Si hablamos de fotografía dentro del metal extremo, internacionalmente hay un nombre claramente protagonista: Ester Segarra. Por muy zoquete que seas seguramente tengas en casa más de un trabajo de esta extraordinaria artista, ya sea en la portada o en el interior de discos y revistas. A través de su lente, Ester Segarra ha levantado el velo de algunos de los músicos más importantes de la música extrema, haciendo que su nombre sea uno de los más prolíficos y significativos en la música contemporánea. Nacida en Barcelona y afincada en Inglaterra, Ester Segarra plasma en el libro «Ars Umbra» una cuidada y extensa selección con lo mejor de su trabajos en los últimos 15 años. Celtic Frost, Ghost, Gojira, Watain, Katatonia, Slayer, Dio, At the Gates, Paradise Lost, Darkthrone, Carcass, Abbath… Los mejores pasaron por su objetivo, motivo por el que quisimos charlar con ella para conocer un poco mejor el mundo de la fotografía musical desde su especial perspectiva.


¿Por qué ‘Ars Umbra’ ? ¿Y por qué ahora? 

«Ars Umbra» se refiere al arte de la sombra. Mi fotografía empieza con un lienzo en negro, sin luz. Y para mí, también se refiere a la música capturada en el libro. Porque en el  momento que uno se enfrenta a su propia muerte tiene sentido compilar 15 años de trabajo en un libro. Además, marca un antes y un después. ¡El después todavía está por saber!

Prácticamente todos los metalheads del mundo tienen en su casa fotos tuyas, ya sea en revistas o discos ¿Es ‘Ars Umbra’ un libro que igualmente debería tener todo metalhead?

Sí. Si realmente amas la música, el libro añade otra dimensión a la colección de música, aparte de que es un gustazo de mirarlo, con las historias detrás de las fotos, el papel, el diseño… es una obra de arte con mucho más que una colección de fotos. Y no solo lo digo yo, sino aquellos que han comprado el libro.

La música te hizo fotógrafa o la fotografía te hizo melómana?

Empeze a escuchar música antes de saber de cámaras o hacer fotos. Pero para mí nunca pensé que pudieran ir de la mano. Es decir, cuando descubrí la fotografía quería ser fotógrafa pero nunca se me ocurrió la posibilidad de ser fotógrafa de bandas, era algo que quedaba muy lejos. Amo la música y la fotografía, juntas y separadas.

Imagino que has recibido halagos de artistas o publicaciones del mundo de la fotografía ajenas a la música ¿Prefieres recibir la aprobación de los propios músicos? 

Los halagos son siempre bien recibidos, y con más valor si vienen de aquellos a quienes valoro su opinión, pero son un extra a lo importante, que es estar yo contenta con mi trabajo, y soy una perfeccionista… ¡así que no es fácil!

En la fotografía de sesión… por un lado es más fácil porque manejas más elementos a tu criterio, pero por otro lado es complicado innovar y ser creativo… ¿qué es lo mejor y lo peor de tu trabajo?

La fotografía de sesión es más compleja… la preparación, lidiar con las personas directamente, la postproducción… Lo peor puede ser lo mejor y al revés. Es cierto que a veces es difícil encontrar nuevas maneras de plasmar la música, pero a veces es lo que te agudiza el ingenio. En general encuentro que hacer las fotografías de sesión es mas creativo que hacerlas en conciertos. Me encanta crear algo y capturarlo con la cámara.

¿Deberían prohibir de una vez las sesiones de fotos de grupos en fábricas abandonadas? 

(risas) ¡Y delante de muros!

¿Hasta qué punto hay un componente de suerte en la fotografía?

¡Hay mucha! La sincronicidad es básica para la fotografía, no hay nada que esté 100% seguro. Desde el tiempo, el estado de ánimo de las personas, el equipo… Pero es como la vida también, cada segundo hay la posibilidad de que suceda algo desastroso, incluso si no haces nada por miedo a que algo vaya mal, cada segundo puede ser el último que estés vivo.

¿Cuál es el trabajo de estudio más complicado que has tenido?

El que hice para la portada e interior del álbum de Schammasch, Triangle. Utilizamos acróbatas, con body paint y fue bastante complicado, para ellos y para mi. ¡Encima desnudos!¡Imagínate las situaciones en las que nos encontramos! (risas).

¿Y el más peligroso?… supongo que más de una vez os habréis colado donde no se podía estar…

¡Muchas veces! (risas) Desde cementerios, hospitales psiquiátricos abandonados, túneles, bunkers… Quizá uno de los mas peligrosos fue entrar en un tunel y cubrirlo en llamas bajo una estación de metro…

¿Prefieres músicos que se dejen llevar por tus ideas o quizá prefieras el reto de bandas que tienen muy claro lo que quieren?

Prefiero cuando es una colaboración conjunta, donde las dos partes aportan ideas. Es cuando las sesiones salen mejor.

Tuviste una lesión muy grave de muñeca, se cumplió el tópico ese de… ¿te hizo más fuerte?

Pues sí, me hizo fuerte en muchos aspectos. Aprendí a lidiar con el dolor, cuestionar toda mi vida y aprendí que grande es el cuerpo que tenemos y lo que es capaz de hacer. También fue una gran lección de humildad.

Hace unos años tuviste una experiencia, digamos extrema, con la Ayahuasca, cuéntanos exactamente cómo fue.

Me enfrenté a mi muerte, la muerte del ego, todas las personas conocidas desaparecieron, mi identidad desapareció, todo a mi alrededor desapareció. Luz blanca y volvi como un lienzo en blanco sabiendo que siempre he estado aquí y que siempre lo estaré.

¿Crees que el metal extremo es elitista? 

Sí.

No sé si eso es malo o bueno (risas) ¿Qué le falta el metal extremo? ¿qué le sobra?

Visualmente, pienso que le sobran clichés, y creo que le falta simbolismo usado genuinamente. El dia que sea músico de metal extremo tendré la autoridad para responder a más.

Muchos fotógrafos de medios modestos se quejan de que hay bandas que pretenden usar sus fotos gratis, fotos de conciertos a los que el fotógrafo ha conseguido acceder al foso. Tal y como yo lo veo, está claro que se valora muy poco la labor del fotógrafo en estos tiempos, pero también es verdad que muchos se creen fotógrafos y no lo son. Yo por ejemplo he estado en muchísimos conciertos tratando de sacar material digno desde un foso, porque “el deber” de hacer una crónica me hizo tener que coger una cámara, sin ser fotógrafo… y aunque algunos se me echen al cuello, realmente no es tan difícil de hacer de manera digna, profesional, una vez tienes un poco de rodaje, pero de ahí a pretender llamarme fotógrafo… no. Tener un nivel realmente bueno creo que es un salto de mucha distancia, en España se cuentan con los dedos de la mano. Yo sinceramente siempre he dicho que no soy fotógrafo, pero veo a muchos que se las dan de artistas y les queda mucho para serlo… y lo peor es que no lo saben. 

Sí que es cierto que tener una cámara y sacar fotos no te hace fotógrafo. Como tener una guitarra y tocar notas no te hace músico. También es cierto que cada fotógrafo es único, es decir lo que capturas es único a ti, y al fin y al cabo es tu trabajo el que va hablar por ti, ni tu actitud ni tus palabras. Por otro lado, todo el mundo quiere cosas gratis, independientemente de la calidad, pero lo que sí ha sucedido que en el afán de darse a conocer y sentirse halagado muchos fotógrafos que no están en el nivel que les gustaria han aceptado que sus fotos se utilicen gratis, con lo que se ha creado una dinámica donde la fotografía, especialmente de conciertos, ha perdido valor económico. No tengo problema en que la gente pida, en tanto que no ofenda el NO como respuesta.

En cuanto a la fotografía de conciertos, se supone que se ha de trasladar lo que realmente pasa en el show, y veo que hay demasiado abuso de la edición, imágenes demasiado alteradas, colores y luces añadidas, abuso de objetivos ojo de pez… ¿Qué opinas? 

Es cierto que la fotografía de concierto ha pasado de ser algo que reflejaba el concierto a algo mas allá. En algunos casos puede reflejar la energía de la música más que ser documento del concierto, y para mí deja ya de ser fotografía de concierto, es otro tipo de arte. Yo prefiero desarrollar el lado creativo en sesiones de fotos.

Las sesiones fotográficas que tú haces tienen mucho de ceremonial, supongo que ha de encontrarse un punto de conexión entre tú y los músicos, cuéntanos si hay una especie de “liturgia”.

Me gusta trabajar de esa manera, me gusta hacer las cosas a conciencia. Pero cada sesion es diferente, todo también depende de cómo es tu sujeto. Una vez hechas las salutaciones y se ha hablado de la sesión que vamos a hacer me gusta pasar unos minutos a solas, antes era mas fácil con la excusa de ir a fumar un cigarro, pero ahora ya no fumo. (risas)

Cuando ando en zonas de prensa o entre bastidores, trato de ser profesional y no atosigar a los músicos, únicamente me acerco a saludarlos cuando mi sentido común me dice que es apropiado hacerlo. Hace tres o cuatro años estuve en la zona de camerinos de Hellfest, el festival había terminado y las bandas de aquella noche estaban allí bebiendo y charlando en un ambiente bastante relajado, charlé con unos cuantos… y en un momento dado me di cuenta de que Tom G. Warrior estaba sentado junto a una mesa en una esquina, me fui acercando a él y tengo que reconocer que me temblaba absolutamente todo, acababa de ver a Triptykon en, posiblemente, el concierto más increíble que he visto en mi vida, y cuando estuve a unos pasos de él me impuso tanto su presencia que me di media vuelta (risas) Te lo cuento porque he visto tu trabajo con él, el cual es sencillamente espectacular, y me gustaría saber cómo es tratar con alguien así, cómo es Tom G. Warrior en las distancias cortas…

La proxima vez habla con él y descubre por ti mismo como es. Al fin y al cabo son personas y como tal, todo depende de la circunstancias. La primera vez que tendría que haber trabajado con él fue hace mas de 10 años cuando sacaron Monotheist. Me mandaron a Berlín para hacerles fotos para la portada de Terrorizer. Su avión se retrasó y les perdieron el equipaje, aparte tenían entrevistas y mil cosas que hacer, era casi medianoche cuando por fin me encontré con Tom G Warrior y los de la discográfica. Y allí mismo me dijo que no íbamos a hacer las fotos, que no tenían lo que necesitaban y que para hacerlo mal mejor que no. Que era una portada demasiado importante para no hacerlo bien, que después de todos esos años para sacar el álbum y tal , solo haría las cosas bien hechas. Pues aunque volví con las manos vacías, volví también con un gran respeto por el. Y lo mantengo. ¡Más integridad falta en este mundo!

Me gustó mucho el trabajo que hiciste con él y sus máscaras, ¿de quien fue la idea de hacerlo?

Fue un poco improvisado… Estábamos en su sala de ensayo y tenía algunas de las máscaras ahí. Me encantaron y pensé que sería interesante capturarlo con su propia máscara de muerte, induciendole a pensar en ello, vida y muerte en una imagen.

Muchos redactores de la web somos bastante mitómanos, así que nos encantaría que nos dijeses, dentro de la obvia discreción, cómo es trabajar con otros de nuestros “héroes”. Nergal por ejemplo, de Behemoth, es un poco como la Madonna del metal, y lo digo en el buen sentido, siempre al filo de la provocación y la polémica…¿No es así? (risas)

No lo habia pensado, pero es un punto de vista interesante.

Conocimos a Ghost en 2015, ya eran más o menos conocidos aunque no tanto como ahora, entonces nos alucinó la determinación que tenían, la manera en que se mostraban sin miedo con un objetivo muy claro de ser los nuevos reyes del negocio. Tú trabajaste con ellos en sus inicios, ¿ya eran así? ¿Su éxito es un golpe de suerte que ni ellos esperaban o su carrera es toda una sucesión de golpes maestros?

Creo que un poco de todo. Ghost tenían muy claro quienes son y qué es lo que querían hacer, a la vez de tener un gran conocimiento y entendimiento de cómo funciona la industria de la música. Pero todo eso no sirve de nada si la gente no responde a tu música.

¿Erik Danielsson y Watain? ¿Kerry King? ¿Dio? ¿Abbath?

Bueno, ¡no puedo decir nada malo de ninguno de ellos! La verdad es que todos han sido geniales de tratar y trabajar. Pero claro, cada uno tendrá su propia experiencia con cada persona. Los que mencionas, todos, se toman muy en serio todo lo que hacen, todos le ponen el esfuerzo necesario.

¿Hay algún músico con el que te morirías por trabajar?

Nick Cave, Black Sabbath, Diamanda Galas…

¿Serías capaz de decir alguna banda que sean directamente imbéciles y que nunca volverías a trabajar con ellos? 

Eso nunca me ha pasado, hago buen uso de la intuición y hay trabajos en los que no me meto.

(risas) ¿A veces haces fotos de grupos que detestas o ya siempre eliges con quién trabajas?

Me centro en los grupos que me gustan, en el tipo de música que me siento en casa, de lo contrario ya estaría haciendo fotos de grupos indie que pagan mas dinero!

(risas) Te digo la palabra “selfie” y qué me dices?

La vulgarización del arte del autorretrato.

¿Y si te digo “Instagram”?

Televisión instantánea.

Tras haberte especializado tanto… ¿Te gustaría hacer otro tipo de fotografía? 

Hago otro tipo de fotografía, desde retratos a trabajar con artistas del cristal y cerámica y otras cosas…

¿Cuando sales de viaje llevas la cámara contigo? ¿O por el contrario te tomas tus vacaciones muy en serio? (risas)

¡Con el móvil siempre llevas cámara!

¿Es indispensable salir de España si se quiere vivir de la fotografía musical?

Hay un montón de gente fuera de España que no pueden vivir de la fotografía musical. Lo que si es necesario es el inglés.

¿Como se ve desde UK, en pleno Brexit, el asunto del independentismo catalán?

No se dice demasiado… ya tienen bastante con el lío del Brexit (risas)

¿Qué opinas de tu competencia?

¿Qué competencia? Cada fotografía, cada artista es único, no somos intercambiables. No vas a dejar de comprar discos de tu grupo preferido porque haya otros grupos que saquen discos…

¿Cual es tu portada de disco preferida?

Me es imposible escoger…

(risas) A veces también te será imposible tener que seleccionar las mejores fotos de tus sesiones. Debe ser difícil tener que elegir la mejor instantánea para una portada cuando se tiene mucho material para escoger…

No difícil, ¡Súper difícil!

(risas) ¿Y el mejor concierto al que has ido?

El de Selim Lemouchi & Enemies en el Roadburn Festival. Conocía a Selim personalmente así como el resto de la banda. Tocar después de su muerte, con toda la sala en lágrimas, y yo en el foso sola por la mayor parte intentando capturar lo que sucedía en el escenario…no pare de llorar ni de sacar fotos. Fue durísimo y muy intenso.


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