Kristonfest 2018.
Artistas: Monster Magnet, High On Fire, Elder, Church of Misery, Conan.
12 de mayo de 2018. – Sala La Riviera (Madrid).
Promotor: Noise On Tour.

Fotos: Unai Endemaño.
Texto: Gonzalo Rodríguez/Manuel J. Gonzalez.

Por segundo año consecutivo, el Kristonfest volvía elegir a Madrid y más en concreto la sala La Riviera para celebrar una nueva edición del festival más importante a nivel nacional de sonidos pesados como el doom o el stoner. Un festival que trata de cuidar todos los detalles y a sus asistentes, como el hecho de que los horarios se elijan por votación, o que este año se pudiese salir del recinto en cualquier momento. Este año se antojaba como uno de las más ambiciosos del festival, con grandes nombres internacionales como Monster Magnet o High On Fire, veteranos de la escena como Church of Misery, los americanos Elder o los siempre contundentes Conan.


Los ingleses Conan serían los primeros en salir al escenario con el firme objetivo de conquistar a un público ávido de sonidos pesados. Su stoner doom es infalible e hipnótico. Repasaron sobre todo sus trabajos para Napalm Records, y presentaron también una nueva canción. Tras “Total Conquest” tan solo deseas flotar, cerrando los ojos e intentando imaginar un paraje desolador en el que una lluvia de meteoritos cósmicos consigue fulminarte. Suena “Gravity Chasm” y das gracias por estar vivo y poder sentir la embestida. Muy bien las partes vocales, sobre todo cuando Jon Davis y Chris Fielding – bajo – trabajan juntos. Su demoledora muralla sónica hizo retumbar los cimientos de la sala, consiguiendo el mejor sonido de todo el festival.


Después de la fuerte embestida de Conan, los americanos Elder hacían acto de presencia para deleitarnos con stoner rock de tintes progresivos. El ecléctico combo realizó una ejecución sublime, defendiendo de manera excelsa el adictivo “Reflections of a Floating World”. ¿Cómo resistirse a “Sanctuary”? Las labores de Nick DiSalvo a la guitarra son realmente elogiables, así como su combinación con esas dulces líneas vocales, y la inclusión de un segundo guitarrista– Michael Risberg – resulta más que acertada. Elder enamoran, y de qué manera. Cuando recuperan la progresivamente precisa “Compendium” del aclamado “Lore” [2015, Stickman Records] la locura se convierte en múltiple orgasmo. Contundencia, elegancia, impoluta ejecución. Grandes triunfadores. Muy fan de Jack Donovan; pura actitud escénica.


Y con High On Fire llegaba uno de los platos fuertes de la noche. La bestia parda de Matt Pike puede con todo; incluso con la falta del sonido adecuado para disfrutar de su actuación en condiciones. Mayúsculos riffs al servicio del arte más desgarrador. Si tus partners de escenario son Jeff Matz – Zeke – y Des Kensel, nada puede salir mal. Los postulados de Lemmy Kilmister elevados al caos sonoro sirven de potente aperitivo antes de que Wyndorf y compañía salten al ruedo esa misma noche. “Rumors of War”, “Blessed Black Wings”, “Death is this Communion” e incluso la deliciosa “Bastard Samurai” sirven para cerrar picos y estimular violentas y necesarias ansias,  acabando con “Snakes for the Divine” y sus ocho minutos de pura épica. Dios bendiga a Pike y a sus ganas de defender el emblema del rock con actitud y pelotas.


Con máxima puntualidad, Monster Magnet aparecían en el escenario para demostrar por qué eran los cabezas de cartel, y empezar con “Dopes to Infinity” siempre es garantía de éxito, a pesar de un sonido al que le faltaba contundencia. Su carismático líder Dave Windorf está en un gran estado de forma, recordándonos a su mejor versión de los años 90. Venían a presentar su nuevo “Mindfucker”  [2018, Napalm Records], el cual he de reconocer que me dejó un poco frío, pero en directo canciones “Rocket Freak”, “Soul”, o “Mindfucker” funcionaron muy bien, sonando muy enérgicas. Pero es cuando echan la mirada hacia atrás que consiguen elevar la temperatura de la sala y de los asistentes; “Look to Your Orb for the Warning”, “Negasonic Teenage Warhead” y en especial “Space Lord” nos recuerdan porque fueron una de las grandes bandas de rock de los 90´s. El apoteósico final con “Powertrip” hizo que la sala se rindiera ante ellos, a pesar de que no tocaran “Spine of God”.


Con el cansancio empezando a hacer acto de presencia, y para cerrar el festival, tomarían el escenario los japoneses Church of Misery con Tatsu Mikami al frente y su famoso Rickenbacker rozando el suelo constantemente. A pesar de los múltiples cambios de formación, el bajista sigue manteniendo con vida un proyecto que lleva desde el año 1995 y que sin duda es todo un referente del stoner doom. Con un repaso a la mayoría de sus discos, temas como “El Padrino”,  “Megalomania”, o “Make Them Die Slowly” de su más reciente “And Then There Were None…” [2016, Rise Above] hicieron las delicias de todos los adoradores de Black Sabbath que poblaban la sala. Ofrecieron todo lo que puedes esperar de un concierto de stoner doom con un excéntrico cantante japonés con theremín incluido.


Así terminaba una nueva y exitosa edición del Kristonfest, que año tras año mejora y nos trae a los mejores grupos dentro de los sonidos pesados del rock, con la promesa de que ya tienen cerrado al primer artista para el próximo año, demostrando lo bien que hacen las cosas. Ya estamos impacientes de que llegue la próxima edición.

 

DiabloRock