Yob.
Artista invitado: Wiegedood.
Sala Caracol (Madrid) – 28/10/2018.
Promotor: Madness Live!

Texto: Gonzalo Rodríguez.


Llega el otoño, y con él, llega el cambio de hora, el frío y la época con más concentración de giras y conciertos de todo el año.  En esta nueva temporada otoñal una de las giras más prometedoras era sin duda la vuelta a nuestros escenarios de los americanos Yob, respaldados por Wiegedood, la banda de black metal belga perteneciente al colectivo Church of Ra. Sobran los motivos para ver una y otra vez a Yob, aunque esta vez después de todos los problemas de salud por los que su líder, Mike Scheidt, tuvo que pasar, hacían que la cita con los de Eugene fuera ineludible.

Normalmente la elección de los teloneros suele ser acorde al estilo de la banda principal, sin embargo en este caso optaron por un grupo con un estilo totalmente opuesto, Wiegedood y su frío black metal,  todo un acierto desde mi punto de vista, y  es que los belgas están en su mejor momento; han sacado tres auténticos discazos (la trilogía De Doden Hebben Het Goed) en cuestión de sólo tres años, han firmado con un sello de nivel como lo es Century Media y están girando por toda Europa con unos grandes como YOB; poco más se puede pedir para una banda tan joven, aunque muy sobrada de talento, ya que sus componentes provienen de bandas como Amenra y Oathbreaker. Su concierto fue corto pero intenso, con un sonido cristalino, y es que el suyo es un black metal frío e hiriente, de herencia puramente noruega, y así lo demostraron con temas tan cortantes como la inicial “Ontzieling” o el fulgurante final con “Prowl”. Sin embargo temas como “Cataract” o “De Doden Hebben Het Goed III”  contienen elementos que los acercan a sus bandas de origen, mostrando un punto de sensibilidad que enriquece mucho su sonido. La ejecución fue perfecta por parte de cada uno de sus componentes, en especial de su batería Wim Coopers, que hizo un despliegue de técnica y velocidad. En total 40 minutos de afiladísimo black metal que nos dejó con ganas de más.

Mike Scheidt es un tipo entrañable y carismático, de eso no hay ninguna duda. Cuando se informó de su enfermedad a finales del 2016 y posterior operación en la que estuvo al borde la muerte, se temió lo peor, pero para alivio de todos Mike salió adelante y a día de hoy se le ve más en forma que nunca. De esa experiencia límite surgió Our Raw Heart, el nuevo disco de Yob, y el principal motivo de que hayamos tenido en nuestras tierras al trío más poderoso del doom.  Y así empezó su concierto, presentando “Ablaze” y “The Screen” de su flamante nueva obra; la segunda, que ya en disco es la más potente, sonó especialmente cruda con una banda entregadísima y sonando demoledora. El primer acercamiento a sus clásicos fue con una brutal “Ball of Molten Lead” de su lejano “The Illusion of Motion”, aunque personalmente fue con “The Lie That Is Sin” donde se alcanzó uno de los grandes momentos de todo el concierto, y es que ver como la sala se quedaba enmudecida ante los lentos punteos que precedían a la distorsión, nos puso los pelos de punta, y es que esa guitarra habla, embauca, y te guía por cada uno de los recovecos que esconden sus extensas composiciones.

Con “Our Raw Heart” llegaron los momentos más calmados con la composición más bonita y sensible de su nueva obra. Y como la calma siempre precede a la tormenta, la potencia y pesadez de “Grasping  Air” cayó como una losa sobre nosotros,  con unos guturales de Mike que hacían temblar toda la sala y con la colaboración a las voces de Levy de Wiegedood.  Es increíble el manejo de los tiempos por parte de Travis tras la batería, que sumado al estremecedor bajo de Aaron y la compacta y poderosa guitarra de Mike consiguen elevar sus directos a niveles a los que solo llegan unos pocos elegidos. El final con “Marrow” fue un largo pero necesario viaje lleno de emoción e intensidad que estableció un potente vínculo entre banda y público, terminando con una cerrada ovación y el sincero agradecimiento de Mike, Aaron y Travis. Una hora y media de éxtasis musical.

Era la cuarta vez que los veía, pero al final todos los conciertos de Yob son especiales, y es que el misticismo y energía que desprende Mike llega a la gente; a través de su guitarra te toca, te conmueve y te hace partícipe de su particular trance musical. Larga vida a Yob, larga vida a Mike Scheidt.