“Escribir sobre música es como bailar sobre arquitectura” (Frank Zappa)

“Las opiniones son como los culos: cada uno tiene el suyo”’ (Harry el Sucio)


Siempre es complicado ofrecer una visión personal respecto a una obra de arte. En este caso un disco. Hay quien ve una tarea estéril el delicado oficio de la crítica musical, y por contra miles de lectores que rastrean unas y otras visiones para dirimir cuál opinión se convierte en la más acertada, o lo que suele ser lo mismo, cuál es el mejor espejo de sus propios gustos.

En cuanto a las posibilidades que ofrece un medio digital, siempre nos encanta explotar todos los enfoques posibles cuando se trata de un disco tan esperado, como el caso que nos ocupa, el esperadísimo nuevo disco de Tool. Un complemento a lo que expusimos en una una primera foto, la radiografía inicial del sujeto a debate, un tipo de texto que muchos lectores esperaban leer cuando todavía no habían escuchado el disco.

Y es hoy cuando nos gustaría dejar un documento más reposado, y en el que se pueda ver reflejado que la percepción artística no es ni mucho menos matemática. No hay mejor manera de ampliar la visión que cambiando de perspectiva, así que en lugar de quedarnos con un único punto de vista recopilamos las diferentes opiniones de buena parte de nuestro equipo de redacción. Una colección de comentarios acerca de Fear Inoculum firmados por varios de los individuos que habitualmente pulsan las teclas aquí, junto a algunos otros amigos que también han querido venir a jugar.


Gonzalo Puebla – redactor en Rockzone.

Después de los años de espera, del hype interminable, de las discusiones previas, de que algunos llegásemos a desvirgarnos con ellos en directo… Después de todo eso ha llegado la hora de la verdad y solo queda la música. Fear Inoculum al fin es toda una realidad y es el momento de disfrutarlo con todos los sentidos. Porque, vale, es cierto que de primeras suena tan a Tool que hasta asusta. Pero también emociona. Casi nos habíamos olvidado de que estos cuatro tíos son capaces de crear un sonido único, que les pertenece por derecho propio aunque muchos hayan intentado copiarles. Suenan majestuosos, intensos sin necesidad de machacarnos a cada riff, más progresivos que nunca, con un Maynard contenido pero también más humano… Por mucho que se les acuse de hacer «refritos», la realidad es que le han sabido dar una vuelta de rosca a la fórmula para entregar algo tan nuevo como familiar. Escucho ‘Descending’ o esa barbaridad llamada ‘7empest’ y es que me sobran las palabras para describirlas. ¿Ha merecido la pena tanta espera? Solo por este momento de felicidad que nos han regalado, yo diría rotundamente que sí.


Mikel «Cthulhu» – colaborador de Diablorock.

Cuando se tarda una década en grabar un nuevo disco, o bien no hay ganas o faltan ideas. Y ambas cosas se unen en Fear Inoculum para devenir en un álbum plano, soporífero y que se siente como un patchwork hecho de descartes de otros discos. Y además cometen el peor pecado para una banda de progresivo, ser completamente previsibles. En una época en la que bandas como Gorguts o Portal han estirado las posibilidades técnicas y compositivas hasta límites insospechados, no podemos pedirle a Tool que vuelvan a revolucionar la música, ya lo hicieron y les estaremos eternamente agradecidos, pero sí que sean considerados con su propio legado y no lo mancillen entregando un disco tan desganado como éste. Siempre nos quedará el Aenima.


Gonzalo Rodríguez – redactor de DiabloRock.

Después de 13 largos años, ríos de tinta, muchas especulaciones y paciencia infinita cuesta creer que el inalcanzable nuevo disco de Tool haya llegado a nuestras vidas. Fear Inoculum es una realidad. Cada disco de Tool es un mundo, un mundo que requiere tiempo y dedicación para entenderlo en toda su plenitud, por lo que intentaré resumir mis primeras sensaciones después de varias, pero insuficientes escuchas.  La primera sensación es que Fear Inoculum es menos innovador que sus predecesores, sin ser esto un punto negativo, a estas alturas Tool ya no tiene que demostrar nada a nadie. Sus majestuosas progresiones siguen hipnotizando como siempre, ahí están “Pneuma”, “Invincible” y “Descending” para hacernos flotar entre sus múltiples recovecos, y es que parece que han querido explorar su lado menos agresivo. Hasta que llegamos a “7empest”. La mejor composición del álbum es una demostración absoluta de poder de cada uno de los integrantes de Tool; una máquina precisa y perfecta con el único objetivo de entrar en nuestro cerebro, recorrerlo y finalmente hacerlo explotar. Lo han vuelto a hacer, la magia sigue siendo parte de Tool.


Jaime Taboada – redactor de DiabloRock.

No es tarea fácil emitir un juicio de valor acerca de este Fear Inoculum. Su gestación ha desatado todo tipo de rumores y habladurías, además de toda una retahíla de retrasos, aplazamientos y bailes de fechas. Todo esto, al igual que otros discos cuya grabación se ha prolongado casi eternamente en el pasado, ha terminado por generar una montaña de expectativas. Y una vez que se puede escuchar el disco, mi opinión es que la cosa no es para tanto. He de aplaudir que la banda siga su camino al margen de todo y de todos. Además, es de agradecer que no traten de ponerlo fácil ni rebajar aristas en su sonido. Aunque paradójicamente su virtud se convierte para mí en talón de aquiles porque no puedo evitar una cierta sensación de impostura, de “tener que sonar a Tool”, de ceñirse a unos cánones. Pero lo que en Undertow o Aenima era, para mi gusto, rompedor e impactante, se queda ahora en un buen intento pero con fallidos resultados. También sé que esta palabrería de poco vale y que es una de esas obras de asimilación lenta que requieren su tiempo. Dentro de un año puede que lo odie. O que lo ame. El tiempo dirá.


Carlos Kashmir – redactor de DiabloRock

Tool siempre han querido mantener un aura enigmática, internet hoy juega en contra suya, y aún así han logrado esa expectación que provoca su magnetismo y 13 años de silencio. Enfrentarnos a Fear Inoculum es muy distinto a como lo hicimos con sus predecesores, la inmediatez de sentenciar todo lo que nos llega dificulta el recorrido de un disco así. Ha sido un frasco laborioso de abrir, al destaparlo es inevitable compararlo con su anterior esencia 10000Days (Ænima y Lateralus se antojan cimas inalcanzables), perdiendo en cuanto a temas dinámicos, que sacudan a base de riffs, melodías y un Maynard más omnipotente. Aunque posiblemente con maduración este trabajo sea más redondo. Los temas son extensos pero no se hacen largos, gran mérito éste. Sin embargo echo en falta más CANCIONES y menos progresiones que dotan al disco de cierta reiteración estructural; y a un Maynard en su trabajo más pobre, aunque en 7empest sí te haga levantar de la silla. Con APC brilla y estremece, aquí se nos muestra gris, como si este disco no fuera con él, fruto de una desesperada espera. En cambio Carey sale como el gran protagonista y motor del álbum. Veremos a ver con el tiempo, porque a pesar de los defectos que percibo superficialmente, no descarto que tras mucho escavar encuentre el núcleo que haga que me derrita.


Antonio Aparicio – colaborador de DiabloRock.

Por fin. ¿Ha merecido la pena la espera? Rotundamente sí, desde luego. Un viaje místico a su evocador universo,  siete exuberantes composiciones llenas de matices que parecen tener  vida propia y que cambian según tu estado de ánimo, el lugar donde la escuches, la hora del día… Intrincadas y complejas melodías que parecen disolverse cuando crees haber encontrado la pauta musical. Tarea difícil encontrar algo que tararear. A nivel musical destacar la atiplada y desapacible voz de un Maynard mucho más domesticado que en anteriores trabajos, el rotundo y potente bajo de Chancellor y, por encima de todo, la abrumadora presencia de Danny Carey en la percusión; curioso el uso desmesurado de los timbales en detrimento de la caja, que parece modificada para que suene como otro timbal, lo que envuelve  a las composiciones de una atmósfera  atávica y trascendente. Mi conclusión: No defraudan. Un disco que irá cambiando según el número de escuchas que se le dedique, y que exige plena atención. No se puede tener de música de fondo mientras estás a otra cosa. Quizá eche en falta un poco más la rabia de Keenan en algún pasaje o unas guitarras más sucias, pero son Tool, casi genios en lo suyo.


Jose Mora – colaborador de DiabloRock, músico en Totengott, Mad Rovers y Humo.

Y finalmente lo nuevo de Tool, tras casi 5000 días de silencio discográfico, ha tomado tierra. En “Fear Inoculum” tenemos un disco muy notable, con una ejecución milimétrica, una producción superlativa y una propuesta cien por cien fiel al sonido y filosofía del cuarteto… ¿Es suficiente? Depende de nuestro nivel de exigencia. Personalmente, echo en menos mas “riesgo” en un disco en el que la cara más atmosférica, técnica y ambiental de la banda está un poco sobre utilizada, en el que falta algún trallazo más duro y directo, y en el que reconocemos en bastantes momentos patrones, armonías e ideas que la banda ya ha explotado (con mucho éxito) en discos anteriores. Para una banda que no tiene dos álbumes iguales y para la que cada lanzamiento era una excusa para llevar su sonido un paso adelante es una sensación un tanto agridulce. La recta final con el experimento “Chocolate Chip Trip” y la épica “7empest”, lo más destacado de un disco que, si bien no me ha reventado la cabeza, seguramente ganará en progresivas escuchas al no tratarse de un material de digestión rápida. Seguiremos dándole las vueltas que hagan falta hasta que la espiral nos envuelva.


Jeiter Bilis – redactor de DiabloRock.

Uno no pretende hacer sangre a la banda que tanto nos proporcionó en el pasado, y aun pretendiéndolo sería imposible causar hemorragia en una criatura por cuyas venas ya no corre más que insípida horchata. El que Tool ofrezcan en vivo actualmente conciertos a la altura de su legado es algo que desconozco, pero desde luego hay que hacer un gran esfuerzo para encontrar en este ladrillo algo de entraña. No es técnicamente sorprendente, y si al menos ofreciera un asalto dramático a nuestros maltrechos corazones… pero tampoco. Tool han vuelto, pero fríos como una almeja. Fear Inoculum es como un pollo metido en una caja, abres la tapa y ves una criatura débil, superada por la presión, y rodeada de sus propios excrementos. Eso sí, la caja la puedes adornar como quieras. Hasta con pantallas led de 4 pulgadas.


Mario Torija – colaborador de DiabloRock.

Fue bonito mientras duró. Por más que me pese, puede que Fear Inoculum sea el último disco que saque Tool. Es por eso han hecho un disco que suena a clásico, a los Tool de todas las épocas. Con una producción mucho más cruda, sin florituras, y con una base rítmica que es un bloque de hormigón armado. Su disco más progresivo, pero sin duda es el disco de Adam Jones. Todos cumplen, pero es el disco que Adam quería sacar. La guitarra tiene un papel prominente en todo el disco mientras que, como era de esperar, Maynard pasa casi de puntillas, mucho más maduro y reposado. En cuanto a temas, Fear Inoculum, parece un descarte de Lateralus, Pneuma recuerda a la época de Ænima, Invincible suena a unos Tool de Undertow evolucionados, el riff principal de Descending es un espejo de algunos riffs de 10.000 Days, Culling Voices es el toque exótico de cada disco y 7empest, con un riff descartado de las sesiones de Undertow, es cómo sonarían los Tool de Opiate en 2019. Los mejores Tool posibles en 2019. Tenían que quitarse la “mochila” de sacar este disco. A partir de ahora a disfrutarlo, porque quizá sea el último.


Victor Hernandez – The Chapel Radio

Un pilar del rock contemporáneo que edita un nuevo disco digno de su legado. Le han dado a sus fans lo que querían escuchar, con el plus de acercarnos su lado más progresivo. Seis temazos que ganan a cada escucha, para digerir a cámara lenta y a pequeñas dosis; la mejor manera que se me ocurre para poder disfrutar de la infinidad de detalles que poco a poco vas percibiendo en el disco. Maynard está tibio en casi todo el trabajo, con la excepción de la espectacular 7empest, mientras que el resto del grupo sigue brillando a un nivel superior en todo el recorrido, como los reyes que son.

Álvaro Antípodas – redactor de DiabloRock.

Avistado y oído el cometa Halley musical que es Fear Inoculum de Tool resulta harto complicado cuantificar el rastro de luz a su paso y dilucidar si la misma es tan cegadora como en sus lejanas irrupciones. Indudable y presente el talento musical de una sección rítmica que tan bien se engarza con las habituales hipnóticas líneas de guitarra evolutivas de un Adam Jones que deslumbra con ejecuciones soberbias en el boomerang emocional que son Pneuma y 7empest o en la traca explosiva final guitarrera de Descending. Los elementos reconocibles de su pasado siguen estando intactos, a saber, arreglos de percusiones tribales de Carey, aura mística vocal de Maynard-muy en segundo plano quizás excepto en Culling Voices y 7empest- y omnipresencia del bajo de Chancellor. Fluye bien la obra aun contando con que todas las canciones –a excepción del habitual interludio-se alcen por encima de la decena minutos. No hay una Schism, Parabola o The Pot de impronta inmediata, cierto, pero debemos mirar más allá y preguntarnos cuántas bandas son capaces de construir la magia intrínseca de Invincible o de la profundísima 7empest. Compro.


Jorge Guede – redactor de DiabloRock.

La espera ha merecido la pena. La banda californiana vuelve a entregarnos otra obra monumental.  Fear Inoculum tal vez sea su trabajo menos rompedor, y con menos riesgo. Apenas hay evolución alguna respecto a sus dos anteriores discos. La banda ha hecho lo que mejor saben y pueden hacer, que no es poco. Luchar contra su propia historia y salir victoriosos. Porque salir victorioso es plantarnos temas extremadamente largos pero con una ligereza y ritmo que te mantienen alerta y con una emotividad a flor de piel. No son canciones extensas gratuitamente.  Tiene gran culpa el señor Maynard James Keenan, que pese a no hacer grandes alardes de su prodigiosa voz, se mantiene en un rol casi secundario, como si de otro instrumento más se tratase, pero guiando en todo momento la buena senda de la canción. Técnicamente vuelven a hacer una exhibición como nunca antes se les había visto. Y lo más importante, otro disco imperecedero, sin fecha de caducidad, que nos acompañará muchos y muchos años. Tool puede mirar de tú a tú a los grandes de la música rock de la historia.


Rafa Diablo

No entro en comparaciones con sus anteriores trabajos. No miro posibles exigencias extra que pudieran requerirse después de tanto tiempo. No me fijo en posibles desequilibrios derivados de su peculiar modo de composición, en especial el que Maynard se haya convertido en un satélite de la banda. No pienso en que las estructuras sean demasiado similares, ni la sensación de deja vu en ciertos momentos. No reparo en que hay bandas más jóvenes que, influenciadas por ellos, rizaron el rizo que ahora Tool son incapaces de ensortijar. Y sin embargo, sí caigo en que, tras una primera atenta escucha fruto de la expectación, ahora debo hacer cierto esfuerzo para no perder la atención hacia un álbum con el que aún no termino de conectar. Y lo conseguiré, porque estoy convencido de que hablamos de golosina para los no impacientes. Despejadas ya ciertas dudas veo el dibujo cada vez más claro; un disco como un todo, y no la suma de sus distintas partes. No se puede negar, era un disco a demanda, Fear Inoculum no es un hijo deseado, pero Tool han sabido darle un enfoque clásico con el que, de un modo amable y sin sorpresas, muestran los rasgos por lo que siempre nos cautivaron.



 

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