Sello: Frontiers Records.

Crítica por Ángel Silva.


Los veteranos teutones Primal Fear se unen a la lista de formaciones que durante el presente año están colaborando a reflotar el Heavy Metal de base. Si a principios de año eran Judas Priest los que daban un soberano golpe encima de la mesa con un  “Firepower”,  más tarde serían también veteranos de la escena como Dee Snider, Doro o más recientemente U.D.O los que nos han ido dejando buenas muestras de que los estilos más tradicionales del Metal no están todavía muertos del todo.

Los componentes de Primal Fear llegan hasta el 2018 habiéndose asentado en un status de clase media dónde parecen habitar cómodos. Esta posición les permite destacar lo justo y necesario como para seguir siendo un referente de la escena pero sin exponerse lo suficiente como para que la crítica sea excesivamente dura  con ellos.  De este duodécimo disco de estudio, el cual han editado bajo el nombre tan poco original de “Apocalypse” (en referencia a los difíciles y oscuros momentos que atraviesa el planeta, sobre todo en el ámbito político), lo fácil sería resumir que Primal Fear no se han tirado de cabeza desde un acantilado o que han sacado el “enésimo disco” igual de su carrera.  Ciertamente esta circunstancia es el aval y a la vez el lastre de una banda como Primal Fear, quienes desde que editaron el debut homónimo allá por 1998 como un tributo al “Painkiller” de Judas Priest , parecieran haber quedado atrapados en un universo paralelo. La banda ha defendido en innumerables ocasiones que su estilo es inamovible y que quien les escucha saben lo que pueden esperar de ellos, y ante esto poca crítica se puede hacer. Con el hecho refutado de que se trata de una banda que siempre ofrecerá una calidad musical excepcional, el que sean más o menos originales queda relegado a un segundo plano.

Sentadas las bases de que no nos vamos a encontrar nada nuevo bajo el sol por parte del jinete del águila cromada, pasamos a resumir brevemente  algunos de los temas que contiene “Apocalypse”,  no sin antes añadir que este es el segundo disco con formación de tres guitarristas desde que Tom Naumann regresara a la banda en el año 2015. Esta circunstancia no aporta gran cosa, no hay desarrollos tan complejos como para que se note la mano de un tercer guitarrista, menos todavía cuando en estudio una misma persona puede grabar innumerables guitarras, por lo que habría que valorar este incremento en la nómina de la banda  en sus actuaciones en directo.

“Apocalypse” abre con una intro un tanto deslucida que nos queremos sacar de encima como un horrible mosquito cojonero de verano. Por suerte pronto arranca “New Rise” con un riff a lo más puro Gamma  Ray, un corte potente que sirvió de adelanto y que nos muestra a la banda en plena forma, guerreando  como siempre, a base de riffs abrasivos y una voz, la de Ralf Scheepers, que nunca deja de sorprender.  Se empieza a notar en este primer tema un uso de teclados más preponderante, que quizás marque tendencia en el futuro. Todavía más heavy que la anterior se muestra “The Ritual” con un fantástico trabajo de los guitarristas aunque hacia el final se hace algo monótono. “King Of Madness” desde su inicio tranquilo y ese marchamo vocal tan melódico nos hace pensar en un tema cuidado y ciertamente es de los que se te quedarán más pegados al cogote. Un Ralf Scheepers descomunal da una lección vocal abusando de distintos registros aunque el mérito real de la canción es esa excelente compensación entre speed power metal y hard rock. El regreso a un terreno menos elaborado se da con el cuarto corte, “Blood Sweat & Fear” la cual, lamentablemente, a pesar de un excelente estribillo, nos suena enormemente a algunos de los temas más conocidos de la banda, y en especial a los contenidos en los dos primeros discos. Y como siguiendo un patrón más o menos establecido, “Supernova” sorprende por algo más de elaboración. Se trata de un medio tiempo para lucimiento de Scheepers y dónde cobran protagonismos las teclas, por momentos imitando a un piano clásico. Un corte este bastante definitorio de que  en “Apocalypse” han apostado por una producción moderna y con mucho mimo en los arreglos.

La segunda mitad del disco arranca con “Hail To The Fear” que aunque copiando la premisa de “The Ritual”, nos acaba enamorando gracias al que podría pasar por el mejor estribillo del trabajo. Épica pura y pelos como escarpias. “Hounds Of Justice” nos pega un volteo con un riff que parece sacado de aquel “Jugulator” de los Judas Priest y con un registro vocal más aguerrido y grave que, en fin…podría estar equivocado, pero quizás Primal Fear se van olvidando un poco del “Painkiller” y se han dado cuenta de que hasta su fuente de inspiración ha evolucionado en el tiempo mucho más que ellos mismos. Una tonada típicamente power metalera nos adentra en “The Beast” la cual hará las delicias de los fans de Kai Hansen y todas las bandas en las que ha militado. Tras el hachazo anterior, el segundo medio tiempo del disco “Eye Of The Storm” se queda algo plano, un estribillo demasiado repetitivo y personalmente creo que es un tema muy básico que requería de algo menos de “ruido” y haberlo encarado hacia una vena más Hard melódico que quedaría coherente con el sello que edita el disco. Cierra este disco otro trallazo speed power como es “Cannoball”, aunque a estas alturas quizás ya hemos llegamos con pocas ganas de sorpresa. Curiosa es esa afinación de guitarras más propia del Thrash Metal. No me disgustaría que siguieran esta pauta en el futuro. Un gran final para un disco que en general se mantiene en el aprobado pero que difícilmente se colará entre los grandes trabajos de la banda.

En la presente review nos hemos centrado en la versión normal del LP, si bien hay una versión especial que incluye varios bonus track. Como suele ocurrir con estas cosas uno no sabe muy bien si se trata de temas que la banda ha dejado en segundo plano, de si por el contrario se trata de composiciones igualmente cuidadas pero lo hace la casa discográfica por temas estrictamente comerciales, o si bien ninguna de las dos premisas es cierta y lo es alguna otra razón. Por comentar brevemente, “Fight Against All Evil” vendría siendo un tema típico de “Apocalypse” pero más desnudo de teclados y sin esa producción tan pesarosa por momentos. “Into The Fire” es un corte de esos sin demasiada complicación, con un estribillo más simple que el cerebro de una lombriz pero que se ve beneficiado por una producción que nos recordará a la etapa “Defenders Of The Faith” / “Turbo” de los Judas Priest. “My War Is Over” es una power ballad que merece poco comentario. Andando Scheepers por el medio sabemos que algún pelillo de punta se nos va a poner,  pero no es en Primal Fear, precisamente, a dónde vamos a bucear cuando queremos protegernos bajo una coraza de romanticismo.


Ralf Scheepers – Voz
Mat Sinner – Bajo y Voz
Tom Naumann – Guitarras
Magnus Karlsson – Guitarras y Teclados
Alex Beyrodt – Guitarras
Francesco Jovino – Batería