Año 1979. Fin de una década y para muchos de una etapa. En aquel momento la música pop atravesaba una fase de transición. Los megadinosaurios de los 70´s, los macroconciertos, los excesos, etc. estaban en proceso, quizás no de desaparición, pero sí de mutación. El mundo del rock encajó el golpe de la revolución punk para recibir posteriormente el impacto de la new wave y la disco music. Nombres venerados pocos años atrás comenzaban a ser vistos como reliquias del pasado mientras que otros trataban de adaptarse como buenamente podían. Como es habitual en estos casos algunos artistas se limitaban a seguir su camino sorprendiendo, eso sí, a propios y extraños con impredecibles giros e inesperados golpes de timón. No se me ocurre mejor ejemplo de ello que el caso de Ritchie Blackmore. Y si hablamos de este incomparable personaje situándonos en 1979, hemos de referirnos al excepcional Down To Earth que ahora cumple 40 años. Pero empecemos por el principio. Lo cual, en el caso de Rainbow, suele significar cambios en la formación.
Especial 40 aniversario: Rainbow – Down To Earth (1979)
Por Jaime Taboada.
En 1978, tras la publicación de Long Live Rock´N´Roll, las diferencias entre Ronnie James Dio y Blackmore habían llegado a un punto de no retorno. El vocalista deseaba proseguir con el estilo más clásico de los dos primeros álbumes del grupo mientras que el guitarrista deseaba dotar al sonido de la banda de un estilo más melódico. Por lo general, en el caso de Rainbow, cualquier discrepancia entre Blackmore y otro miembro de la formación solía saldarse con el despido del músico discrepante. Así, a finales de aquel año se producía el anuncio del abandono del cantante. Poco después le mostraría la puerta de salida al bajista Bob Daisley y al teclista David Stone que habían militado durante poco más de un año en el seno del grupo. De todos modos, esta situación de inestabilidad era relativamente frecuente dentro del entorno del enigmático guitarrista que pronto comenzó a reorganizar a su equipo. Desconcertó a todo el mundo con la decisión de reclutar a su ex compañero Roger Glover como productor tras haberlo expulsado de Deep Purple cinco años atrás. En 1978 aparentemente ambos habían dejado atrás sus diferencias ya que el bajista aceptó el puesto encantado, participando además en el proceso creativo como compositor.
Asimismo, a sugerencia del batería Cozy Powell, Don Airey fue fichado como teclista. Aunque joven, era ya un músico experimentado que había participado en grabaciones de gente como Gary Moore, Colosseum II o Black Sabbath.
Lo que parecía algo más complicado era cubrir las plazas de bajista y cantante. Para la primera el grupo probó a Jack Green de The Pretty Things pero no cuajó. Venía de ambientes muy diferentes y no llegó a integrarse con el resto de miembros, abandonando la formación tras solamente un puñado de ensayos. Debido a ello la alineación volvía a estar coja a nivel instrumental y ante la frustración que representaba para Blackmore la posibilidad de un parón en los ensayos, éste le ofreció a Roger Glover incorporarse a Rainbow, lo cual entusiasmó al bajista que no dudó en aceptar.
A finales de 1978 el puesto de cantante y frontman seguía vacante. Por lo general el huraño líder de Rainbow solía dar la alternativa a nombres desconocidos ya que era muy dado a ese tipo de retos. Sus apuestas por Coverdale o Dio en el pasado (o la más reciente por Ronnie Romero) eran buena prueba de ello. En contrapartida respondían la oportunidad dando el 200% de sí mismos. Pero existían otras razones, siendo una de ellas fundamental. El hombre de la Fender no quería luchas de egos con cantantes que mostraran más ansias de protagonismo de las deseables. En las bandas de Ritchie Blackmore solo había un ego a tener en cuenta. El suyo, por supuesto. Los vocalistas eran SUS vocalistas. Un vehículo para sus ideas musicales que habrían de acatar sus órdenes a rajatabla.
Lo que tenía claro todo el mundo en el seno de Rainbow es que estaban trabajando en un material que requeriría a alguien diferente a Ronnie James Dio. Increíblemente, una de las opciones que se barajaron fue la de Ian Gillan que rechazó la oferta. Las heridas provocadas por su expulsión de Deep Purple aún no se habían cerrado. Fue entonces cuando hizo su aparición en escena Graham Bonnet, contratado tras probar suerte en una audición en Francia. En aquel momento su relevancia en el mundo del rock era mínima, pero había llamado la atención de Roger Glover que propuso a sus compañeros hacerle una prueba que superó con éxito. A partir de ese momento la banda comenzó a trabajar en el disco.
Lo curioso de la elección de Bonnet es que, pese a no ser un novato, venía de un mundo bastante alejado del hard rock y del heavy metal. Él mismo admitió posteriormente en varias entrevistas que conocía muy poco ese ambiente. En cuestión de imagen no podía estar más lejos de la estética metalera de la época. Graham vestía americanas, llevaba el pelo corto pulcramente peinado y si veíamos una foto suya nadie diría que era el vocalista de un grupo de hard rock. Curiosamente el asunto de su look acabó por acarrearle problemas y más adelante volveremos sobre ello.
Ritchie Blackmore había elegido el Chateau Pelly de Cornfield, en Francia como base de operaciones. Una gran casa equipada con un estudio móvil en la cual el grupo podía ensayar y probar ideas a sus anchas aislados de interferencias del exterior. Fue allí dónde se realizaron las grabaciones de todas las pistas instrumentales mientras se acoplaban al nuevo vocalista y éste se integraba gradualmente con sus nuevos compañeros haciéndose con un estilo (el del hard rock) hasta ese momento bastante desconocido para él.
Una vez completado el proceso, el grupo se desplazó hasta los estudios Kingdom Sound en New York para grabar las partes vocales. El propio Graham Bonnet, pese a llegar a la banda con el material prácticamente compuesto al 100% aportó algunas ideas así como ciertos arreglos en algunos de los temas y aunque que no recibió crédito por ello, logró con creces dejar su impronta. En junio quedó rematado el trabajo de producción y mezclas para que el siguiente mes se pudiera publicar el disco. Lo haría bajo el título de Down To Earth, siendo máxima la expectación debido a los anunciados cambios y a la imprevisibilidad de su siempre contradictorio líder.
Como single para apoyar el lanzamiento se eligió Since You Been Gone, compuesta por Russ Ballard de Argent, alguien muy alejado de lo que representaban Rainbow hasta ese momento. A más de un fan casi le dio un ictus cuando escuchó por primera vez la canción. Melódica, casi pop, 100% radiable y desprovista de cualquier clase de épica. Casi lo opuesto a lo que el grupo había publicado con Dio. De hecho, Blackmore tuvo sus dudas acerca de si grabar o no el tema. Finalmente lo hizo debido a que estaba decidido a pegar fuerte en Estados Unidos y consideraba que un tema de estas características le ayudaría a lograrlo.
Cuando el disco se publicó y los seguidores pudieron escucharlo entero la intensidad del susto se redujo. Rainbow no se habían pasado al pop y pese a que se evidenciaba un claro cambio de rumbo, estaba claro desde el primer momento que era un álbum de puro rock lleno de riffs, electricidad y, lo más importante, excelentes canciones.
Algunos fans terminaron en 1979 su relación con la banda aunque paralelamente otros muchos se engancharon en ese momento. El avinagrado guitarrista se declaraba fan de Abba o Boston pero no transformaba su grupo en copia de unos ni otros manteniendo su personalidad muy presente a lo largo de todo el LP. Es cierto que las canciones eran más melódicas así como también lo eran los coros o los arreglos y sin embargo no es menos cierto que estamos ante un disco rockero hasta la médula.
Since You Been Gone era una gran canción, aunque quizás exageradamente comercial. Sin embargo se podía decir que era la excepción y no la regla. El hard rock reinaba en himnos como la inicial All Night Long (¡ese riff!), la macarra No Time To Lose o la rápida y contundente Lost In Hollywood. Quedaba claro no sólo que la banda no había olvidado cómo se rockeaba, sino que además la elección de Graham Bonnet como vocalista había sido acertadísima.
Danger Zone y la excelente Eyes Of The World eran los temas que presentaban un cierto nexo de unión con el pasado (puedo imaginar a Dio cantando Eyes Of The World). Bonnet además daba el do de pecho en el melódico Makin´ Love y en ese sensacional blues rock rocoso y sin concesiones que es Love’s No Friend. Demostraba ser un todoterreno capaz de enfrentarse a cualquier clase de canción. Podía rugir como el que más pero también era capaz de contenerse si la ocasión lo requería. Tanto él como Don Airey, cuya aportación con los teclados es muy brillante a lo largo de todo el álbum, contribuyeron a revitalizar al grupo y le insuflaron un empuje y una dosis de energía muy necesarias.
Aunque muy posiblemente el mayor acierto de Blackmore fue el reclutar a Roger Glover como lugarteniente y segundo de a bordo. Bajista, compositor y productor, su labor como eje central del sonido de Down To Earth fue vital. Pulió el conjunto, rebajó aristas aportando comercialidad y potenció el aspecto melódico de las canciones. Pero a la vez conservó un punto de agresividad y rudeza imprescindible para cualquier formación de hard rock que se preciara de serlo.
Down To Earth, como es habitual en estos casos, fue recibido con disparidad de opiniones pero en general hizo que aumentara el número de fans del grupo motivando que se embarcaran en una multitudinaria gira de presentación en la que lograron colocar casi siempre el cartel de Sold Out, sobre todo el lugares como Australia o Japón. En Gran Bretaña también lograron triunfar pero su éxito quedó un tanto empañado por los disturbios que tuvieron lugar en su concierto de Wembley provocados por el rechazo de Blackmore a salir a escena a hacer un bis tras solo 75 minutos de concierto. En 1980, que un grupo de hard rock o de metal tuviera el atrevimiento de ofrecer conciertos de menos de hora y media solía tener consecuencias nefastas (destrozos, batallas campales, etc.).
De todos modos la banda se había guardado un as en la manga ya que serían cabezas de cartel de la primera edición del Monsters Of Rock Festival de Castle Donington. Sería una especie de gran final de la gira y, en ese momento, punto álgido de su carrera. Paradójicamente fue el principio del fin de la formación. Su concierto fue memorable pero significó la última actuación de Cozy Powell en Rainbow. Descontento con el rumbo musical que estaba tomando el grupo anunció su marcha siendo sustituido por Bobby Rondinelli. Y si el abandono de Powell representó un serio varapalo, más sonado fue el de Bonnet.
Alegando motivos personales, Bonnet causó baja poco después de hacerlo el batería. La realidad es que su relación con Ritchie Blackmore se había ido deteriorando poco a poco hasta llegar a la incompatibilidad casi total. El guitarrista admiraba el talento del cantante pero no llegaron a congeniar en lo personal. Además Blackmore no veía bien el look de Graham y éste no cedía un ápice en este aspecto. Nada de chupas de cuero, melena, muñequeras o algo por el estilo. En una entrevista para el documental The Ritchie Blackmore Story, el malencarado músico confesó que se pasó gran parte del concierto de Donington, conteniéndose para no golpear al vocalista en pleno escenario. No lo hizo, claro, aunque a partir de ese momento los minutos de Graham Bonnet como vocalista de la banda estaban contados.
De ese modo Rainbow afrontaba el inicio de la década de los 80 de la misma forma que había encarado el final de los 70, inmerso en una maraña de cambios ya que antes de publicar el siguiente disco también se despedía Don Airey. Eso sí, aun estando el grupo tocado, nunca se hundió. Años de esplendor esperaban todavía por delante de los que ya hemos hablado en otra ocasión (click en Especial Rainbow: 1980-1984 – Los años de Joe Lynn Turner )
Lo que ahora procede es subir el volumen, vibrar con el riff de All Night Long y cantar a voz en grito emulando a Graham Bonnet hasta que nuestras gargantas no den mas de si. Damas y caballeros, con todos ustedes… Rainbow!!!