Desde DiabloRock no queremos quedarnos anclados en las propuestas musicales más obvias que provienen de los mercados rock/metal más significativos, como son el caso del casi monopolio anglosajón con la venia de escenas tan ricas y prolíficas históricamente como las de los países escandinavos, Alemania o Australia. Por cada Sepultura hemos tenido infinidad de insustanciales bandas nacidas en la pérfida Albión o en terreno yanqui.  Es por ello, que en esta serie de artículos de periodicidad indefinida intentaremos acercarnos a bandas y artistas cuyo lugar de origen esté mucho menos conectado históricamente al universo musical que normalmente desfila por estas páginas. Comenzamos poniendo rumbo en este Planeta Musical Infinito con miras a Corea del Sur.


Corea del Sur, “Corea la mala” que seguramente diría la ácida a la par que archipopular cuenta de cierta tuitstar patria. Y nos vamos hacia el lejano país asiático de la Samsung y de Hyundai para presentar a una banda tan singular como Jambinai (잠비나이). Y en este caso el adjetivo de singular no es gratuito ya que la música que practica el trío comandado por Lee Il-woo tiene un aura de peculiaridad y exotismo que hace que para nada siga los cánones de las estructuras convencionales ya sabidas del post-rock que se ha desarrollado en EEUU y Europa en los últimos 20 años. Jambinai están más cerca de la experimentación más avant-garde que del post-rock canónico y buena parte de culpa la tiene el uso y peso en su música de varios instrumentos folclóricos tradicionales de su país de origen. El haegeum que viene a ser una especie de violín con solamente dos cuerdas tiene mucha presencia pero no es el único instrumento exótico a los ojos y oídos de los neófitos en el folclore de aquellos lares orientales. El geomungo, un cítara de sonido particular y el piri, un flautín, y el taepyeongso, un oboe o algo similar, también suenan en una música que no debe hacer pensar únicamente en folk de raíces sino en un compendio también con el noise.


Un EP y dos discos avalan a una banda que no deja indiferente. Desde Time of Exctinction, carta de presentación de su largo de debut Differrance, dejan con la boca abierta con una capacidad para aunar su base clásica con todo un universo denso y complejo. Tan pronto tienes paisajes de enorme belleza y misticismo como en Connection o en la fantasiosa The Mountain como te topas con murallas de ruido a lo Swans en Paramita Pt.2 de Differrance o con una ruta de espeleología hacia rincones insospechados post-metaleros en Hand of Redemption hasta un groove tremendamente fiero en They Keep Silence. Con su último trabajo publicado en 2016 A Hermitage –disco al que pertenecen mis favoritas citadas The Mountain y They Keep Silence- volvieron a asombrar sobre todo en los momentos más frenéticos y catárticos. ¿Es Wardrobe un tema industrial? Atmósferas alucinantes se dan la mano con explosiones que pilla por sorpresa huyendo de la fórmula no escrita pero tan seguida en el post-rock de “flojito-fuerte-flojito”. No perdieron su vena post-folkFor Everything That You Lost es mejor exponente de las bondades de Sigur Rós que lo que han publicado los propios islandeses casi en la última década- ni lo outsider y experimental de su propuesta. Deus Benedicat Tini es incómoda como para haber entrado en el tracklist del último disco de Daughters y en otros tramos del disco son nombres como Ulver o Sunn O))) los que puedan enlazarse con su propuesta.

Una amalgama exótica, un combinado crudo y original y una auténtica deconstrucción de cualquier patrón preestablecido es lo que en su corta carrera han promulgado Lee Il-woo, Kim Bo-mi y Sim Eun-yong alcanzando por los méritos señalados ser una de las bandas más originales de la actualidad. Creatividad y vanguardismo que en mi mente hilvano sónicamente con referencias posteriores de nombres como Ex Eye o SUMAC. Jambinai, una oportunidad pintiparada para huir a paraísos lejanos y dejar atrás cualquier música manufacturada en masa y sin alma. Su nuevo disco saldrá en Junio de este año bautizado como Onda y ya han compartido un primer adelanto tan estimulante como de costumbre.