Okkult Session 2018.

Artistas: Godflesh, Amenra, Dool, Sinistro, Louise Lemón.
Sala Mon Live (Madrid). 29/09/2018.
Promotor: Madness Live!

Texto: Gonzalo Rodríguez.
Fotos: Sonia Sánchez-Seco.


El 29 de septiembre la capital veía nacer una nueva propuesta musical llamada Okkult Session, impulsada por la promotora Madness Live! Una propuesta nacida con la firme vocación de albergar y traer a la capital bandas en las que el denominador común sea la oscuridad en todas sus formas. Para esta primera edición se contó con artistas como Louise Lemón, Sinistro, Dool y dos referentes en cuanto a oscuridad sonora se refiere, Godflesh y Amenra; dos entidades únicas y dos maneras distintas de entender la música, pero ambas concebidas desde las entrañas y destinadas a remover el interior de cada oyente.


La sala elegida sería la céntrica sala Mon. Por experiencias pasadas tenía miedo de cómo podría sonar, pero para mi alegría y la de todo el mundo el sonido estuvo a la altura de un evento como este. A eso de las 17 entrabamos en una sala que ya albergaba a un buen número de asistentes, indicativo de que el festival tendría una buena entrada. La primera en subirse al escenario sería la sueca Louise Lemón, una artista que lleva muy poco tiempo pero que ya se está empezando a hacer visible, y es que, que la haya confirmado un festival como el holandés Roadburn es sinónimo de calidad, y Louise Lemón la tiene. Con una propuesta cercana a artistas como Chelsea Wolfe o Emma Ruth Rundle, aunque más luminosa, en su poco más de media hora de actuación su portentosa voz nos llevó de la mano por los temas que componen su primer disco, Purge, apoyada por una fantástica banda que sonaba a la perfección. Toca seguirle la pista de cerca.

Los siguientes serían Sinistro. Los portugueses venían a presentar su nueva obra Sangue Cássia, publicada nuevamente por Season of Mist a principios de año y que les ha valido para afianzarse a nivel internacional con un disco que les acerca más a la melodía pero sin perder su contundencia. Sobre el escenario el característico doom, de temas como Partida o Abismo, inundó la sala con una maravillosa Patricia Andrade al frente; su puesta en escena roza lo teatral, con infinidad de convulsos movimientos, mezclados con cantos y susurros en portugués, encandilando a buena parte del público.

Los holandeses Dool pisaban por primera vez nuestras tierras, y quedó demostrado que vinieron a conquistar con una enérgica y cruda actuación, a pesar de los problemas técnicos iniciales. Con miembros de grupos como el tristemente extinto The Devil´s Blood o Herder y liderados por la carismática Ryanne van Dorst, demostraron que su mezcla de rock psicodélico, doom y melodías ochenteras es tremendamente efectiva, caldeando a un público entregado. Temas como “Golden Serpents”, “Oweynagat”  o “The Alpha” de su magnífico debut Here Now, There Then sonaron grandiosos, aunque la nota curiosa llegó con una versión de la mítica “Love Like Blood” de Killing Joke, pero pasada por su filtro y sonando mucho más lenta y pesada que la original. Ojalá vuelvan pronto porque dieron un conciertazo con mayúsculas.

Y llegamos al primer plato fuerte. Que Amenra está en el mejor momento de su carrera es innegable, su popularidad ha ido creciendo con cada «Mass» que han ido sacando y sus conciertos son auténticos ejercicios de pura intensidad, siendo uno de los mejores directos dentro del mundo del metal sin ningún tipo de duda, algo que se vio reflejado en el número de asistentes que allí se congregaron para asistir a la demostración de fuerza de los belgas. A las nueve en punto comenzaba el ritual, con Colin H. van Eeckhout arrodillado en medio del escenario y chocando dos barras de hierro, dando inicio a “Boden” de su Mass V; el momento en el que este tema estalla, ya con todo el grupo en el escenario, es cuando te das cuenta del poder que tiene Amenra sobre un escenario. Un poder que se basa en las subidas y en las bajadas y que transita entre la calma y la violencia, y cómo no, entre la luz y la oscuridad. Las progresiones de temas como “Plus près de toi (Closer to you)”, “Am Kreuz”, “Nowena |9.10” o “Razoreater” atrapaban y desembocaban en violentas explosiones sonoras que sacudían todo nuestro interior. Es música salida de las entrañas y así la hacen llegar al oyente, golpeándote y haciéndote partícipe de toda su emoción e intensidad. “Daiken” de su último Mass VI fue uno de los momentos de la noche, donde vimos a un Colin totalmente expuesto a su público recitando los versos más calmados antes de volver a darnos la espalda y dejarse la vida en cada grito desgarrador que salía de su garganta. “Silver Needle. Golden Nail”  puso el broche de la manera más brutal, con un final que pasó en cuestión de segundos de una apabullante tormenta sonora a la más absoluta calma. Un auténtico despliegue de ira y tensión que te devora y atrapa durante la hora y cuarto que dura su ritual.

Después de semejante sacudida, venía el segundo plato, ni más ni menos que Godflesh. Justin K. Broadrick y G. C. Green vuelven a estar más activos que nunca, con numerosas giras y su último disco Post Self aún reciente. Un disco que nos devolvía a los Godflesh más experimentales, pero sin perder ni una gota de su característica contundencia. Y así fue su concierto, con un setlist más extraño de lo habitual, recuperando viejos temas y dejando fuera muchos clásicos. “Anything Is Mine” de su mítico Selfless fue la encargada de abrir fuego, encadenando con varias rarezas como son “Messiah”, “Merciless” o “Mantra”,  piezas de cadencia lenta que nos indujeron a un extraño viaje psicodélico industrial. El riff inicial de “Post Self” nos trajo de vuelta a la realidad, iniciando un repaso por sus composiciones más recientes. “Parasite” “No Body” o “Be God” sonaron devastadoras y opresivas, antes de volver otra vez la mirada al pasado con una de sus primeras composiciones, “Spinebender”, de su primer EP. El final estaba reservado para el demoledor Streetcleaner, con “Head Dirt” y sobre todo con la esperada “Like Rats”, donde el aplastante bajo de Green, los guitarrazos y la gutural voz de Broadrick nos acabaron de machacar, en un concierto que estuvo plagado de asfixiantes texturas y dominantes bases industriales. No se me ocurre mejor manera de definir un concierto de Godflesh que con la frase que da comienzo “Head Dirt”: “You can crush me as I speak”.

Entre la devastadora maquinaria de Godflesh y el desgarro emocional de Amenra salimos destrozados, tanto física como mentalmente, pero muy contentos.  La sala cumplió con un potente sonido, las bandas estuvieron a un gran nivel, y hubo respuesta por parte de un público que demanda más propuestas de este tipo. Sin duda, la primera edición de este Okkult Session fue un éxito, y por lo que parece tendremos una nueva sesión de ocultismo sonoro en el futuro.


DiabloRock