Sello: Atlantic.
Producción: Robert DeLeo, Dean DeLe.
Disco dedicado a Scott Weiland y Chester Bennington.

Crítica por Nacho García.


Han pasado ocho años desde que los Stone Temple Pilots nos sorprendiesen con su último álbum de estudio, y cinco desde que la banda lanzase un discreto EP de cinco temas junto al cantante Chester Bennington. El primer lanzamiento, llamado como la banda, fue un trabajo notable que desprendía energía, melodía y sobre todo…esperanza. El segundo, titulado “High Rise”, fue un trabajo que pasó bastante desapercibido pero que mostraba que la banda podía llegar a grabar un gran disco junto al mundialmente conocido cantante de Linkin Park. Pero las esperanzas del grupo duraron lo que dura un suspiro y enseguida comenzaron de nuevo los problemas, los imprevistos y las tragedias.

Durante esos ochos años los Pilots no solo tuvieron tiempo para remplazar al cantante Scott Weiland por Chester Bennington, sino que también tuvieron que afrontar el fallecimiento de ambos. Es un hecho que la mala suerte se ha cebado de mil maneras diferentes con esta sensacional banda, pero Eric Kretz y los hermanos Deleo siempre han sabido plantarle cara a las adversidades con una sonrisa en el rostro y con toneladas de buena música. Esta ocasión no iba a ser diferente, así que cuando el público menos lo esperaba, los chicos dieron una grata sorpresa a todos sus seguidores presentando en sociedad al cantante Jeff Gutt.

Después de mostrar en vídeos y conciertos poco a poco como Gutt iba evolucionando y adaptándose al mítico repertorio de la banda, Stone Temple Pilots comenzaron a dejarse ver interpretando nuevas composiciones. “Meadow” fue el primer tema que pudimos disfrutar, y los fans nos volvimos locos porque se trataba de una composición alucinante. Al final, como no podía ser de otra manera, llegó a nuestras manos su nuevo álbum, titulado de nuevo “Stone Temple Pilots”. Dean y los suyos nos han vuelto a sorprender con una discazo a la altura de su leyenda. En cuanto han encontrado un cantante adecuado a su sonido han florecido como en los viejos tiempos y nos han regalado otro trabajo sublime.

El disco comienza con el crescendo de “Middle of Nowhwre” y a los pocos segundos la canción se transforma en una enérgica locomotora donde destacan la potente pegada del batería de Eric Kretz y las veloces guitarras de Dean Deleo. Jeff Gutt se adapta como un guante al resto de la banda utilizando un enérgico y rasgado registro vocal. “Guilty” es una maravilla donde se dan la mano unas dramáticas melodías marca de la casa y una deliciosa psicodelia que te llega a envolver el alma. El tema navega entre las aguas de álbumes de la talla de “Purle” y “Shangri La Dee Da”. “Meadow” se ha convertido en el single perfecto de este discazo, una canción que engloba una energía y un tempo perfectos. El traqueteante ritmo ascendente da pie a un Jeff Gutt que se desenvuelve como un camaleón utilizando sus registros graves y agudos.

En “Six Eight” la banda nos conmueve con otra dramática y preciosa canción capaz de rompernos el corazón en mil pedazos. El tema desemboca en un tremendo derroche de distorsión y escalas donde Dean nos vuelve a demostrar que maneja las seis cuerdas como si de Jeff Beck se tratase. A mitad del trayecto los chicos hacen una parada para regalarnos “Thought She´d Be Mine”, una sabrosa y romántica canción ideal para pasar una bonita velada junto a nuestra pareja. La banda vuelve a demostrar que se desenvuelve a las mil maravillas en un formato más tranquilo y acústico. Los arreglos de cuerda de los hermanos Deleo son una auténtica delicia y las voces de Jeff Gutt rozan lo sublime.

“Roll Me Under” y “Never Enough” son otra buena demostración de energía y poderío guitarrero. Dean Deleo se descuelga con unos riffs de guitarra pesados y potentes capaz de competir con cualquier banda de metal actual. La banda está soberbia y Jeff Gutt vuelve a moverse como pez en el agua adoptando todo tipo de registros vocales. Los Pilots hacen otra preciosa parada en el tema “The Art of Letting Go”, una canción de despedida perfecta para abandonar tu pasado mientras conduces por una larga autopista soñando con un futuro mejor. Los renovados Stone Temple Pilots cierran este sensacional trabajo con el sabor bluesy de “Good Shoes” y la tranquilidad acústica de “Reds & Blues” dejándonos ganas de más, mucho más.

“Stone Temple Pilots” es un gran trabajo que te recordará a discos clásicos de la banda como “Tiny Music..” y “Shangri – La Dee Da” y que devolverá a esta maravillosa banda a los escenarios de todo el mundo con más fuerza que nunca en los últimos años. Algunos ya se han atrevido a criticar el paso de Jeff Gutt por Factor X, pero dada la calidad de sus interpretaciones en este trabajo, creo que esa debería de ser una cuestión irrelevante. El chico tiene talento y lo ha demostrado en el estudio de grabación y en los escenarios. Los escépticos simplemente deberían de escuchar un sabio consejo que el batería Eric Kretz nos dio en los años del álbum “Purple”:

Es muy importante que la gente deje de criticar aspectos ajenos al producto final y se centren en la música, tan solo debéis de darle una oportunidad a la música y ella hará el resto por todos vosotros.