Continuamos en el bazar bizarro, desenterrando y reivindicando algunas de las mejores y más curiosas bandas dentro de la música experimental. Música distinta, novedosa, original, y a veces también difícil. Esperamos que disfrutes, que encuentres por aquí algo que te llegue y te acompañe a partir de ahora, y que vuelvas a nuestro bazar a por más el mes que viene.
Si te lo perdiste te recordamos que puedes seguir buscando emociones nuevas en la anterior entrega, disponible haciendo click aquí.
El bazar bizarro de DiabloRock – (Volumen 2).
Por Carlos Salcedo Odklas.
Con la única intención de abrir vuestros oídos os hemos preparado de nuevo un suculento y variado menú, desde luego no apto para mentes cerradas: death metal barroco con Igorrr, dark ambient jazz con The Kilimanjaro Dakjazz Ensemble, freak guitar shred con Mattias ‘IA’ Eklundh y psychiatric ambient con Stalaggh.
IGORRR
Si tuviésemos que transportar la filosofía y conceptos del estilo barroco al campo del metal extremo experimental, pocas bandas encajarían tan bien en dicha categoría como Igorrr. Nos encontramos ante una música con todas las características del movimiento barroco: es efectista, es dramática, es recargada , es sorprendente y cuenta con una inestimable belleza. En el cóctel musical de Igorrr puede entrar de todo, desde el drum ‘n’ bass hasta la ópera, del death metal al folk tradicional, todo ello mezclado con una exquisitez pasmosa.
Detrás de la etiqueta Igorrr se esconde el cerebro del músico francés Gautier Sierre, un viejo conocido dentro de la escena musical underground, responsable de varios proyectos y cuya carrera abarca más de una década y multitud de lanzamientos, todos ellos con un alto grado de interés. Con Igorrr, proyecto que dio sus primeros pasos con una demo publicada en 2004, consigue crear unas composiciones que aúnan de forma sorprendente el caos y la accesibilidad, gracias a una absoluta carencia de limitaciones compositivas, un inagotable afán de exploración e inclinación por el caos, combinado con el buen gusto por las melodías y los pasajes tanto calmados como preciosistas. Esto da como resultado una fascinante montaña rusa sonora, que acaba resultando más satisfactoria y digerible de lo que podría parecer en un primer momento. Como en una buena atracción sales del viaje un poco mareado, pero con unas ansias irresistibles por subirte otra vez al artefacto.
Gautier también ha conseguido transportar de forma inteligente y llamativa su nada ortodoxa propuesta al directo, gestando una formación comandada por él mismo a los mandos y escudado por dos vistosos cantantes, la bella Laure Le Prunenec, encargada de los tonos operísticos, y el inquietante Laurent Lunoir, encargado de la parte más metálica, todo ello aderezado con un portentoso batería. Sus actuaciones en directo, al igual que su música, son incapaces de dejar indiferente a nadie.
Embarcados actualmente en una extensa gira para presentar su más reciente e inspirado trabajo, Savage Sinusoid (2017), Igorrr son una propuesta innovadora e interesante como pocas dentro del panorama del metal actual. Últimamente se les empieza a prestar la atención que se merecen y parece claro que, si todo sigue su curso normal, les aguarda un prometedor futuro por delante.
THE KILIMANJARO DARKJAZZ ENSEMBLE:
Y tras la tempestad llega la calma. Este proyecto nació al asociarse Gideon Kiers y Jason Kohnen, dos compañeros de la Escuela de Artes de Utrech (Holanda), con la intención de grabar bandas sonoras para películas mudas como Nosferatu o Metrópolis. Una vez lanzada la piedra, y comprobando que había una química inusual, decidieron reclutar músicos para la causa y optaron por construir algo más personal y sin limitaciones. El proyecto tuvo una vida de 14 años, durante los cuales facturaron cuatro discos, siendo todos ellos una auténtica delicia auditiva.
Su música, de carácter casi exclusivamente instrumental, navega sobre las bases del ambient jazz más oscuro, introduciendo elementos de trip hop, doom y electrónica, y dando como resultado una combinación placentera y elegante, para paladear con calma y sumergirte completamente. Una música ideal para perderte en ella en soledad, dejarte llevar y caminar por sus pasajes evocadores y orgánicos, poseedores de una inusitada belleza, pero también por sus atmósferas inquietantes y enrarecidas que nos harán creer que estamos metidos en una película de David Lynch. Estamos ante el poder de la música en toda su magnificencia, capaz de sacarte de tu habitación y llevarte lejos, muy lejos, sin moverte del sitio.
Resulta especialmente destacable en su discografía el álbum I Forsee The Dark Ahead, If I Stay, grabado completamente en directo en diversas actuaciones a lo largo de cinco años (uno de los temas se registró en una actuación en España en 2006). La enorme calidad sonora e interpretativa hacen que resulte sorprendente que sea una grabación en directo, algo que no adivinarías si no estás informado de ello. También hay que mencionar el proyecto paralelo llamado The Mount Fuji Doomjazz Corporation, creado bajo los mismos parámetros y con los mismos músicos, pero más centrado en la improvisación y enfocado al directo.
MATTIAS ‘IA’ EKLUNDH:
El bueno de Mattias lleva bastante tiempo haciendo las delicias de la comunidad guitarrística mundial, aunque desgraciadamente permanece bastante oculto para el público ajeno al género. Este guitarrista sueco lleva cerca de dos décadas facturando una música que aúna una espectacular complejidad técnica con un espíritu desenfadado y majara propio de la música de los cartoons o video juegos.
A parte de su carrera en solitario ha militado en bandas de culto dentro de la música fusión, en proyectos altamente recomendables como Art Metal o Freak Kitchen. Se le podría encuadrad en el género de shred progresivo, ultra técnico y bizarro. Al igual que algunos de sus compañeros de género, como Buckethead (otro marciano, este algo más conocido por haber ingresado en las filas de aquella formación, también bastante bizarra y reivindicable, que fueron los Guns ‘n’ Roses 2.0) despliega todo tipo de técnicas y recursos con el instrumento de seis cuerdas (y en su caso también de siete, y de ocho). Sweeps y escalas frenéticas se mezclan con un sentido del humor musical y de la exploración que le han llevado a componer auténticas maravillas que merecen ya no solo ser escuchadas sino también observadas en sus múltiples vídeos demostrativos disponibles en la red.
Tiene momentos legendarios dentro de la guitarra freak, como Musth, tema que crea al superponer patrones melódicos creados al pasar un peine para el pelo por las cuerdas, o los intrincados tapping estilo video juego de Dark Matter, y todo ello rodeado de influencias que van desde el metal al jazz pasando por el flamenco. Una auténtica gozada de intérprete al que le gusta ante todo jugar y divertirse, creando melodías alrededor de sonidos de la vida cotidiana y utilizando cualquier herramienta y marco musical a su disposición. Si te gusta el shred y el guitarreo en general y no lo conoces preparate para abrir una puerta que ya no volverás a cerrar jamás.
STALAGGH:
Sin ningún género de duda esta es una de las propuestas más difíciles y generadora de opiniones encontradas que encontraréis en esta sección. Aquí entramos en un terreno bastante complejo, empezado por si cabe considerar esto como «música». Desde luego no lo sería desde un punto de vista ortodoxo, estando más cerca de ser un concepto, una obra sonora con un espíritu más cercano al de una instalación artística. Aunque también podría entrar dentro del género de música ambiental o atmosférica, porque desde luego su escucha crea un ambiente muy inquietante y perturbador a tu alrededor.
Imagina que te paseas por un pabellón psiquiátrico con el teléfono móvil metido en el bolsillo y la grabadora puesta, luego llegas a casa y sobre esa grabación sucia plagada de inquietantes chillidos de angustia le metes algunos ruidos sintetizados para así ensuciarla aún más. Pues más o menos eso es Stalaggh.
La historia de Stalaggh está rodeada de misterio. No se sabe a ciencia cierta quién está detrás del proyecto, pero se cuenta que se trata de un músico de death metal holandés que, trabajando como empleado de un psiquiátrico, decidió grabar los gritos de agonía de los pacientes, por supuesto sin su consentimiento, para luego, junto a unos amigos, darle un envase musical a dichas grabaciones, intentando crear los sonidos más inquietantes y desesperantes que pudiesen ser oídos por persona alguna. No sabemos si esta leyenda es cierta, ni si los gritos son grabaciones reales de enfermos mentales o si forma todo parte de una retorcida estrategia de marketing. Sinceramente, escuchando el resultado, no nos extrañaría en absoluto que fuesen grabaciones reales.
En cualquier caso no creo que quien sea que esté detrás de este proyecto lo haya hecho con otra finalidad que la de incomodar al oyente a varios niveles, y siendo esa la meta sin duda consigue su objetivo: crear una bola de angustia sonora desagradable, inquietante, muy difícil, muy malrollera, un disco que hace que se te pasen cosas muy raras por la cabeza.
Desde aquí lanzamos el reto: a ver si tienes estomago y fuerza para escucharlo entero. Que lo disfrutes.
Próximamente quedáis invitados a una nueva entrega del bazar bizarro de DiabloRock, con otras cuatro suculentas rarezas.
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