Tony Iommi, Geezer Butler y Ronnie James Dio. Tres de los nombres que mejor definen el heavy metal y que reúnen en sí mismos sus características más reconocibles. La estética, letras, temática de sus canciones, riffs, etc. Si se confecciona una lista de los mayores exponentes del género ellos estarían, sin duda de ningún tipo, en los puestos más altos. La evolución del estilo es pareja a su progresión como artistas. Y no se puede entender lo uno (el metal) sin los otros. La de estos tres iconos es también una historia de encuentros, reencuentros y desencuentros a lo largo de los años. Más allá del juego de palabras, durante tres décadas, así se desarrollaron sus carreras. Uniones, rupturas y reuniones para una trayectoria que desde 1980, conectó sus destinos hasta el final.
Por Jaime Taboada.
Desde que en 1979 Dio sustituyera a Ozzy como cantante de Black Sabbath, hasta 2005, su etapa como frontman de la mítica banda había conocido dos fases, ambas con una abrupta finalización. La primera de ellas, la más legendaria y recordada, dejó como legado discos como Heaven & Hell, Mob Rules y el polémico, a la vez que excelente, Live Evil que fue el causante de la separación cuando Iommi y Geezer Butler acusaron a Dio de colarse en el estudio estando ellos ausentes para subir su voz en las mezclas. Una de las muchas situaciones surrealistas dentro de una larga lista en la carrera de Sabbath que culminó con el abandono del cantante en 1982.
La segunda etapa de Black Sabbath con Dio comenzó en 1990. Ni la banda ni el vocalista atravesaban su mejor momento de popularidad. Iommi seguía adelante sin ningún otro miembro original a su lado, mientras Dio continuaba ampliando una discografía que cada vez interesaba a menos gente. En uno de sus conciertos invitó a subir al escenario a Geezer Butler para interpretar Neon Knights, lo cual fue el detonante para una nueva reunión con Iommi. Éste despidió a los que eran sus compañeros en aquel momento y de nuevo, la formación del periodo 1979-1982 (Dio, Butler, Iommi, Appice) volvía a las andadas. De ese modo, en 1992 publicaban Dehumanizer, quizás mejor valorado ahora que entonces. De todas maneras, la aventura no tendría continuidad, aunque en esta ocasión debido a motivos más relacionados con los egos que con cuestiones artísticas. Surgió la ocasión de que Black Sabbath abriera tres conciertos en California para Ozzy Osbourne, algo a lo que Dio se negó de manera tajante. Una cuestión de orgullo acerca de la cual no iba a ceder bajo ningún concepto. Iommi y Butler sin embargo decidieron hacerlo, lo que llevó al vocalista a abandonar el seno del grupo por segunda vez.
Pero se dice que el tiempo todo lo cura. No sé si eso será cierto o no, pero parece cumplirse a rajatabla en la compleja relación que mantuvieron Iommi, Butler y Dio (y en menor medida Appice). Así, en 2005 saltaba la noticia de que Dio estaba trabajando otra vez junto al guitarrista y el bajista en nuevas canciones. Su destino sería un disco recopilatorio titulado Black Sabbath: The Dio Years, que pondría a la venta el sello Rhino Records. En principio, junto a ellos estaría el batería original Bill Ward, pero finalmente éste (que también presenta un largo historial de entradas y salidas de la formación sabbathica) dejó su puesto justo antes de la grabación. Y fue sustituido por (como no) Vinnie Appice. El antiguo cuarteto, contra todo pronóstico y olvidando viejas rencillas y diferencias, volvía a funcionar. Un claro exponente del “ni contigo ni sin ti”.
No contentos con una reunión puntual para grabar tres temas, Dio, Iommi y compañía decidieron aprovechar las expectativas creadas para realizar una gira mundial. Fue ahí cuando surgió el nombre de Heaven & Hell. El guitarrista, consciente de que tras haber realizado algunas giras de reunión con Ozzy y pensando que la utilización de la marca Black Sabbath podría crear fricciones, llegó a un acuerdo con el Madman y optó por utilizar el título del disco más célebre de su etapa con Dio para bautizar al grupo. Bajo la denominación de Heaven & Hell se llevó a cabo un extenso y exitoso tour que daría posteriormente lugar al anuncio de la grabación de un muy esperado nuevo disco. No era para menos, en vista de que se trataba de los Black Sabbath de la época de Dio de nuevo a la carga.
A lo largo del año 2008 y principio de 2009 tuvieron lugar, de manera muy relajada y tranquila la sesiones de grabación en los estudios Rockfield en Gales. Por fin eran capaces de dejar los egos y el orgullo en la puerta, limitándose a trabajar y a crear música, sin permitir que polémicas externas o rencillas personales afectaran al proceso. Parecía que definitivamente habían dejado atrás viejos roces y rencores para centrarse tan solo en sacar el máximo partido al enorme talento que atesoraban. Para ello Iommi, Butler y Dio decidieron actuar como productores (Vinnie Appice nunca llegó a ser tratado enteramente como un igual) en colaboración con el ingeniero Mike Exeter. Además, firmaron los tres como co-escritores de todas las canciones, evitando así la posibilidad de que unos pudieran llegar a acaparar más protagonismo que otros y eso llegara a crear innecesarias envidias o tensiones.
El álbum se puso a la venta el 28 de abril de 2009 y a juzgar por el contenido esa tranquilidad y buen ambiente en el seno de la formación jugó a favor del resultado que bajo mi punto de vista, sólo puede ser calificado de excelente. The Devil You Know nos muestra a una banda a medio camino entre lo que habían sido los Sabbath en 1972 y 1980, siempre rindiendo a pleno pulmón. La canción elegida para promocionar el álbum, Bible Black es un claro ejemplo. Empieza con una intro suave, con una muy lograda atmósfera tétrica y tras algo más de un minuto se produce el estallido de la tormenta de riffs con Dio cantando magistralmente con una maestría y un poderío fuera de lo común. Un temazo 100% Sabbath que despejaba cualquier duda que pudiera suscitar el proyecto de Heaven & Hell.
El álbum no se reducía a una canción que destacase sobre el resto. Porque a lo largo de todo este The Devil You Know hay calidad para dar y regalar. El demoledor inicio con Atom & Evil y Fear es un puñetazo en la mesa y una especie de llamada de atención para cientos de bandas doom y similares que se inspiraron en los de Birmingham. Los padres del invento hacían ver que estaban más vivos que nunca y reclamaban el trono del heavy metal que otros creían haberles arrebatado.
Dos canciones de puro metal, de tempo más bien lento, machaconas, con un Iommi reviviendo sus mejores épocas, Appice mostrando pegada y un Butler certero, preciso y abrumador con sus líneas de bajo amplificando la sensación de oscuridad que las envolvía. Una parecida línea siguen Rock´n´roll Angels, con un magnífico estribillo y una fantástica parte central más atmosférica y sosegada, el épico cierre de Breaking Into Heaven o el monumental Follow the Tears, con el que podrían aplastar a cualquier banda thrash-doom, precedido además de una espectacular introducción con un majestuoso órgano, previo a la explosión de decibelios y distorsión. Son canciones muy del estilo de los Sabbath de Ozzy, pero que Dio con su portentosa voz lleva a otra dimensión demostrando que podía enfrentarse a cualquier estilo y salir airoso. Por otra parte, el grupo también incluyó una serie de temas más rápidos y qué podrían haber encajado en discos como Heaven & Hell o Mob Rules.
Quizás no son tan impactantes, pero en cualquier caso son grandes canciones. En la parte central del disco se encadenan tres trallazos de puro metal como son Double The Pain, The Turn Of The Screw y Eating The Cannibals. Y no podemos dejar de mencionar esa veloz Neverwhere en dónde pisan el acelerador a fondo. De esta tanda y sin pretender desmerecer a ninguno de los títulos mencionados destacaría especialmente Double The Pain. Una de esas canciones perfectas, con gancho, estribillo, riffs, melodías, etc. En definitiva, lo tiene todo. En cualquier caso, la banda no se sale de su aura de oscuridad y aunque puedan disponer de estribillos más coreables o melodías algo más “fáciles” distan mucho de poder ser considerados temas comerciales o pensados para sonar en la radio. Ese fue quizás el gran acierto del grupo. Dejar que la música fluyera sin preocuparse de lo que podía ser o no exitoso o popular. De ese modo lograron completar un trabajo fiero, rocoso, compacto y sin fisuras, altibajos o relleno. Definitivamente, en mi opinión, superior al 13 que años más tarde, Black Sabbath publicarían a modo de retorno con Ozzy.
The Devil You Know se puso a la venta en abril de 2009. La portada, era un pintura inspirada en la obra titulada Satán del artista Per Øyvind Haagensen e incluía los número 25 y 41. Geezer Butler aclaró en una entrevista que dichos números se referían al versículo 25:41 de Mateo referido al Juicio Final. Asimismo, en dicha entrevista, explicó que ese “devil” del título sería Black Sabbath. Un guiño autorreferencial para tratar de dejar claro que más allá de aspectos legales, el espíritu de la vieja banda estaba ahí.
La recepción por parte de crítica y fans y fue muy positiva. La expectación creada se tradujo en unas notables ventas, tanto en Europa como en Estados Unidos. Tras unos años un tanto erráticos en la trayectoria de los implicados en el grupo había dudas acerca de si darían o no la talla. Una vez que el disco vio la luz cualquier atisbo de duda desapareció. Casi todo el mundo quedó muy gratamente sorprendido y se podría decir que superó las expectativas sobradamente.
Lejos de dormirse en los laureles, Iommi y los suyos se dispusieron a iniciar una nueva gira por todo el mundo incorporando temas de The Devil You Know al repertorio de clásicos de Black Sabbath. Cuando ya llevaban varias fechas y habiendo anunciado que el proyecto tendría continuidad, saltó a los medios la noticia que lo cambió todo. El tour se cancelaba debido a que Ronnie James Dio era diagnosticado con cáncer de estómago y había de someterse a un tratamiento que le impedía trabajar. No me voy a extender en detalles acerca de la evolución de la enfermedad. Tras una ardua batalla, finalmente, en mayo del año 2010 se consumaba la tragedia al anunciarse el fallecimiento del vocalista. El mundo del metal en particular y del rock en general se quedaba sin una de las mejores voces de la historia. Se interrumpía así, de manera abrupta, Heaven & Hell, constituyendo The Devil You Know un brillantísimo testamento del gran Dio y una de las obras cumbre, tanto de su carrera como de la de sus compañeros.
Diez años han pasado desde la publicación del disco. Tiempo más que suficiente para hacer balance sosegado y sin dejarse llevar en exceso por la emoción. El tiempo no ha hecho mella en la calidad de esta obra. Por el contrario y aunque suene a tópico, al igual que a ciertos vinos, le ha sentado bien y con las escuchas a lo largo de los años, descubrimos matices, arreglos y detalles que nos revelan un título con una riqueza muy abundante para paladear con sosiego, sin prisas, dejándose atrapar por ese aura de grandilocuencia y oscuridad. Y de paso, para festejar la vida, la vitalidad, la elegancia y el saber estar de esa gran leyenda que fue, es y será Ronnie James Dio. Perdió la batalla final pero no sin antes dejar su impronta en este The Devil You Know, involuntario pero glorioso testamento. Sin embargo, no es momento de lamentos ni tristeza, sino de celebración. Vibremos una vez más con esta maravillosa obra y gritemos con todas nuestras fuerzas lo mismo que gritó Ronnie en una de sus grandes obras del pasado.
Long Live Rock´N´Roll!!!