Nergal y los suyos esculpieron este magnífico tema desde el pilar de su entroncado y poderoso riff. Su babilónica melodía nos conduce a sacudidas hasta la estampida, con velocidad, pesadez y una atmósfera completamente envenenada. Incluido en su disco Evangelion (2009), desde hace una década es uno de los grandes momentos en los conciertos de Behemoth.