Northern Invasion 2018.
Celebrado en el el Somerset Amphiteatrum de Wisconsin, Estados Unidos.
12 y 13 de mayo de 2018.
Crónica: Jorge Guede.
Fotos: Northern Invasion.
Consideraciones previas:
A semejanza de los festivales europeos más rockeros que tienen su momento álgido en el mes de junio (Rock am ring, franquicias del Download Festival, Hellfest, Graspop, Nova Rock….), en Estados Unidos no se han quedado atrás y están consolidando una buena red de eventos para finales de abril y durante todo el mes de mayo, tales cómo el Welcome to Rockville en Florida, Carolina Rebellion en Carolina del Norte, Rock on the Range en Ohio, el Rocklahoma en Oklahoma… y el propio Northern Invasion en Wisconsin que hoy comentamos. Con unos carteles bastante similares que engloban lo más granado de la música contemporánea, han permitido que en pocos años hayan llegado a su máximo aforo. De momento, las cifras que manejan son inferiores a sus homólogos europeos, pero ha sido tan buena la acogida que tendrán que pensar en la ampliación.
Es el caso que nos ocupa, el Northern Invasion, que se celebra en el estado de Wisconsin aunque da cobertura mayoritariamente a la población de las Twin Cities, Minneapolis y Saint Paul, a 45 minutos del recinto. Con tan sólo tres años de existencia las 25.000 entradas que ponían a la venta en el pasado se quedaron cortas, por lo que para este 2018 han apostado por el crecimiento, con más bandas y por supuesto una mayor asistencia de público, con más de 35.000 personas por día.
La zona donde se desarrolla el festival es el gozo tanto para una persona festivalera cómo para el advenedizo. Amplios prados verdes rodeados de grandes bosques, que dan cabida al enorme camping (tanto caravanas cómo tiendas de campaña) y al no menos aparatoso parking. Recuerden que en Estados Unidos el coche es imprescindible para todo cuándo se está lejos del radio de acción de una ciudad… todo ello se culmina con el recinto propiamente dicho, el bello Somerset amphitheatre. Al tratarse de un anfiteatro, la comodidad era máxima. Una de las atracciones principales dentro de la zona de servicios era el chiringuito de degustación de los vinos Caduceus wines, propiedad cómo no, del señor Maynard James Keenan, que no podían faltar al fin de semana de gloria de su amo.
El Cartel:
En cuanto al cartel, cómo bien decía en la introducción, se centra principalmente en las nuevas tendencias actuales que tienen tan buena acogida en Estados Unidos, cómo el punk, hardcore, metalcore, nu-metal, alternativo… De los 90’s hasta ahora. Estilos más clásicos se quedan fuera casi por completo.
Los dos escenarios secundarios daban cobijo a las propuestas más contundentes y a las bandas emergentes. También el público más joven. Aquello era una barra libre para el desfase de los asistentes. Pogos, crowdsurfing, walls of death… el paraíso para los deportes adrenalíticos. Y los grupos, evidentemente, ayudaban a ello. En el escenario principal el ritmo era más sosegado. La media de edad aumentaba considerablemente. Aquí sería dónde montaríamos nuestro «cuartel general».
Sábado día 12 de Mayo
Debido a problemas de logística y los intempestuosos horarios, con mucha pena en el cuerpo sabíamos que nos perdíamos a una de las bandas más interesantes de la velada, The Bronx. Pero la vida sigue.
Black Stone Cherry:
Tal vez la rara avis del festival. Su propuesta no cuadraba mucho con la línea de esta edición. Pero allí estaban ellos a las tres de la tarde para calentar motores. Nada mejor que su hard rock noventero interpretado tan magistralmente para dar la bienvenida a los miles de aficionados. Están de presentación de su reciente Family Tree, del cuál rescataron varias piezas, aunque fueron sus hit singles White Trash Millionaire, Blame it on the boom boom o Me and Mary Jane los que lograron las mayores ovaciones y cánticos del ya numeroso público congregado en el escenario principal. Nada que objetar. Escuchas su música y todo es maravilloso y bonito, y te preguntas por qué no arrasan… Ahí está la cuestión.
I Prevail:
Grupo que se ganó a pulso volver a repetir en la edición de este año del festival, y nada menos que al escenario principal. Premio gordo. Nadan en un estilo que se creía extinto no más allá del 2005, pero ahí siguen practicando un nu-metal con tintes metalcore. Voz agresiva vs voz limpia. Y una puesta en escena dejándose la piel. Nada que reprochar. Simpático el atrezzo que presentan en el escenario, dos manos esqueléticas gigantes. Remataron la faena con su ya clásico, Scars. Misión cumplida.
Breaking Benjamin:
Tenía ciertas dudas con el poder de convocatoria real después de años de parón y con cambios en la formación. Estaba totalmente equivocado. Breaking Benjamin cuenta con una buena base de seguidores fieles. Hicieron un notable repaso de sus grandes éxitos e incluyeron un par de temas nuevos de su flamante nuevo disco, Ember, como la magnífica Red Cold River, que sirvió para abrir el concierto. Pese a que Benjamin Burnley se presentó en el escenario cómo si acabase de salir de una oficina, es el amo absoluto del show. Dejando en meros comparsas al resto de integrantes. Al fin y al cabo no dejan de ser sus asalariados. Momento innecesario a mitad del show fue el popurrí de grandes clásicos como el Smells like teen spirit de Nirvana, Walk de Pantera o Sad but true de Metallica… pero que se le perdonó cuando sonaron So cold o la definitiva Diary of a Jane, muy coreada por todo el público. Con ganas de repetir.
A Perfect Circle:
El ‘Maynard’s weekend’ empezaba aquí. Para los amantes de la saga Tool era algo histórico poder contemplar en vivo, en el mismo festival a las dos bandas grandes de Maynard. En el pasado había hecho doblete Tool – Puscifer, pero no era lo mismo. Además, A Perfect Circle se presentaba con nuevo disco bajo el brazo, el maravilloso Eat the elephant. Aunque esto último me desconcertaba en cierta manera, por el condicionante de la presentación de unos temas tan íntimos en el marco de un festival, dónde más bien se opta por temas más directos y cañeros. Y esto mismo ocurrió. No se anduvieron por las ramas, y los temas seleccionados eran los más acordes para un festival. Se discute mucho, tanto con Tool cómo ahora en A perfect Circle, que la selección de los temas no es la mejor, que se dejan grandes monumentos en el tintero. Que si ya no interpreta Judith, ni Orestes, ni Passive, The Hollow tan sólo a veces, que para Pet interpretan el remix… Hay que darle la vuelta a eso, pensar que tienen tres señores discos y que de ahí pueden tocar lo que quieran. Tan sólo hace falta echarle un vistazo al setlist y darse cuenta que queda muy equilibrado a pesar de que en este caso, al tratarse de un festival resulta un poco escaso.
Podríamos definir a APC como la banda de rock total. Tiene elementos que pueden gustar a todos los amantes de este género. Sensibilidad vs agresividad, tempestad vs calma, luminosidad vs oscuridad. Difícil destacar algo en concreto de su show. No hay nada que discutir. Desde la puesta en escena, montaje, luces, la peluca de Maynard… todo impecable. Dar la bienvenida también a Greg Edwards que cumple más que bien la labor de sustituir temporalmente a James Iha, ahora preparando el retorno de Smashing Pumpkins. Con un sonido nítido y a la vez contundente, el concierto fue una demostración de talento que pocas veces se ven. Con la boca abierta desde el inicio. La controvertida Counting Bodies like sheep… que eligieron para abrir el concierto fue todo un acierto. Menudo grosor de riff que recrea el señor Billy Howerdel. Otro grande a las seis cuerdas. Siguieron la experimental Hourglass y esa parte final tan hipnótica, para dar paso con Disillusioned a la demostración vocal de Maynard… Qué delicia, después de tantos años, y parece que es ahora cuando este señor está cantando mejor que nunca.
Con The contrarian se obtuvo un poco de calma y a partir de ahí desenfreno hasta el final. Rescataron del primer disco temas tan interesantes como Thomas y Rose, que sonaron a gloria. Ni nos acordamos de los hits que se quedaron en casa. So long, and thanks for all the fish va ganando con las escuchas, y todavía más en directo, mucho más dura. Llegó para quedarse. Adelante. Ningún problema. Y fin de fiesta con sus temas más duros, el nuevo clásico The doomed y la imprescindible The Outsider. ¿Alguna objeción?
SETLIST
Counting Bodies Like Sheep to the Rhythm of the War Drums
Hourglass
Disillusioned
The Contrarian
Thomas
Weak and Powerless
Rose
TalkTalk
So Long, and Thanks for All the Fish
The Doomed
The Outsider
Avenged Sevenfold:
Alguna gente todavía no se los toma en serio, y están llenando grandes pabellones tanto en Europa y Estados Unidos, así cómo también encabezan los festivales más prestigiosos en ambos lados del Atlántico. Por algo será. Sólo hay que comprobar el enorme despliegue de medios que se gastan (enormes pantallas, múltiples luces, pirotecnia) para darse cuenta que esta banda está en la primera división en cuanto a sonidos duros.
Y en el aspecto musical cumplen con creces. Tienen ganada de sobras su reputación. Una banda relativamente joven revitalizando el heavy. Siempre es necesario el relevo generacional. Grandes músicos todos ellos. Mención especial al batería, Brooks Wackerman, que con poco tiempo en la banda y proveniente de otros estilos muy diferentes se ha acoplado perfectamente al engranaje del grupo. La interacción con el público fue constante durante toda la actuación. No es de extrañar cuándo se cuenta con semejante repertorio, y un buen líder y maestro de ceremonias como es M. Shadows.
De los más destacado, la inicial the Stage, un monumental trabajo de rock progresivo, muy bien acompañado por unas proyecciones espectaculares; la resultona Hail to the king o el momento karaoke en So far Away. La versión de Pink Floyd relaja los ánimos para echar el cierre y desatar la locura con Bat Country y Unholy confessions. Fuegos artificiales y fin de fiesta por esta noche.
SETLIST
The Stage
Afterlife
Hail to the King
God Damn
Buried Alive
So Far Away
Shepherd of Fire
Nightmare
Critical Acclaim
Wish You Were Here (versión de Pink Floyd)
Bat Country
Unholy Confe
Domingo día 13 de mayo:
The Fever 333:
Tuvimos que apresurarnos para no llegar tarde al concierto de The fever 333, el nuevo proyecto de Jason Butler, ex cantante de Letlive. Y mereció la pena. Con un ep como carta de presentación, la nueva aventura no dista mucho del anterior proyecto, pero añadiendo elementos cómo el rap, y mucho más contenido político. Pero es en el directo dónde se desenvuelve mejor. De momento como trío, el show es una locura por parte de los tres componentes, exponiendo al límite su físicos. Nada nuevo para el bueno de Jason, que aprovecha cualquier ocasión para tirarse al suelo, realizar volteretas, escalar las torres de luces… y lo que es más importante, sin perderle la cara a las canciones. Menudo espectáculo. Esperemos que no de con sus huesos en un hospital durante una buena temporada y los podamos ver por estos lares. El single Made in America ya se ha convertido en un mini clásico.
Asking Alexandria:
Es otra de esas bandas que poco te importa para escuchar en tu día a día, pero si se te cruza en el camino y le echas un vistazo, piensas, no están tan mal. Una mezcla entre las melodías de Linkin park con sonidos más metalcore, son un buen reclamo. Y cómo resultado un buen puñado de temas tan resultones cómo Into the fire, Alone in the room o Where did it go? Los británicos cumplieron más que de sobra.
Black Veil Brides:
Otra banda el cartel con reminiscencias al nu-metal y metal core, aunque su estética es más próxima a las bandas glam. Pese a tener algunos temas pegadizos se hicieron finalmente cansinos debido a tanto batiburrillo… solos heavys por un lado, riffs contundentes, voces guturales, voces muy melódicas, hard rock convencional… si tuviese que destacar algo, me quedo con su interpretación de Rebel love song. Eso sí, su posición tan alta en el cartel y los numerosos fans que disfrutaron de su concierto tenían una opinión diferente a la mía.
Stone Temple Pilots:
De cero al infinito. Por fin han logrado la estabilidad esperada. Tantos años irregulares debido a los problemas de Scott Weiland, que poco importa que el nuevo cantante, Jeff Gutt, sea poco menos que un clon. Tiempo al tiempo. De voz lo clava todo, y los movimientos ya los irá corrigiendo. ¿Quién no ha imitado alguna vez las poses de Weiland mientras escuchaba alguno de sus temas? Lo más normal del mundo que tenga estos tics. Cómo si la banda estuviese junta toda su vida, despacharon un repertorio poderoso basado en las canciones más emblemáticas que marcaron época para una generación, además de incorporar dos de los nuevos temas, que no desentonaron en absoluto, Meadow y Roll me Under.
Con un público entregado desde el minuto cero, cosa que provocó que el bueno de Jeff no dudase en bajar al foso en varias ocasiones y darse un buen baño de masas. Marcando el territorio, como diciendo de alguna manera… «aquí estoy yo, el cantante de Stone temple Pilots. He llegado para quedarme». Y efectivamente, ejerció cómo un muy buen líder. También hay que destacar la labor de los hermanos DeLeo, con un Robert siempre activo que ayudó muy bien en los coros, y un Dean que se le veía muy feliz, clavando sin compasión cada riff. Mucho talento sobre las tablas.
Momento tierno fue la versión acústica de Plush, con todo el anfiteatro unido en una sola voz. Acabaron con una potentísima Dead & bloated, sin el clásico megáfono para marcar diferencias con épocas pretéritas, y otra megaclásica, Sex Type Thing. Brillante actuación y todo el futuro por delante.
SETLIST
Wicked Garden
Vasoline
Trippin’ on a Hole in a Paper Heart
Meadow
Big Empty
Plush
Roll Me Under
Interstate Love Song
Piece of Pie
Dead & Bloated
Sex Type Thing
Alice in Chains:
La música con tintes noventeros proseguía con los gigantes Alice In Chains. Tuvieron que afrontar un reto parecido al que tienen ahora entre manos los Stone temple Pilots. De eso hace ahora más de doce años. Y vaya si lo han conseguido. Creo que hay poca gente que le pueda echar en cara que hayan continuado sin el malogrado Layne Staley. No nos hemos olvidado de él ni mucho menos, pero la banda ha continuado su camino, y para bien. Sus dos discazos sin él así los atestiguan. No le deben nada a nadie. Con una buena legión de fans, sus giras son bastante éxitosas por lo que les da una posición cómoda de cara a plantearse sus objetivos.
El sol caía en Somerset, hora ideal para recibir a los de Seattle. Repertorio sin sorpresas, haciendo un buen repaso a todos sus discos, en especial a su obra maestra Dirt, del cuál cayeron hasta cinco temas, que evidentemente, fueron los momentos más gloriosos de la tarde. El tiempo es limitado y su discografía muy amplia por lo que se tienen que quedar fuera otras joyas. Eso sí, no faltaron We Die Young y otra imprescindible, Man in the box de su primer LP.
El pequeño parón en medio del set para interpretar esos tesoros del Jar of flies, fue fantástico. Perdonen el siguiente hooliganismo, pero Nusthell es un tema sobrehumano. Hubo tiempo para incorporar el primer single del inminente nuevo disco, The one you Know, que ya estrenaron hacía algunas semanas. No hace falta ni comentar que se ha hecho un hueco por méritos propios. Si el disco sigue esa onda, preparémonos. Y para rematar el festín, las dramáticas Would? y Rooster. Imposible mejorar eso.
No hace falta ni comentar lo bien que sonaron, o discutir la figura de Jerry Cantrell, que para mí, particularmente, es ya una leyenda. Quería centrarme en la figura de William Duvall. No es un simple sustituto para cubrir el expediente, el chico nuevo de los recados… No. Es un músico bien contrastado que cubre magistralmente con su guitarra las partes en que Jerry Cantrell canta, y asume el liderazgo de la banda, micro en mano, como un verdadero frontman.
SETLIST
Check My Brain
Again
Them Bones
Dam That River
Down in a Hole
Hollow
We Die Young
Nutshell
No Excuses
Man in the Box
The One You Know
Would?
Rooster
TOOL:
El fin de semana histórico para los fans de Maynard James Keenan llegaba a su conclusión. Tool están ahora inmersos en el proceso de grabación de su nuevo disco. Se espera su publicación para finales de año, pero de momento han hecho un pequeño break para realizar un par de fechas encabezando festivales, así cómo varios clinics para cubrir los días entre dichos conciertos. A pesar de girar con bastante regularidad la expectación era máxima. Era un mar de camisetas con el logo de Tool. Muchísima más gente que el día anterior se apretujaba delante del escenario principal. A estas alturas no es necesario hablar de la popularidad de la banda a día de hoy. Esta fuera de toda duda.
No se esperaban grandes novedades, cómo así sucedió. De hecho, el único punto negativo en un concierto de Tool es la previsibilidad. Cómo ellos mismos han repetido en varias ocasiones, el setlist tan cerrado tiene como objetivo que Maynard James esté cómodo cantando las canciones que más le apetezcan, por lo que en una gira convencional no suelen llevar más allá de dos o incluso tres canciones de reserva. Pero no voy a ser yo el que me queje, cuando te interpretan y de qué manera semejantes epopeyas. Todo lo visto anteriormente comparado con lo que hace Tool se queda en juego de niños. Es otro nivel. Incluso el sonido logrado era algo único, puro, envolvente, axfisiante… cómo si los astros se hubiesen alineado en aquella noche perfecta de primavera….
Unos problemas iniciales con la guitarra en el inicio de The Grudge fue el único sobresalto en toda la actuación. El resto, emoción tras emoción, o mejor aún, quién da más… A Maynard se le veía muy enchufado y charlatán. Durante la parte extendida de Opiate le lanzó una puya a sus compañeros para que acabasen de grabar de un vez sus partes del nuevo disco para que él pueda realizar de una vez su trabajo. Volvieron a rescatar Sober, tras varios años en la nevera. Pasa el tiempo y cada vez suena mejor. Además le han añadido varias partes electrónicas en el puente que la mejora considerablemente. Sweat, de sus primeros años, se mantiene dentro del repertorio. Canción potente y directa. Un buen contrapunto a la evolución que ha llevado la banda, y por consiguiente al próximo lanzamiento, que se esperan temas que no bajen de los diez minutos.
Descending no deja de ser un aperitivo, un interludio, made in Tool, cercano a aquel introspectivo y lejano Disposition. Con Stinkfist cerraron una noche y velada que nos quedará grabada en la memoria. No hubo nada especial, ni diferente, pero es otra EXPERIENCIA… única. No todos los días se puede ver a estos monstruos en acción. Danny Carey y sus poliritmos, Justin Chancellor y sus líneas de bajo imposibles, Adam Jones y sus imaginativos riffs, y Maynard…. una voz única. La espera para el nuevo disco, por mi parte, se hará más placentera si cabe.
Setlist:
The Grudge
Parabol
Parabola
Schism (versión extendida)
Opiate (versión extendida)
Ænema
Jambi
Sober
Forty-Six & 2
Sweat
Descending
Stinkfist (versión extendida)
Bonita experiencia en un festival norteamericano. Gran recinto, gran organización y mejores conciertos.