Crítica: Lingua Ignota – Caligula (2019)
Sello: Profound Lore Records
Texto: Mikel Cthulhu.
Como muchas mujeres de nuestro tiempo, Krsitin Hayter es una superviviente que ha tenido que sobreponerse a los palos más gordos, endurecerse y seguir adelante frente a unas adversidades ante las que nosotros, sus homólogos masculinos, nos hubiéramos derrumbado desde el principio. Lingua Ignota nace al mismo tiempo como coraza, exorcismo y espada con las que enfrentarse a un pasado marcado por la violencia machista y la anorexia, poniendo para ello sus inmensas aptitudes y talento a trabajar (Kristin Hayter es licenciada en Bellas Artes y Literatura, además de haber cursado estudios superiores en canto y piano clásicos). Colaboradora de dos de las bandas más interesantes del terrorismo sonoro estadounidense (The Body y Full Of Hell), es sin embargo en su proyecto en solitario donde da rienda suelta a todo su potencial, una sobrecogedora propuesta a caballo entre el neoclasicismo, el noise y el industrial que nos acaba de entregar una nueva criatura, Caligula (2019, Profound Lore Records).
A lo largo de su vida Hayter ha mostrado un interés muy especial en conectar el clasicismo histórico y artístico con los problemas que sufren las mujeres hoy día, tanto es así que una de sus tesis de fin de carrera (Literatura) deconstruía «El clave bien temperado» de Bach y lo acompañaba de una poética sobre la anorexia. Para su tesis de Bellas Artes, preparó un manuscrito donde señalaba la mitologización de la misoginia por parte de algunos sectores del extremismo sonoro acompañándolo de pruebas que mostraban el calvario que tuvo que pasar cuando sufrió violencia machista, partiendo del propio hecho y continuando con la frialdad y suspicacia con que fue tratada tanto por la policía como por el sistema judicial, así como la propia connivencia de su entorno.
Caligula sigue esta línea entroncando la misoginia con sus raíces judeo-cristianas e inspirándose en uno de los casos más famosos de poder masculino demente en nuestra historia, dotando ese fondo de una estructura formal simplemente demoledora donde el dolor y la furia insurreccional se alían para prenderle fuego a todo lo que se le ponga por delante. Con un ojo puesto en Diamanda Galás y el otro en la lija noise de sus amigos The Body, Lingua Ignota añade su propia impronta a golpe de clasicismo torturado y odio para regalarnos una hora de pura confrontación que no hace ni una sola concesión a un oyente que se verá vapuleado física y espiritualmente en este descenso al infierno que, desgraciadamente, sufren tantas y tantas mujeres de nuestro tiempo.
En una entrevista para The Guardian, Hayter declaraba que «Lingua Ignota no es solo catarsis, sino también transformación y venganza», algo que cristaliza en barbaridades como «Do You Doubt Me Traitor» donde la californiana se desgañita contra el maltratador e incluso el propio entorno de la víctima: «Todos mis amigos llevan tus colores / tu bandera ondea encima de cada puerta / pero zorra te huelo sangrar / y se dónde duermes». Esa furia vengativa continúa en monstruos abrasivos como «Days Of Tears and Mourning», capaz de lijarte la piel hasta tocar el hueso, y que contrastan con la cínica solemnidad de «Faithful Servant Friend Of Christ» o la muy folkie «Fragrant Is My Many Flower’d Crown» donde brilla el impresionante vozarrón de Hayter. A través de ese tour de force entre exorcismo y venganza Caligula se yergue no solo como un disco excepcional, una de las mejores obras de esta década me atrevería a decir, sino como una obra absolutamente necesaria en estos tiempos de muchas palabras y ningún acto gestionadas por la tiranía de lo políticamente correcto. Lingua Ignota es fuego abrasador, feminismo intransigente y una bola de demolición contra un mundo caduco que merece ser reducido a cenizas.
Caligula no es solo el mejor disco de lo que llevamos de año, una ciclópea amalgama de neoclasicismo y noise abrasador, sino que es una obra NECESARIA entre tanto trascendentalismo oscuro y superficialidad indie. Lingua Ignota ha forjado un arma y apuntado al enemigo, en nuestra mano está seguirla a la batalla o seguir tecleando bonitas palabras frente al ordenador.