawbox, Eyehategod, Crowbar, Carnivore, Primus, Rollins Band, Unsane, Killing Joke, Snapcase, Warzone, The Jesus Lizard, o los primitivos Corrosion of Conformity.


01. Inherit The Earth (THE ACCÜSED cover)
02.Honey Bucket (MELVINS cover)
03. Kerosene (BIG BLACK cover)
04. Kill Yourself (S.O.D. cover)
05. I Against I (BAD BRAINS cover)
06. Axis Rot (SLIANG LAOS cover)
07. Jesus Built My Hotrod (MINISTRY cover)
08. One Voice (AGNOSTIC FRONT cover)
09. Dine Alone (QUICKSAND cover)
10. We Gotta Know (CRO-MAGS cover)