Foto de portada por Chris Hakkens.


A mediados de los 70, Thin Lizzy estaba en plena efervescencia. “Jailbreak”, su primer álbum de 1976, empujado por ese himno que es “The Boys Are Back in Town”, se había convertido en un gran éxito internacional, con un top 8 en las listas de ventas británicas y un top 20 en Estados Unidos. Supieron aprovechar la inercia con la publicación de “Johnny the Fox”, también de 1976, que, sin llegar al nivel del anterior álbum, recibió un disco de oro y alcanzó el puesto 12 en UK. A finales de ese año, ponían rumbo a América para ejercer de teloneros de Queen sin Brian Robertson, que había sido herido, y con Gary Moore como sustituto.

Acabada la gira, Robertson no tenía muchas ganas de volver con los chicos, y Lizzy comienza la grabación de “Bad Reputation” en 1977 como trío, formado por Lynott, Downey y Gorham. Robertson se lo pensó mejor y volvió a la formación a tiempo para participar en el trabajo de estudio. “Bad Reputation” fue todo un éxito, confirmando el estado de gracia de Thin Lizzy, que ya eran reconocidos como superestrellas del rock.

Al éxito del disco siguió la gira internacional, incluyendo la serie de conciertos en EE.UU. que no habían podido realizar un año antes debido a la baja de Robertson. Viendo el estado de forma de la banda y el éxito cosechado, deciden publicar un álbum en vivo para aprovechar todo el material registrado en directo. Tras la decisión, el carácter obsesivo e inseguro de Phil: Lynott estaba empeñado en trabajar de nuevo con el productor Tony Visconti, responsable del sonido de “Bad Reputation” y productor fetiche de David Bowie y T-Rex entre otros, pero este no disponía de tiempo para preparar un disco con canciones originales nuevas, debido a su apretada agenda de compromisos. Finalmente, Lynott convenció a Visconti para que les diese una ventana de dos semanas en la que realizar seleccionar material de la gira, trabajar sobre él y sacar un doble álbum en directo: Live and Dangerous.

El productor aceptó y, junto con la banda, repasaron cerca de 30 horas de grabaciones encontrar los mejores cortes para el álbum. La producción y masterización se llevó a cabo en enero de 1978 en el Studio Des Dames de Paris. En junio se publicaba en el Reino Unido “Live and Dangerous”, que alcanzaría el n.º 2 en las listas británicas, llegando a cerrar con más de medio millón de copias vendidas. Crítica y público acogieron el disco con entusiasmo, atrapados por la energía de una lista de temas impecable, en el que muchos de los cortes eran superiores a su versión de estudio. Estábamos frente a uno de los mejores discos en directo de todos los tiempos.

DISCO 1 – Cara A

«Jailbreak»
«Emerald»
«Southbound»
«Rosalie / Cowgirl’s Song»

DISCO 1 – Cara B

«Dancing in the Moonlight (It’s Caught Me in Its Spotlight)»
«Massacre»
«Still in Love with You»
«Johnny the Fox Meets Jimmy the Weed»

DISCO 2 – Cara A

«Cowboy Song»
«The Boys Are Back in Town»
«Don’t Believe a Word»
«Warriors»
«Are You Ready»

DISCO 2 – Cara B

«Suicide»
«Sha La La»
«Baby Drives Me Crazy»
«The Rocker»

Aunque en la cubierta del álbum se acreditan dos conciertos como fuentes, el Hammersmith Odeon, Londres, del 14 de noviembre de 1976 (de la gira de “Johnny the Fox”), y el Seneca College Fieldhouse, Toronto, del 28 de octubre de 1977 (de la gira de “Bad Reputation”), Visconti añade a éstas otras dos noches, las de Philadelphia del 20 y 21 de octubre de 1977, celebradas una semana antes del concierto de Toronto. Pese a esta diversidad de fuentes, el biógrafo de Thin Lizzy Mark Putterford cree que la mayoría de las grabaciones proceden de su actuación en el Hammersmith, lo que vendría a justificar la coherencia sonora del conjunto.

En Live and Dangerous nos encontramos con interpretaciones poderosas, pero dos destacan sobre el resto. La superposición de los dos primeros temas, «Cowboy Song» y «The Boys Are Back in Town«, en la que el último acorde de la primera se convierte en el primero de la siguiente, pasaría a forma parte de su repertorio en directo, una apertura para llevar al público a lo más alto y mantenerlos allí; en el otro extremo del espectro sonoro, una «Still in Love with You» ralentizada para enfatizar su fuerza emocional que, según Putterford, se puede considerar uno de los momentos álgidos de la carrera musical del genio de Lynott.

Foto por Helge Øverås

No se puede hablar de Live and Dangerous sin mencionar la tantas veces zanjada como reabierta polémica sobre cuánto hay de directo en el disco. Nos encontrábamos en 1978, en pleno reinado de lo analógico, cuando lo más cercano a un deporte electrónico pasaba por juntar a un montón de empollones en una sala de la universidad de Stanford para competir por una suscripción anual a la Rolling Stone. Donde hoy apenas llevaría unos pocos días limpiar y ajustar digitalmente las grabaciones originales obtenidas en directo, en la época tenía que recurrirse al “overdub”, volver a grabar parte de las pistas por encima en el estudio.

Aunque está comúnmente aceptado que existen partes grabadas con posterioridad al registro de los espectáculos, existen discrepancias sobre el peso que estas tienen en la obra. Si atendemos a la versión del productor, nos encontramos con unas declaraciones de Visconti en las que asegura que más de las tres cuartas partes del disco se grabaron en enero de 1978 en el Studio Des Dames de Paris. Se justificó diciendo que este nivel de “overdubbing” era necesario para que el oyente se encontrase con una versión más próxima al sonido de una banda profesional en directo. Dicho esto, también reconoció sentirse satisfecho con su trabajo a la hora de hacer que el disco sonase “auténtico”.

Pero claro, esta es la versión de Visconti; el manager del grupo, Chris O’Donell, invertía la distribución de porcentajes, atribuyendo un 75% al directo y dejando los “overdubs” de estudio para añadir algunos coros y limpiar ciertos solos de guitarra. Según Lynott, “jamás habría aceptado nada que no fuese necesario, habría arruinado la atmósfera de los discos y convertido el concepto de “álbum en directo” en una broma”. La opinión más crítica con las declaraciones de Visconti es la de Robertson, que asegura que, debido a los niveles del sonido en directo, habría sido imposible realizar “overdubs”, ya que no existía separación acústica entre instrumentos. Como ejemplo para justificar su tesis pone la discusión sobre una versión de “Still In Love With You” en la que su solo de guitarra sonaba mejor, pero que hubo que descartar debido al ruido del phaser del bajo. De ahí su conclusión: si se hubiese podido utilizar el “overdub” como recurso, ¿por qué no se hizo en aquella ocasión? “Era imposible”, concluye.

Para Robertson, Live and Dangerous supuso el final de su etapa en Thin Lizzy. En la gira de promoción del doble disco, mantuvo una fuerte discusión (una vez más) con Lynott tras finalizar un concierto en Ibiza. Robertson continuaría su carrera con Wild Horses, acompañado por Jimmy Bain al bajo, mientras que Lizzy recibió a un viejo conocido como sustituto: Gary Moore.

Live and Dangerous se mantuvo durante 62 semanas en las listas de los más vendidos de UK, fue el primer disco que la banda distribuyó con Warner en el mercado americano (en el Reino Unido, la responsable era Vertigo Records) y, 40 años después, está considerado como uno de los mejores dobles en directo de todos los tiempos por NME o ClassicRock. Sirve de argumento para aquellos que defienden que, en el rock, la energía de un directo no tiene comparación (aunque se recurra al estudio para los retoques). Lo cierto es que los temas de Thin Lizzy que aparecen en este álbum son interpretaciones únicas que merecen figurar por méritos propios en la historia del rock.


*Para aquellos que quieran formarse una opinión propia: en 2009 se publicó el disco “Still Dangerous”, con material exclusivamente en directo del concierto de Philadelphia del 20 de octubre de 1977, parte del cual también aparece en Live and Dangerous. No es especialmente representativo del track list de L&D, pero abre la puerta a la comparación…