The Ocean: Phanerozoic I: Palaeozoic (2018).
Sello: Metal Blade Records/Pelagic Records.
Producción: Julien Fehlmann/Jens Bogren/Magnus Lindberg.

Texto: Álvaro Antípodas.


Regresa con nuevo material una de las formaciones que más alegrías ha entregado a los amantes del post-metal de tintes progresivos del viejo continente, hablamos de los alemanes The Ocean. La cambiante formación berlinesa liderada por el guitarrista Robin Staps llega con un Phanerozoic I: Palaeozoic bajo el brazo en el que vuelven a explorar los vastos designios de su universo sonoro, nuevamente con el hilo conductor de las primeras eras geológicas del Planeta Tierra. Phanerozoic I: Palaeozoic tendrá continuación conceptual en un par de años, según ha confirmado la propia banda, y es un disco que más allá de la similitud estilística entre su portada con la crudeza de aquel Precambrian, deja patente la evolución a lo largo de una longeva carrera. Un desarrollo que no sólo está unido al factor del cambio intrínseco de miembros al cabo de los años sino al ansia de un Robin Staps cuya mente siempre consigue escudriñar nuevos rincones sonoros con cada obra.

En los 47 minutos de esta obra –duración más que acertada sin meter nada de paja- vuelven a conjugar momentos puntuales en los que abrasan con un post-metal de tomo y lomo como el musculoso inicio de Cambrian II: Eternal Recurrence que también liga con los intrigantes teclados de la introductoria The Cambrian Explosion. Especialmente inspirada la voz de un Loïc Rosetti que convence tanto en los tramos de guturales como en los más reposados y limpios. Esta dualidad no es nueva y es algo que sus seguidores ya hemos disfrutado en piezas pretéritas como en Bathyalpelagic I: Impasses de su anterior disco. Es por esa misma senda por donde discurren los dos temas más largos de la nueva obra: Silurian: Age of Sea Scorpions y Devonian:Nascent. La primera es la que contiene más elementos que le acercan al progresivo del conjunto y contiene una infinidad de detalles ornamentales como arreglos de cello, teclados cuidadísimos y momentos de belleza infinita. Como si partiendo de la raíz de Abyssopelagic I: Boundless Vasts hubiesen virado hacia el Lykaia de Soen. Devonian:Nascent no le va a la zaga en cuanto a elegancia y ejecución. La presencia vocal de Jonas Renkse de Katatonia –quien por cierto ya colaboró con los también cercanos alemanes Long Distance Calling con gran acierto en The Nearing Grave en 2009- eleva el tono melancólico de un tema de sensibilidad que sabe mutar hacia terrenos más rocosos.

En Permian: The Great Dying regresan a la potencia metalera de Cambrian II si bien Loïc consigue colar varias estrofas limpias magistralmente cantadas con algunas paradinhas y cambios de tempo. El tono reflexivo de la lírica de transfondo va como anillo al dedo a la cocción a fuego lento de una canción que quizás peca de no terminar de explotar por todo lo alto. Pese a que la parte final resta algo en el total se puede afirmar que The Ocean han regresado con un disco que bebe de todo lo lanzado hasta ahora y puliendo algo la vena más metal en pos de una experiencia más coral y expansiva. Un movimiento cercano en mi mente al que Leprous han venido haciendo en su terreno hasta desembocar en Malina. Mi aplauso tanto por la inquietud como por el producto.