Llegar, tocar y vencer. El resumen perfecto de lo que fue el show de A Perfect Circle en tierras austríacas.
No podía desaprovecharse la ocasión para presenciar uno de los últimos shows de APC en una buena temporada, máxime cuando la maquinaria Tool empieza a engrasarse. Sí es cierto que tanto Billy Howerdel como Maynard James Keenan han dejado claro que su intención es que la banda no pase a un estado de hibernación, sino que esté relativamente activa mientras sus otros proyectos se lo permitan. Con estas premisas, no nos la podíamos jugar, y más si cabe, tras el buen sabor de boca que nos dejaron tras su paso por Europa en el todavía reciente mes de junio pasado.
Había curiosidad, por ver qué tal se desenvolvía la banda en un formato de pabellón medio-alto. Si bien en Estados Unidos, donde sí que han estado más activos, han tocado en sitios grandes, en Europa su presencia ha sido más bien escasa. Más de 5.000 personas se dieron cita en el Stadthalle, el recinto por excelencia para los grandes eventos de la ciudad de Viena, que estaba convenientemente adaptado para la ocasión (ya que permite un aforo mucho mayor). Pese a este detalle, y al frío intenso que hacía en el exterior, el ambiente que se palpaba era bien cálido, listos para recibir a nuestros queridos ídolos. El montaje que nos mostraron seguía las pautas ya vistas en verano, pero un par de peldaños más elaborado, con varias pantallas adicionales que le daban mucha más expresión a las canciones. Al igual que sucede con Tool, el espectáculo no sería el mismo sin esas notas de color.
¿Qué banda de Rock se puede permitir empezar un show con una canción anti clímax total para la ocasión cómo es la delicada y desnuda Eat the elephant? Estamos ante una grupo que va más allá de las normas y de los estándares más convencionales. Algún neófito en el tema se podría descolocar. Ellos van a la suya. Perfectamente enlazada, prosiguió Disillusioned, con otro recital vocal llevado a cabo por el excelentísimo Maynard James Keenan. Menudo festín para los oídos ambas canciones seguidas. La parte cuasi a capella con todo el pabellón en silencio… indescriptible. Lo de la voz de Maynard es digno de estudio. Cuánto más mayor, mejores registros. Si bien es cierto que al vocalista se le notaba un poco inquieto en estos primeros compases del show, saltándose alguna parte de las letras. Y este nerviosismo era debido fundamentalmente a que algunas personas despistadas estaban con el móvil encendido, pese a las prohibiciones expresas, como viene siendo habitual en sus conciertos. Menudo cabreo… por suerte, la fiesta continuó.
Para subir el volumen del show nada mejor que las imprescindibles The Hollow y Weak and powerless, a la que se le añadía una soberbia Rose. Encomiable el trabajo a la guitarra de Billy Howerdel en esta última, alternando riffs más atmosféricos junto a otros super pesados, mientras que Maynard, totalmente enchufado, revoloteaba en su pequeño hábitat con sus movimientos más característicos. Continuando con el bueno de Billy, comentar que se dio un primer homenaje llevando las riendas vocales de la famosa versión de Depeche Mode, People are people, que suele estar siempre presente en sus sets. Y completando esta primera parte del concierto, la extraña The vanishing, que aunque parezca un tema menor, en directo crece y crece tocándote la fibra… y de qué manera.
Y lo mejor, a continuación. La interpretación de Blue fue tal vez lo mejor de la noche. La banda como bloque, con un Jeff Friedl a la batería que se está doctorando a pasos agigantados. El legado de Josh Freese ha quedado en buenas manos. La remezcla de 3 libras está cuajando muy bien en directo, diferente enfoque pero mismas emociones, mientras que con The noose, es como tocar el cielo. Talk talk sonó particularmente bien, mucho más dura que en la versión del disco. Maynard nivel Dios…. Curioso como Hourglass, un tema tan extravagante y tan diferente a lo que es la marca A perfect circle, ha ido creciendo hasta convertirse en una de las favoritas del público. Mención especial el desarrollo épico final.
La versión de Brinsley Schwarz, (What’s So Funny ‘bout) Peace, Love and Understanding fue tal vez el momento más emotivo de todo el repertorio. Qué bonita, de nuevo, la voz de Billy Howerdel, bien respaldado a los coros por un Maynard con labores de secundario. Qué lujazo. Esta canción se la han apoderado para ellos mismos y de qué manera. Para el final se reservaban la parte más densa y potente. La vigorosa The doomed, que también se ha convertido rápidamente en un nuevo himno; desfase total con Counting Bodies Like Sheep to the Rhythm of the War Drums, canción que va ganando con los años y con la que no se echa en falta a su original (Pet); y de nuevo la banda a pleno rendimiento rockeando bien fuerte con The package, un tema mayúsculo, quizás el más completo, donde encontramos buenas melodías, buenas guitarras, agresividad, ternura…. y sí, la canción más Tool.
Y con la colorida Delicious, que nos traslada a los APC más primerizos, de hace casi 20 años, finalizaba esta fantástica y por qué no, histórica velada. No es una afirmación gratuita decir que A Perfect Circle son unos grandes del rock alternativo por méritos propios, y no por el hecho de ser otro proyecto paralelo cualquiera de un cantante famoso. Que no pasen otros 14 años para poder volver a disfrutarlos a este nivel creativo y en de directo.
Set-list:
Eat the Elephant
Disillusioned
The Hollow
Weak and Powerless
Rose
People Are People (versión de Depeche Mode)
Vanishing
Blue
3 Libras (All Main Courses Mix)
The Noose
TalkTalk
Hourglass
(What’s So Funny ‘bout) Peace, Love and Understanding (versión de Brinsley Schwarz)
The Doomed
Counting Bodies Like Sheep to the Rhythm of the War Drums
The Package
Delicious