Por Jaime Taboada.


Afortunadamente hay cosas en la vida que se mantienen inalterables, siendo una de ellas la sociedad de Spike y Guy Griffin. En otras palabras; The Quireboys. Parece pura ciencia ficción pero la banda está celebrando nada menos que el 30 aniversario de la publicación de su primer disco (el fantástico A Bit Of What You Fancy). ¿Y cómo se está llevando a cabo dicha celebración? Pues, por suerte para nosotros, con otra gira y la publicación de un nuevo disco que lleva por título Amazing Disgrace.

Lo de esta banda es realmente muy muy meritorio. Muy lejos quedan ya sus días de gloria a nivel comercial. Fuera del Reino Unido sus discos son recibidos cada vez con mayor (e injusta) indiferencia. Pero ellos, al igual que Dan Baird y otros currantes del rock´n´roll siguen adelante inasequibles al desaliento, así como ajenos a modas y vaivenes estilísticos. Han hecho de los escenarios su hábitat natural y por lo que pudimos comprobar en su reciente gira por España están en gran forma, liderados por un Spike pletórico.

Pero vayamos a lo que nos interesa ahora y centrémonos en Amazing Disgrace. La banda tuvo algunos problemas durante el proceso de grabación. Al parecer, la intención era financiarlo mediante una campaña de crowdfunding pero debido a ciertos problemas de la plataforma encargada de gestionarlo se optó por otra vía y finalmente el disco llega de la mano del sello Off Yer Rocka. Pero estos contratiempos de tipo administrativo no han hecho mella en la calidad de otro gran trabajo a cargo de Spike y los suyos.

Grabado en los estudios Rockfield, donde se han gestado obras de bandas como Queen o Black Sabbath, el LP nos ofrece nada más y nada menos que lo que esperamos de The Quireboys. Tras la publicación de su disco de versiones White Trash Blues, el grupo vuelve con once composiciones originales en las que nos ofrecen lo mejor de sí mismos. ROCK con mayúsculas de trazo setentero y en donde, una vez más, los nombres de The Faces, Rod Stewart, Ronnie Lane o Frankie Miller nos vienen a la cabeza mientras escuchamos temazos como Eve Of The Summertime, Original Eye Black Eyed Son y nos congratulamos de que el grupo siga manteniendo un nivel tan alto. Con el transcurso de los años la banda ha evolucionado, pero siempre dentro de unos parámetros muy concretos. Las canciones rockeras y festivas, han ido dejando paso paulatinamente a medios tiempos y temas más melódicos. Ya no son aquellos Quireboys que reivindicaban su Sex Party.

Ahora son una versión más adulta y madura. Y si bien siguen dándole al rock´n´roll más eléctrico y festivo (caso de Sinner Serenade o Slave # 1) se encuentran como pez en el agua en temas más escorados hacia el soul como Original Black Eyed Son o Seven Deadly Sins, con sección de viento y coros femeninos. Impagables también en temas melódicos como el que da título al álbum o California Blues, y excelsos en esas canciones entre tristes y melancólicas que, siguiendo la estela de himnos como Mona Lisa Smiled, son ideales para deleitarse con ellas en bares poco iluminados cuyas barras hayan sido testigos mudas de miles de historias de amores, desamores, desengaños, euforias y decepciones. Títulos como Dancing In Paris, Eve Of The Summertime o This Is It, con un cierto tono country folk son elevadas a los altares por un Spike cuya voz parece permanentemente a punto de quebrar dotando a esos temas de un lirismo y una sensibilidad de la que muy pocos cantantes son capaces.

Recapitulemos. ¿Qué nos ofrece este Amazing Disgrace? Pues ni más ni menos que otro espléndido trabajo con sonido 100% Quireboys. Lo que representa, en opinión de este humilde servidor, una de las mejores noticias de lo que llevamos de año. Honestidad, clase, calidad y emoción para dar y tomar. Puede que vivamos tiempos turbulentos y oscuros, pero gracias a Dios, con discos como éste, nuestro día a día será mucho más soportable y disfrutable. Y es que si The Quireboys no existieran, habría que inventarlos.

¡Notable disco, pardiez!