Crítica: Foscor – Els Sepulcres Blancs (2019)Sello: Season of Mist
Producido por: Javi Félez
Por: Álvaro Antípodas
Leía hace muy poco unas declaraciones de Mikael Åkerfeldt (Opeth) en las que el sueco venía referirse acerca de lo encorsetado del gusto de muchos de sus seguidores, y de lo poco que él estaba interesado en lo que muchos consideran metal a día de hoy, debido a la carencia de honestidad en bastante de la música contemporánea. Dejando a un lado el debate de qué debe meterse en el cajón de sastre del metal actual y qué no, sobran ejemplos de bandas que han evolucionado de un primitivo metal más cercano a subgéneros extremos para adentrarse en terrenos más melódicos, con diversos resultados. Sonados son los casos de los citados suecos, Katatonia o Anathema. Y sin irnos tan lejos tenemos a los catalanes Foscor con una transición incluso más natural del black primigenio hacia a terrenos mucho más atmosféricos. Con Els Sepulcres Blancs siguen dando otro pasito en esa dirección sin que parezca que por el camino vayan a perder seguidores de su década pasada.
Els Sepulcres Blancs llega dos años más tarde de Les Irreals Versions, y marca el segundo de la trilogía conceptual en torno del movimiento artístico modernista, y ahonda en la vena más progresiva, de atmósferas y oscuridad en base a melodías perfectamente hilvanadas por las guitarras de Falke y Albert Martí. Nos encontramos con un segundo ejercicio en el que la lengua materna catalana es la que usa Fiar para transmitir sus siempre poéticas y cuidadas letras, encontrándonos en este caso múltiples referencias al universo onírico. Entre la bruma espesa instrumental -el concepto de la niebla como recurso también se repite en varios cortes- aparece sumergida la voz limpia de Fiar, que sólo se eleva y mira el pasado en los growls de la central y excelente Secrets. Es quizá en esa parte central que arranca con Malson y que culmina con Cançó de Mort, donde se torna la melancolía más punzante de toda la obra. En Cel Rogent y Cançó de Mort nos topamos con tramos perfectamente incrustados de blast beats. Cel Rogent es por derecho propio uno de esos temas que debería acompañarte todo lo que queda de 2019, y cuenta con ese espíritu libre y la mística tribal de unos Wolves in The Throne Room en versión meditativa. Esos susurros cual silbidos en mitad del oscuro bosque que se cuelan de fondo en la intro de la canción, y que también usa en Malson, son de los momentos más brillantes de todo el disco.
Tras un disco tan bien parido y que no hay que olvidar que es su segundo largo con Season of Mist, no me extrañaría que supusiese otro empujón hacia delante en la carrera de los catalanes. Una ambición bien entendida de la que el propio Fiar ya hace un tiempo comentaba en Radio 3 como objetivo y principio fundamental de cualquier banda con ciertas aspiraciones. En un 2019 en el que bandas nacionales de la escena extrema metálica como Adrift, Eternal Storm o Altarage han tenido repercusión allende nuestras fronteras, ahora tenemos otra nueva prueba de una banda cuyo techo es probable aún no hayamos vislumbrado. Ganazas de verles en apenas un mes en el marco del AMFest donde compartirán curiosamente cartel con bandas como Alcest, a la que se acercan musicalmente ciertamente en Cel Rogent, y a unos Deafheaven en los que es inevitable pensar al oír los efectos de la entrada de Cançó de Mort, que tanto pueden recordar a los de Windows del Sunbather.