Sello: Nooirax.
Texto Fernando Manano.
Que el nivel de la escena española, dentro del Rock más contundente y sus ramas, parece ascender de manera exponencial, es algo ya contrastado; al margen de que cada propuesta llegue o no a satisfacer al oyente. Hedphelym es un quinteto madrileño, que después de un Ep se presentan definitivamente. Han sido discretos a la hora de darse a conocer en sociedad, ya que no nos dan pistas sobre sus anteriores militancias, aún así es muy reconocible desde un principio la voz de Zyrus, conocido por bandas como Shock After Collapse o Kaothic.
Infandous significa »demasiado odioso para ser nombrado o expresado» según nos describen en su hoja de prensa; para evocar esas sensaciones plantean un Metal de corte moderno, con todas las diversas influencias y matices que conlleva, pero lo que los hace distinguibles es el marcado progresismo en el desarrollo de todas las canciones. Empieza el disco con una introducción algo inusual, que nos conduce a los 9 temas en cuestión, ejecutados con una destreza técnica envidiable, tanto en las dos guitarras como en la rica y siempre inquieta sección rítmica. Las vocales de Zyrus vuelven a liderar en esta banda, con una interpretación de amplísimo espectro dentro del estilo Metal: desde voces guturales de diferentes tipos, a otras melódicas que también abarcan a su vez diferentes registros; resulta impresionante el abanico que puede llegar a cubrir con solvencia, al servicio de cada canción y no del exhibicionismo.
Además es muy de agradecer a este grupo, tanto la valentía como la competencia a la hora de plantear y plasmar todo este material, combinando momentos de extrema pesadez y guturalidad, con otros en las que melodías vocales y solos de guitarra excelentemente ejecutados, son los que dibujan la canción; siempre eligiendo inteligentemente elementos en favor del resultado final, y no de clichés. El hecho de que excepto un corte que llega a los seis minutos y medio, ninguno sobrepase los cinco, es un plus a la hora de acercarse a este disco; que resultará de grata escucha gracias a la trabajada producción de ellos mismos junto a Carlos Santos, en los ya conocidos Sadman Studios, y la masterización en el referencial Fascination Street Studio, a cargo de otro especialista como Tony Lindgren. Buen botón de muestra del dulce momento que muestra la escena nacional a nivel artístico, reflejado a través de un disco que esconde pocas debilidades reseñables, y que solo les permite trabajar muy duro, para elevar todavía más la altura alcanzada. Sin duda uno de los discos nacionales de 2018.