Zeal & Ardor.
Madrid – Sala Copérnico (18-12-2018).
Banda invitada: Foscor.
Promotora: Madness Live.
Texto por Daniel Álvarez.
Tras su paso por Primavera Sound de este mismo año, se presentaban Zeal & Ardor por primera vez en Madrid, y en sala, en una gira que se presumía histórica y muy especial. Los encargados de abrir la velada serían los catalanes Foscor. Con rigurosa puntualidad se apagaron las luces de la sala Copérnico y Foscor salieron al escenario en lo que sería una de sus últimas fechas presentando su trabajo Les Irreals Versions. Instants, canción que abre el citado disco, fue la primera canción en ser interpretada. De inmediato nos metieron en esa atmósfera de black metal que consiguen crear a la perfección. Su media hora de actuación se nos pasó volando, dejando ganas de más. Con De Marges I Matinades se despidieron del público dejando un muy buen sabor de boca.
En cuanto empezó a sonar Sacrilegium I se notó la expectación del público de las primeras filas, dando un enorme aplauso a los integrantes de Zeal & Ardor en cuanto pisaron el escenario. Comenzaron con In Ashes, inmediatamente conectada con Servants, donde ya pudimos ver con todo lujo de detalles la potencia de esta banda en directo. La voz de Manuel Gagneux te deja atónito, tanto en las partes suaves cargadas de soul como cuando cambia de micro para gritar en los momentos de black metal. Si a eso le sumas los brillantes coros que lo acompañan, la experiencia de inmersión en la música es única por la singular e inédita mezcla que ejecutan. Fue una sorpresa el no encontrar al bajo a Mia Rafaela Dieu, ya que en ningún momento leí que abandonara la gira, y por las pesquisas que he realizado a posteriori sigue en la banda. De cualquier manera su sustituto al bajo estuvo correcto durante toda la noche.
Uno de los momentos más brillantes del concierto fue la interpretación de Row Row, imposible no cabecear y dejarse llevar por la segunda parte de la canción ante la potencia con la que era interpretada. En el caso de Zeal & Ardor es enorme la diferencia que existe entre la formación de estudio y la banda en directo. En estudio, a mí por lo menos, me es imposible adentrarme en su música de la manera que lo hago en directo. Además, hay que destacar el gran sonido de la sala durante toda la actuación, un handicap que temía por la cantidad de matices que tienen.
Una constante durante todo el concierto fue el encadenamiento de una canción tras otra, sin un solo parón. Sin dirigirse al público ningún miembro de la banda, iban interpretando tema tras tema ante un atónito público que lo único que podíamos hacer era disfrutar cada momento y aplaudir en los poco segundos de tregua. Un público que supo mantener en silencio en las partes lentas, algo poco usual (por desgracia) últimamente en los conciertos en este país, y que quizá fue debido al respeto que genera la perplejidad generada por la banda.
Tras We Can´t Be Found los músicos abandonaron el escenario para regresar a los pocos minutos a interpretar los bises. Éste fue el único momento en el que Manuel se dirigió a la audiencia para darnos las gracias; un público que prácticamente no le dejaba hablar por la tremenda ovación que estaban recibiendo. A Manuel se le pudo ver en ese momento hasta un poco emocionado, o esa sensación me dio a mí.
Finalmente interpretaron las tres últimas canciones de la noche: Don´t You Dare, Devil Is Fine y Baphomet. Tras ello se quitaron los instrumentos y se marcharon del escenario dejándonos rendidos ante la evidencia de lo que ésta banda puede (y hace) en directo. Fueron solo 70 minutos de concierto, pero les bastó para interpretar casi sus dos discos al completo… y maravillarnos.