Sello: Roadrunner Records.
Productor: Michael Baskette.

Crítica por John Custer


La reunión de tres de los Guns N’ Roses originales hace ya dos años trajo varias incógnitas, entre ellas si el amigo Saul Hudson iba a seguir con su carrera en solitario junto al soso de Myles Kennedy y los Conspirators. Y ya tenemos la respuesta con este disco y la inminente gira. En declaraciones del propio Slash, puede compaginar los dos grupos perfectamente. Mastodónticas giras (y poco más de momento) junto a Duff y al pelirrojo loco por un lado, y tener el control de su música y un grupo de perfil bajo por otro.

Y la verdad es que este tercer disco con los Conspirators, grabado en digital por primera vez, y con la misma formación, es bastante interesante. Slash se ve feliz, imaginativo, con ganas de gustar,  y nos trae doce nuevas canciones de puro hard rock que no aportan nada novedoso pero son frescas y adictivas. Con singles potentes como Driving Rain o Mind Your Manners, baladas que recuerdan a Velvet Revolver como Lost Inside The Girl, o medios tiempos como The Last Pretender, que parece un homenaje a Still Got The Blues de Gary Moore. Y todas las canciones con sus solos marca de la casa a un buen nivel de inspiración.

La parte vocal recae en Myles Kennedy, un cantante todo terreno y con un gran vozarrón, pero que muestra tan pocos registros y es tan plano que puede saturar fácilmente. En este disco está muy digno, pero hay que preguntarse qué sería de estas canciones, o de este proyecto, con un cantante más interesante, como un John Corabi. El resto del grupo raya a buen nivel, sin destacar. 

Somos muchos los que preferimos un nuevo disco de Guns ‘N Roses a esto, pero ver a un guitarrista tan personal como Slash feliz y haciendo discos con calidad, como es el caso que nos ocupa, es motivo de alegría para los fans del rock.