Possessed – Revelations of Oblivion (2019).
Nuclear Blast Records

Por Carlos Salcedo Odklas.


No hay duda que el metal extremo está viviendo unos grandes años. La escena, aún manteniendo su espíritu underground, está totalmente viva, tanto en nuevas e interesantes bandas como en veteranas formaciones de culto que regresan para reivindicar su legado, ya sea por medio de giras conmemorativas (Vomitory), o incluso atreviéndose a publicar material nuevo (Pestilence), consiguiendo lo más importante: ganar nuevos adeptos entre un público joven y fiel.

Los norteamericanos Possessed son un clarísimo ejemplo de banda de culto. Formados en San Francisco en 1983, en plena eclosión del movimiento thrash metal, nunca consiguieron la relevancia de otros compañeros de género y ciudad, pero su particular visión del estilo, plasmada en los clásicos Seven Churches (1985) y Beyond the Gates (1986), supuso toda una revelación para formaciones posteriores, no siendo pocas las voces que los coronan como una de las bandas fundadoras del estilo más adelante conocido como death metal. Tuvieron una carrera con bastantes altibajos y sin llegar nunca al gran público, hasta su disolución definitiva en el año 1989.

Su regreso se produjo en 2007, un regreso un tanto engañoso, ya que de la formación original solo permanecía su legendario cantante, Jeff Becerra, desgraciadamente postrado en silla de ruedas tras un disparo fatal sufrido durante un robo. Esta nueva etapa de la banda se había circunscrito únicamente a las actuaciones en directo. Hasta ahora, cuando el bueno de Jeff se ha decido por fin a componer y editar un nuevo disco, que supone el primer trabajo en estudio de la banda en nada menos que 33 años (para que luego nos quejemos de la tardanza compositiva de gente como Metallica o Rammstein).

Editar un disco tras tanto tiempo es sin duda un movimiento muy arriesgado, ya que es tremendamente difícil, por no decir imposible, satisfacer las altas expectativas, así como luchar contra la nostalgia de los fans que, sin duda, tienen sus dos anteriores obras en un pedestal, especialmente Seven Churchs, que está considerado unánimemente como uno de los mejores trabajos del género. No obstante se agradece que asuman el riesgo, reivindiquen su nueva encarnación y no se limiten a estirar el chicle y vivir únicamente de las rentas.

Entrando en harina podemos afirmar que estamos ante un disco bastante competente y disfrutable aunque, como era de esperar, se encuentra unos cuantos peldaños por debajo de Seven Churchs y Beyond the Gates. Tanto en producción como en composición Possessed han intentado darle un toque moderno a su nuevo disco, optando más por la frescura que por el refrito, algo bastante loable cuando está claro que la salida fácil hubiese sido tirar de nostalgia. Eso tampoco significa que hayan dado un giro de timón a su propuesta, para nada, seguimos ante unos trallazos de puro thrash/death directo, contundente y sin demasiadas complicaciones, pero que como apuntamos suena actual y no como un intento de recuperar el espíritu ochentero.

Jeff Becerra se encuentra en un gran estado de forma, algo esencial ya que sin duda su trabajo supone el pilar del álbum y el elemento que va a ser analizado con mayor profundidad por los fans. Afirmamos que su aportación no decepcionará a nadie, sacando de su garganta toda la fuerza y carácter que cabría esperar. Otro que está tremendo en su puesto es el batería Emilio Marquez, que ofrece un tremendo despliegue de energía y recursos para que no puedas parar de cabecear durante la totalidad del disco. La banda en general suena fuerte, profesional y firme, y da ni más ni menos que lo esperado: un puñado de temas agresivos y sin pretensiones enfocados a la pura descarga de adrenalina y violencia. Podemos destacar Shadowcult, Damned, Omen o No More Room in Hell, plagados de riffs, solos, fills de batería y todos los elementos exigibles a un trabajo de este tipo.

Como único punto negativo podríamos apuntar a la duración del álbum. Casi una hora de música, repartida en 12 temas, lo que implica que se puede hacer algo largo, más teniendo en cuenta que todos los temas siguen una dirección bastante definida y algo monótona. Opino que con dos o tres temas menos resultaría más directo y compacto, aunque por supuesto habrá seguidores que tras tan larguísima espera incluso hubieran querido un par de temas más.

En cualquier caso estamos ante un regreso bastante digno de una banda mítica, un trabajo respetuoso con su legado y que a la vez intenta sonar fresco. No revolucionará el género (ni lo pretende) pero resulta ideal para darle al play al máximo volumen y olvidarse de todo durante una horita.