A primera hora de la mañana nos llegaba un comunicado de Season of Mist, sello desde el que Abbath puso rumbo a su carrera en solitario hace años, en el que se congratulaban de anunciar las fechas de verano de la banda del frontman noruego. Sin embargo, hoy de igual manera se ha producido una noticia inesperada, y es que Tom «King» Visnes, bajista de la formación desde 2015, abandona el barco argumentando «motivos religiosos» que han provocado la incompatibilidad de su permanencia en la banda.
Tom «King» Visnes ha estado junto a Abbath desde su creación como proyecto en solitario en 2015, pero el giro lírico del próximo álbum, con letras inspiradas en el psiquiatra suizo Carl Gustav Jung, hacen que King se sienta incómodo con el misticismo cristiano que él ve incompatible con sus creencias… posiblemente anticristianas.
Carl Gustav Jung , médico psiquiatra, psicólogo y ensayista suizo, postuló que el ser humano es religioso «por naturaleza», y en su trayectoria resaltaría el valor de la experiencia religiosa para el entendimiento de la mente humana, rescatando simbolismos de la tradición cristiana y reinterpretándolos desde su perspectiva psicológica. La religiosidad fue uno de los objetos principales de su estudio, y más tarde mostraría interés por el misticismo. Tom «King» Visnes ha comentado:
Les deseo lo mejor a los miembros de la banda, al sello y a todo el equipo actual para los próximos shows y el nuevo álbum. ¡La música en sí misma es brillante! Sin embargo, debo mantener la integridad artística y respetuosamente hacerme a un lado.
Abbath pronto dará una declaración oficial sobre la partida de King, lo que sí ha asegurado es que los shows no serán cancelados. No es la primera vez que un músico abraza el cristianismo tras un proceso de rehabilitación de drogas y alcohol (Alice Cooper, Dave Mustaine, Pete Sandoval…), ya que son muchas las terapias de ese tipo que basan la limpieza de sustancias al encuentro con dios, quizá estemos ante un nuevo caso de este tipo, o puede ser que Abbath simplemente haya sentido curiosidad por el trabajo de Gustav Jung, que ciertamente no nos parece motivo para el enfado de King. ¡Se avecina culebrón!